Manos limpias contra la gripe

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Todos los años las sociedades médicas nos advierten de la importancia de lavarse las manos para evitar el contagio de enfermedades respiratorias y gastrointestinales, entre ellas la gripe. Pero ¿nos lavamos las manos de la forma correcta?

Las consecuencias de un lavado eficaz de manos son tales a nivel de Salud Pública que desde 2008, año que la Asamblea General de las Naciones Unidas designó como Año Internacional del Saneamiento, se celebra el 15 de octubre el Día Mundial del Lavado de Manos. Aunque en un principio nos pueda parecer una información obvia, existen protocolos de salud pública e higiene para los especialistas médicos y también para el ciudadano.

Según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque las personas alrededor del mundo se lavan las manos, pocas lo hacen con jabón en los momentos críticos. A continuación exponemos una lista de estos 'momentos críticos', algunos obvios y otros no tanto:

- Antes y después de preparar una comida.

-Antes de comer.

-Después de utilizar el baño o cambiar un pañal.

-Después de toser, estornudar o sonarse la nariz.

-Antes de tocar lentes de contacto.

-Antes y después de entrar en contacto con una persona enferma.

Una limpieza correcta de las manos es tan importante como hacerlo en el momento adecuado y el agua sin el jabón no es suficiente para eliminar los gérmenes. Los protocolos de higiene pública incluyen indicaciones similares, que se inician al  mojarse las manos y emplear suficiente cantidad de jabón para lavar la superficie de las manos, incluyendo muñecas, palmas, dorso y dedos durante una media de 20 segundos, más una limpieza de uñas, el enjuagado y el uso de una toallita desechable para secarse.

La OMS considera que se emplean entre 40 y 60 segundos en total para que las manos tras ser lavadas sean seguras y concreta en los pasos adecuados, tras mojar las manos y emplear el jabón:

-Frotar las palmas de las manos entre sí.
-Frotar la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazando los dedos y viceversa.
-Frotar las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados.
-Frotar el dorso de los dedos de una mano contra la palma de la mano opuesta, manteniendo unidos los dedos.
-Rodeando el pulgar izquierdo con la palma de la mano derecha, fróteselo con un movimiento de rotación y viceversa.
-Frótese la punta de los dedos con la mano derecha contra la palma de la izquierda, haciendo un movimiento de rotación y viceversa.
-Enjuáguese las manos y séquelas con una toalla de un solo uso con la que cerrará el grifo.







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