No nos olvidemos de las cejas

Las cejas ha ido cogiendo protagonismo con el paso del tiempo llegando a ser una parte que no debemos descuidar

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Cejas depiladas
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Una vez con diecisiete años, me maquillé las cejas. No tenía ni idea de maquillaje, pero observé, que algo cambiaba en mi cara al hacerlo. Las pinté de color negro grisáceo. Tremendo error, claro. Aún así, el aspecto en  general mejoró. Salía entonces con un chico sueco, muy natural él, muy libre, muy de otro mundo. Al verme, lo primero que me preguntó con cara de suma sorpresa, fue  si me pintaba las cejas. Me sentí tan ridícula que negué  la evidencia de forma rotunda, y nunca más volví a maquillarlas.

Con el paso del tiempo, la depilación de las cejas comenzó a tomar protagonismo en las revistas de belleza. Ya  no se trababa de quitar pelos al tuntún como los en los sesenta, sino de darles forma, dejando aflorar en gran medida, su aspecto natural. Me obsesioné con la idea, y estudié como conseguir una forma bonita que me favoreciese.

Averigüé que  el  lado más interior de la ceja, debía coincidir en línea recta con la punta de la nariz. El final de la ceja, rozando la sien, debía alinearse con las aletas de la nariz, pasando por la esquina exterior del ojo. Que no debían estar ni muy gruesas ni muy finas, y que se debían evitar los pelitos en el parpado.

Las modas vinieron y se fueron .Unas abogaban por cejas tupidas, otras por cejas más finas, pero lo que se mantuvo siempre fueron estas normas básicas.

Hace relativamente poco, se dio un paso más en la importancia y dedicación que se le debía prestar a las cejas, y muchas firmas empezaron a sacar maquillaje para las mismas. También se conocieron diferentes técnicas de depilación, formas de decoloración o teñido, etc., etc.

Pero lo que más éxito acabó teniendo, fueron las formas de maquillarla, porque todas observamos lo que yo note con diecisiete años; que la mirada se enmarca, se potencian los ojos, que ofrecemos un marco para nuestro rostro definido, potente, cuidado, con forma, sin parecer artificial ni robótico. Así que casi todas nos apuntamos al carro de maquillar las cejas.

Los productos que tenemos a mano para ellos, son de todo tipo;

  • En polvo; el mas engorroso, necesitarás un pincel biselado,  pero con más tonos y de acabado más natural.
  • En crema con color; de resultados muy naturales aunque requiera lago de técnica.
  • En cera trasparente; proceso largo de usar pues requiere primero de un color para rellenar y, posteriormente la cera para fijar.
  • En jumbos; muy rápidos pero poco precisos.
  • Fijadores en gel, muy cómodos, y rápidos, pero apenas rellenan y no perfilan ni definen.
  • En lápices normales también muy rápidos de usar y muy económicos.
  • Lápices retractiles; ganando puestos al lápiz normal, son más precisos y cómodos.
  • Tintes permanentes; algo más caros, de corta duración pero bastante cómodos.

Las pautas a seguir son muy sencillas;

  • En primer lugar dales forma y depílalas siguiendo su estructura natural. Las cejas deben adaptarse al ovalo facial de cada persona. Cuidado con depilarlas en exceso de forma continuada, porque hay un punto en que el pelo no vuelve a crecer.
  • A continuación péinalas.
  • Muchas también se cortan los pelitos más largos, pero esto es optativo.
  • Observa donde tienes huecos o calvitas.
  • Escoge un color. Mi consejo es que busques siempre un tono marrón grisáceo medio. Si es del todo marrón o del todo gris, es aspecto final puede ser algo artificial.
  • Nunca uses un tono más oscuro que tu cabello. Endurecerás los rasgos y parecerás un robot malvado.

Ahora me encanta maquillar las cejas. Se ha convertido en imprescindible y ya nadie me pregunta asombrado.







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