María Esther Guzmán rinde homenaje a Antón García Abril en el Festival de la Guitarra

La guitarrista se une a la Orquesta Clásica de Granada y su coro dirigidos por Miguel Sánchez Ruzafa para este tributo

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María Esther Guzmán, guitarrista | Foto: Archivo
Ainoa Morano
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El 19 de marzo de 2021 fallecía Antón García Abril (1933-2021), probablemente el mejor compositor español del último medio siglo. No fue preciso su óbito para agrandar su figura. La trayectoria del turolense ha sido reconocida en todos los ámbitos culturales, pues cultivó, con el mismo acierto, géneros tan populares como las bandas sonoras, con nombres tan significativos como El hombre y la tierra, Los camioneros o Requiem por Granada, o espacios más propios de la llamada música culta como es el caso de la ópera Divinas Palabras, Nocturno de la Antequeruela o el Concierto Mudéjar, compuesto para guitarra y orquesta.

El Festival Internacional de la Guitarra de Granada, consciente de la trascendencia de esta figura para la música española y la guitarra, le dedica este concierto, apenas unos meses después de que se convirtiera en otra de las víctimas del COVID-19.

La guitarrista María Esther Guzmán se une a la Orquesta Clásica de Granada y su coro dirigidos por Miguel Sánchez Ruzafa, para interpretar este Concierto mudéjar del que escribió Enrique Franco en El País, pocos días después de su estreno que tuvo lugar el 21 de abril de 1986: “Dentro de los tres movimientos, la melódica de García Abril no se recorta en frases y períodos, sino que funciona como un fluir expresivo en sus trazos más amplios y en sus elementos interiores más breves, Sin entregarse ni lejanamente al folclorismo, no faltan connotaciones de raíz hispánica, y la parte solista está trabajada con brillantez que culmina en la cadencia central. La creación de un mundo de equivalencias entre lo mudéjar arquitectónico y lo sonoro, la seducción, tímbrica de la guitarra, la voluntad de comunicación afectiva y el enlace con los gustos españoles fueron propósitos bien cumplidos del compositor. El público que llenó el Real aplaudió la estupenda versión del guitarrista mallorquín Gabriel Estarellas y los músicos ingleses tocaron con perfección el Concierto, dirigidos por García Abril”.

El propio Antón García Abril, llegó a dirigir también este concierto en una interpretación a cargo de María Esther Guzmán.

Autores barrocos y compositores granadinos 

Antes, en la primera parte del concierto, la Orquesta Clásica de Granada ofrecerá una escogida selección de piezas, donde el argumento de lo granadino tendrá un lugar destacado, programación nada ociosa al ser Granada la patria de la guitarra moderna, durante los ahora esclarecidos años perdidos de la biografía de Antonio de Torres.

Comenzará con dos obras barrocas. La primera de ellas es la Zarabanda de Georg Friedrich Händel (1685-1759), cuarto movimiento de la Suite nº 4 opus 437, compuesto durante los primeros años de su carrera, mientras residía en Hamburgo. La zarabanda es una danza lenta que aunque pudo tener su origen en la península ibérica, es en la América hispana donde se desarrolla.

En ella la guitarra tenía un especial protagonismo. Arcangello Corelli (1653-1613) cuenta en su catálogo con una celebre suite en la que se incluye tres danzas: Zarabanda (escrita como Sarabanda en la partitura original), Giga y Badinerie. A este respecto, cabe recordar que las suites fueron en su origen una sucesión de números de baile.

Si de la zarabanda ya hemos ofrecido algunos datos, con respecto a la giga debemos indicar que es una danza de origen británico, aunque pronto alcanzó gran difusión en todo el contiene europeo, especialmente en Francia, Alemania e Italia, siendo en este último lugar donde adquiere un tiempo más vivo. En cuanto a la badinerie es de origen francés y es un ritmo alegre, pues no en vano deriva del término badiner que en idioma galo significa bromear.

Se adentra después el concierto en la senda de lo granadino y lo hace con Luis de Narváez (ca. 1500-1552), uno de los primeros autores españoles de los que conservamos obras firmadas. Gran parte de su obra está escrita para vihuela, instrumento que se puede considerar antecedente de la guitarra, alcanzando gran popularidad su Diferencias sobre Guárdame las vacas, compuesta sobre una canción popular contemporánea de aquel primer Renacimiento.

Ángel Barrios (1882-1964) es además de uno de los guitarristas más populares del siglo XX, un notable compositor y miembro de la generación conocida como la Edad de Plata de la cultura granadina, en la que compartió amistad con personajes de la talla de Manuel de Falla, Manuel Ángeles Ortiz, Andrés Segovia o Federico García Lorca. En su catálogo encontramos desde zarzuela y ópera, hasta música para el cine, composiciones para piano, obras para guitarra y también canciones como esta bella obra que data de la etapa final de su carrera titulada Noche.

José Montero Gallegos (1874-1966) nació de forma casual en Berja (Almería), donde su padre trabajaba en la construcción de un órgano, aunque se formó y desarrolló gran parte de su carrera musical en Granada, donde su progenitor se había instalado procedente de Madrid.

Montero, además del oficio de organero realizó otros estudios musicales, destacando como flautista, instrumento que interpretó en la Orquesta de la Catedral. Profesor de armonía y luego director del Real Conservatoria Victoria Eugenia de Granada, fue el primer director de la Banda Municipal. Mantuvo una estrecha relación con Manuel de Falla y como concertista actuó con el Sexteto Montero en sus giras por Europa y América. También cultivó, con un talento extraordinario, su actividad como compositor, que merece ir recuperándose y de la que esta Serenata Nocturna es destacado ejemplo. Montero es abuelo del Premio Nacional de Poesía y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.

Francisco Alonso (1887-1948) es probablemente el autor granadino más popular del siglo pasado. Sus éxitos en la zarzuela y la revista todavía siguen vigentes, con títulos tan populares como Las corsarias y Las Leandras, pero su catálogo es mucho más amplio, como sucede con el caso de sus canciones de la que se ofrece en este caso Nana murciana (1947), que escrita originariamente para piano y voz escuchamos en el arreglo para orquesta de cuerdas realizado por Miguel Sánchez Ruzafa. Esta tónica está presente en todas las obras de todos los autores interpretados antes del Concierto Mudéjar de Antón García Abril, pues en sus originales aparecen en formatos distintos como la guitarra solista, en Luis de Narváez, la banda de música, en el de José Montero o canciones para piano y voz, en los casos de Ángel Barrios y Francisco Alonso.

Luis Megías Castilla (1905-1976) es otro compositor del siglo XX granadino, cuya obra está ganando importancia con el paso del tiempo. Formado como uno de los últimos seises de la Catedral granadina, fue virtuoso intérprete de varios instrumentos, destacando su dominio del violín. Dirigió la Orquesta del Teatro Cervantes y fue subdirector de la Banda Municipal. Entre sus composiciones destaca la zarzuela Sacramento. De su catálogo, que poco a poco vamos redescubriendo, escuchamos una parte de otra de sus zarzuelas, en concreto el número Jazmines Imperiales, que forma parte del título Ozelito (Joselito) polizón







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