Lubricantes: cuándo, cómo y por qué

Estos productos no solo favorecen unas relaciones sexuales sin dolor, dado que acaban con la sequedad vaginal, sino que también multiplican el placer

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Existen una serie de circunstancias en las que los lubricantes pueden convertirse en estupendos aliados para acabar con la temida sequedad vaginal | Foto: Remitida
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El de los lubricantes, pese a que brindan indudables ventajas, es aún un tema tabú para determinadas personas, sobre todo para aquellas de cierta edad. Por este motivo, conviene ponerse al tanto acerca de sus excelencias, pues estos productos no solo favorecen unas relaciones sexuales sin dolor, dado que acaban con la sequedad vaginal, sino que también multiplican el placer.

En suma, existen una serie de circunstancias en las que los lubricantes pueden convertirse en estupendos aliados para acabar con la temida sequedad vaginal, que es un fenómeno asociado no solo al estrés, sino también a la menor producción de estrógenos por parte de la mujer. En concreto, esta alteración puede deberse a alguno de estos factores:

  • La menopausia
  • Tras dar a luz, especialmente entre aquellas mujeres que están amamantando
  • Medicamentos empleados para tratar el cáncer de mama
  • Extirpación de los ovarios, tratamiento de quimioterapia o radioterapia de la pelvis

Dicho esto, los lubricantes están para ayudar. Por lo tanto, carece de sentido tener reparos a la hora de emplearlos, sobre todo si se sufren molestias durante el coito a causa de la sequedad.

También las personas que acostumbren a practicar sexo anal pueden sacar un indudable partido a los lubricantes, ya que facilitan y atenúan el posible dolor inicial de la penetración. Además, también multiplica el placer, gracias a que se enfrían o se calientan con la fricción, siendo los lubricantes beneficiosos incluso para la flora vaginal.

¿Cómo se aplican?

Hay una serie de pasos a tener en cuenta a la hora de emplearlos en el acto sexual. En concreto, son los siguientes:

  1. Extrae un poco de gel y colócalo en la mano o sobre los dedos.
  2. Disemínalo por la zona externa de la vagina o la región anal.
  3. Realiza masajes en la zona genital con el lubricante, para relajar y estimular el área.
  4. En el caso de usar juguetes sexuales, conviene aplicar un poco en el objeto, además de en la parte íntima.
  5. También puede untarse sobre el preservativo, en pequeña cantidad.

Seguridad ante todo

En cualquier caso, se debe tener presente que no vale cualquier tipo de lubricante si se pretende compatibilizar con un preservativo. Los elaborados a base de aceite tienen la desventaja de disolverse en látex. Por este motivo, tampoco se recomienda su uso con diafragmas o juguetes fabricados con este material. En estas situaciones, son más adecuados los lubricantes a base de agua, ya que garantizan que el preservativo funcionará eficazmente.







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