La cara más progresista de la Iglesia

Sor Lucia Caram habla sobre la reciente polémica que ha azotado al clero granadino con los supuestos casos de abusos a menores, las reacciones del Papa Francisco y el papel de la Justicia

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Sor Lucia Caram momentos antes de iniciar su conferencia en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Políticas de la UGR
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Sor Lucia Caram, famosa, para sus detractores, por aparecer continuamente en programas de televisión, tertulias y debates; para los admiradores, famosa por ser una voz clara y un soplo de aire fresco en la estructura eclesiástica de la Iglesia, por sus ideas y por expresarlas sin reparo alguno. Ayer estuvo en Granada para impartir una conferencia sobre "Derechos Humanos: responsabilidad de todos", con motivo de la Festividad de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Granada. Cientos de personas acudieron para escuchar, tal y como ella dice, "los latidos de su propio corazón". Unos latidos que apelan por la corresponsabilidad, "ya que hoy no hay que depender solo de los políticos, ni de los macropoderes, sino que tiene que haber una implicación personal. Y por eso vengo aquí", explica Sor Lucia Caram, "porque la gente está inquieta y quiere comprometerse, y tenemos que ser responsables, no mirando a otro lado, pensando que esto no es mi problema, porque lo que se ha hecho en los tiempos de bonanza, no se puede continuar haciendo ahora".

Era inevitable sacar el tema de los supuestos abusos sexuales de algunos miembros del clero granadino a niños. Sor Lucia ha sido muy clara. "Es un caso de ataque a los derechos humanos y de los menores. Se tiene que investigar y una vez que se sepa si ha habido delito, yo creo que es uno de los temas de tolerancia cero. El evangelio es muy claro, y Jesús dice: ¡Ay de aquellos que escandalizan a los pequeños, más les valía ponerse una piedra de molino y tirarse en el mar!".

También ha explicado cómo el Papa Francisco, al que califica de una persona muy lúcida, ha intervenido directamente, "Francisco ha dicho que las cosas se han hecho muy mal, y que hay que decir la verdad".Ha recordado un mensaje que el Papa repite constantemente: Pecadores sí, corruptos no. "Se apela a la misericordia, pero también a la justicia. Estamos en una sociedad en la que se tiene que aplicar la justicia". Ha pedido que el proceso siga por los cauces adecuados, "y que cuando hay culpables, se pidan responsabilidades, que desde luego pasan por apartar del Ministerio a esas personas".

IMAGEN DE LA IGLESIA

Reconoce que la imagen de la Iglesia se ve perjudicada por casos de este tipo. "Son situaciones muy graves, porque son personas que han hecho un compromiso con la gente y con el Evangelio", comenta Sor Lucia Caram en relación a los clérigos imputados. "Nuestra vocación es de servicio, no nos podemos permitir fallar en cosas tan elementales y básicas como esta. Daña la imagen de la iglesia", aunque también ha querido romper una baza a favor de la institución religiosa y la gente que la forma, "pero no sería justo meter a todos en el mismo saco. La mayoría de los consagrados están trabajando con los más pobres y necesitados por hacer presente el reino de Jesús, que era de justicia".

Desde luego, sus declaraciones, son un auténtico soplo de aire fresco para una institución como la Iglesia que en Granada tiene a su principal responsable en el Arzobispo Monseñor Francisco Javier Martínez, que no ha mantenido una postura fuerte y "sólida" ante esta situación, según la opinión pública, e incluso muchos de sus feligreses.

Precedido de varias polémicas como el tema de Caja Sur en Córdoba, diócesis procedente de la que llegó Monseñor Martínez a Granada, o la más reciente, con la publicación del libro "Cásate y sé sumisa" por la editorial del Arzobispado, han situado a Martínez en una situación complicada que se ha disparado con los crecientes rumores sobre su posible traslado a otra diocesis.







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