La UGR participa en el estudio del cráter provocado por el meteorito que acabó con los dinosaurios

Esta expedición, llevada a cabo entre los meses de abril y mayo de este año, ha perforado el cráter de Chicxulub, recuperando más de 300 testigos con una longitud total cercana a los 1500 metros

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Imagen del cráter de Chicxulub en Yucatán (México) | FUENTE: www.link2universe.net
E.P.
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Un investigador de la Universidad de Granada (UGR) formará parte del comité científico internacional que estudiará los sondeos más recientes llevados a cabo en el cráter de Chicxulub (Yucatán, México), un agujero de 180 kilómetros de diámetro provocado por el meteorito que se cree acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años.

La violencia de este impacto ha sido comparada por la comunidad científica con la de mil millones de bombas atómicas, ha detallado la UGR en la nota de prensa en la que ha informado de la selección del catedrático del departamento de Estratigrafía y Paleontología Francisco Javier Rodríguez-Tovar como miembro del equipo que estudiará los sondeos de la Expedición 364 del International Ocean Discovery Program.

Esta expedición, llevada a cabo entre los meses de abril y mayo de este año, ha perforado el cráter de Chicxulub, recuperando más de 300 testigos con una longitud total cercana a los 1500 metros los cuales serán estudiados a lo largo del próximo año por los miembros de un equipo científico internacional, entre los que se encuentra el profesor Rodríguez-Tovar.

La estructura de impacto de Chicxulub se formó cuando un asteroide de dimensiones kilométricas impactó en la Tierra hace alrededor de 66 millones de años. El impacto tuvo como consecuencia la extinción masiva de finales del Cretácico, y es ampliamente conocido en la sociedad debido a su relación con la desaparición de los dinosaurios. Aunque este impacto y sus consecuencias han sido ampliamente estudiados, el debate continúa existiendo, y todavía son muchos los interrogantes sobre el mismo.

Chicxulub es el cráter de impacto de mayores dimensiones y mejor preservado en la Tierra, con 180 kilómetros de diámetro, y conserva el anillo de picos formado por elevaciones semicirculares que semejan una cadena de montañas. La importancia de esta estructura para entender la extinción en masa del límite Cretácico/Paleógeno (K/Pg) es máxima lo que, unido a su estado de conservación, la convierte en un laboratorio natural para el estudio de la formación de grandes cráteres de impacto sobre la Tierra y otros planetas, así como para entender los efectos de estos impactos sobre el medio terrestre.

Las conclusiones que se alcancen serán claves para abordar fenómenos ambientales que están ocurriendo en la actualidad o que puedan ocurrir en un futuro cercano. Los objetivos científicos de la expedición pretenden averiguar la naturaleza y mecanismos de formación del anillo de cráteres que conforma la estructura de Chicxulub; la naturaleza y procedencia de las rocas que forman el anillo de picos; la cinemática y dinámica de la formación del anillo de picos o la biosfera profunda y habitabilidad del medio tras el impacto.

También pretenden averiguar si hubo intensa actividad hidrotermal en las rocas que formaron el anillo de picos, qué tipo de vida microbiana colonizó el anillo de cráteres y cuánto tiempo tardó la recuperación de la vida en los océanos tras el impacto.

El equipo de científicos de la Expedición 364 está liderado por los profesores Sean Gulick del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, y Joanna Morgan del Imperial College en Londres. En él participan investigadores de Estados Unidos, México, Japón, Australia, Canada, China y de algunos europeos.

La selección del profesor Rodríguez-Tovar se fundamenta en su dilatada experiencia en el estudio icnológico del límite Cretácico-Paleógeno en afloramientos de todo el mundo, incluyendo los localizados en España, Sur de Francia, Austria, Italia, o Túnez, donde se encuentra el estratotipo de este límite (El Kef).







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