Un cinco tiene que rebotear

La actuación de Ndoye en los encuentros ante Bilbao y Baskonia con cero rebotes capturados plantea un problema más para Covirán Granada

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Ndoye durante el encuentro ante Baskonia | Foto: ACB Media
Ainoa Morano
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La derrota ante Baskonia del pasado domingo deja a un Covirán con sus costuras nuevamente al descubierto. Los problemas del equipo rojinegro son más que sabidos. Rebote, pérdidas de balón y la incapacidad de mantener la concentración durante los 40 minutos de juego. El segundo de estos aspectos, las pérdidas, comienza a ser un factor cada vez más controlado por parte de los granadinos, así lo confirman las cifras ante Bilbao y Baskonia donde los balones perdidos se reducen a 12 y 10 en cada encuentro.

El gran talón de Aquiles de los de Pablo Pin siguen siendo los momentos puntuales en los que la plantilla desaparece del encuentro. Esos breves instantes en los que los jugadores olvidan el buen baloncesto que poseen en sus manos y en sus cabezas y todo el esfuerzo de los minutos anteriores queda en nada. Así se vio en el Buesa Arena con el 34 a 20 del segundo periodo. Sin embargo, Covirán Granada arrastra un problema que parecía ser cosa del pasado, pero que permanece muy presente. Sigue sin tener un segundo pívot titular.

Youssou Ndoye llegó a Granada en unas circunstancias complicadas. Los pocos minutos que disputó en Japón, sumado a su inactividad durante unas semanas ante de aterrizar en la ciudad de la Alhambra lo llevaron a tener que pasar por una especie de pretemporada en su incorporación al conjunto granadino. El pívot senegalés hizo un gran esfuerzo por recuperar su mejor nivel físico y poder ayudar al equipo lo antes posible, pero ese resultado aun no ha terminado de materializarse.

El pívot senegalés, con cinco partidos como rojinegro, promedia nueve puntos por encuentro, una cifra bastante aceptable. Aun así, el problema no está en lo que suma, sino en lo que resta. Su presencia en el rebote ha sido completamente nula en los dos últimos partidos ante Bilbao y Baskonia. Sus cero balones capturados en ambos duelos hizo que Pablo Pin destacase este detalle en su rueda de prensa del pasado domingo. "En ataque nos da unas cosas diferentes a las que da Petit. Aun así, está claro que hay algunas cosas como el rebote que debe mejorar. Se ha ido sin coger un rebote y un cinco tiene que rebotear".

Ndoye comenzó su andadura con el Covirán Granada jugando ante Girona de Marc Gasol. En aquel partido logró capturar dos rebotes. Siguiendo con Breogán, la cifra aumentó a tres y contra Fuenlabrada se elevó hasta los ocho balones capturados. No se le puede exigir que esta última cifra sea la que firme en todas las jornadas, pero sí un punto intermedio, como en el caso de Petit Niang. Su compatriota cuenta con una media de 6,4 rebotes en los últimos cinco encuentros, cargando a sus espaldas casi todo el paso de la faceta defensiva del equipo.

Los números de Ndoye deben preocupar a un plantel granadino necesitado de victorias y que sigue a la espera de recuperar a su gran fichaje de la temporada. Además de preocupar, también sorprenden si se comparan con su actuación en la Ventanas FIBA. Con el combinado africano, el senegalés promedió 11,6 puntos y 6 rebotes en los tres partidos disputados a finales de febrero. Unos datos muy alejados de la versión mostrada en Granada.

El equipo pierde, y mucho, durante los minutos que Ndoye está en pista. Sus valoraciones negativas en todos los encuentros, exceptuando Fuenlabrada, lo demuestran. El voto de confianza sigue ahí, debe seguir adaptándose a los sistemas de Pablo Pin, se puede seguir mejorando, pero el tiempo apremia. Los equipos de la zona baja aprietan cada vez más a un Covirán Granada que necesita huir de los últimos puestos lo antes posible y para ello se necesita a todos los jugadores al 300%, incluido Ndoye.







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