Echar largas siestas a mediodía aumenta el riesgo de obesidad, según un estudio

Los datos indican que aquellos participantes que dormían 30 minutos o más eran más propensos a presentar síndrome metabólico

Michal Jarmoluk por Pixabay
Las siestas largas fueron asociadas con un horario más tardío para dormir y comer, así como una mayor ingesta de energía en el almuerzo | Foto: Michal Jarmoluk por Pixabay
Milena Díaz Rodríguez
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Las siestas a mediodía son un hábito común en algunos países del mundo. En España, ha quedado como una conocida tradición muy arraigada que surgió debido a las costumbres y los horarios laborales. Sin embargo, dormir durante la mitad del día puede afectar la calidad del sueño, la función cognitiva y los procesos metabólicos. 

Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Brigham and Women's Hospital examinó la relación de la duración de las siestas con la obesidad y el síndrome metabólico. Según los datos, aquellos que dormían 30 minutos o más presentaron mayor probabilidad de tener un índice de masa corporal más alto, bien como la presión arterial y un grupo de otras afecciones asociadas con enfermedades cardíacas y diabetes (síndrome metabólico) en comparación con los que no hacen la siesta larga.

La obesidad es un problema de salud creciente que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo. La acumulación de grasa en el cuerpo está relacionada con la forma en que se digieren los alimentos durante los procesos metabólicos. Así, de acuerdo con los investigadores, comprender mejor que las elecciones de estilo de vida, como dormir la siesta, afectan a estos mecanismos podría ayudar a mantener una buena salud. 

La duración y la ubicación de la siesta influyen en la salud 

Los resultados fueron publicados en la revista Obesity tras un análisis de 3.275 españoles de la región española de Murcia. Se midieron las características metabólicas de referencia de cada participante y se realizó una encuesta sobre las siestas, para recopilar los detalles adicionales sobre su duración y otros factores de estilo de vida. Esto resultó en una división de tres categorías: personas que no dormían siestas, aquellos que dormían menos de 30 minutos y los que tenían siestas largas de 30 minutos o más.

El equipo responsable del estudio descubrió que los participantes que dormían a mediodía por mucho tiempo presentaron un índice de masa corporal más alto y eran más propensos a tener síndrome metabólico en comparación con aquellos que no echaban siestas. El grupo de la siesta larga también tuvo valores más elevados de la circunferencia de la cintura, niveles de glucosa en ayunas, así como de la presión arterial (sistólica y diastólica). 

Según los investigadores, no todas las siestas son iguales. La duración del tiempo, la posición del sueño y otros factores específicos son capaces de afectar los impactos de una siesta en la salud. Aquellas más largas se asociaron con un horario más tardío para dormir y comer, con una mayor ingesta de energía en el almuerzo y consumo de cigarrillos. Además, la ubicación (la cama vs. el sillón) también es capaz de influir y aumentar la probabilidad de sacar siestas más largas. 

El estudio muestra la importancia de tener en cuenta la duración del sueño al mediodía. Otras investigaciones han enseñado que las siestas cortas pueden ofrecer beneficios únicos para la salud en general, pero principalmente para la productividad laboral. Así, los investigadores creen que los resultados podrían ser una fuerza impulsora detrás del descubrimiento de las duraciones óptimas de una siesta, en busca de los efectos positivos a largo plazo y los aumentos de productividad. 







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