Kiko Veneno y otros relatos

El artista llenó de humor un concierto acústico muy personal

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Kiko Veneno en plena actuación | Foto: Carlos Gil
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"Bienvenidos y enhorabuena por haber gastado dinero en un libro. Y ya que se lo han comprado, digo yo que se lo tendrán que leer". Así abría Kiko Veneno su concierto anoche en el teatro Isabel la Católica, actuación enmarcada en las actividades de la Feria del Libro y a la que se podía acudir canjeando libros por entradas, para celebrar que Granada ha sido escogida como "Ciudad de la literatura" por la UNESCO. Un comienzo irónico y ácido como el mismo cantante, que marcó la tónica de todo el espctáculo.

Con un fondo de arquitectura mudéjar y dos televisores por toda decoración, Kiko Veneno había venido a Granada a disfrutar sobre el escenario, y así lo hizo, con un concierto acústico lleno de rarezas escogidas por él mismo. Comenzaba con 'Me siento tan feliz', canción que habría compuesto para el programa infantil 'La Bola de Cristal', y en el que aparecía caracterizado como Frankenstein. Confesó que acababa de grabar un programa homenaje en el que la interpretaba y no había podido resistirse. Seguidamente, aparecía en el escenario el guitarrista Raúl Hernández, que lo acompañaría el resto del concierto tanto con guitarra eléctrica como acústica, complementando la guitarra española que Kiko Veneno toca con ese estilo propio e inconfundible.

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Kiko Veneno y Raúl Hernández durante el concierto de anoche| C.G

"A pesar de que cada día la gente sufra, mueran profesores a manos de niños, o mueran cientos de personas en una patera, yo quiero pensar que es así como siento la vida: dulce". Así daba paso a su tercera canción, 'La vida es dulce', que cantó sonriendo.

El cantante dialogó con sus espectadores de manera intermitente, crítico en ocasiones, pero sobre todo bromista: "¿Qué libro os habéis comprado?", preguntó, provocando las carcajadas del público.

Sonaron después 'Bilonguis', 'La catástrofe mayor', 'Estaba lloviendo' y 'Yo tengo un duende', canción que él mismo calificó de "flamenco lacio".

"El humor no está reñido con el amor, el amor no está reñido con la música, y la música no esta reñida con el compromiso. Ale, ahí tenéis un tuit", bromeaba entre canción y canción, "y cuidado con mirar el móvil que os veo las caritas desde aquí arriba".

Le tocó el turno a 'Barón rampante', canción magistralmente escogida en el marco de esta celebración del libro, pues tal y como explicó, la letra está compuesta exclusivamente con frasees de la novela de Italo Calvino. Continuó con referencias literarias al cantar "ponen una que a Federico no le dejaron estrenar" al comenzar 'La casa cuartel', seguida de 'Los delincuentes'.

El cantante se atrevió con su propia versión de 'La leyenda del tiempo', que habría adaptado con Raimundo Amador antes de que Camarón y Tomatito la popularizaran. Una versión más lenta e intensa que los espectadores recibieron extasiados.

Tras un breve bis, el artista cantó 'Sensación térmica', tema acústico que encajaba a la perfección con la atmósfera del concierto. Finalmente, cedió ante un público que reclamaba sus grandes éxitos, y con una suave interpretación de 'Joselito' ponía el colofón a un concierto atípico, cargado de irónía y sin embargo profundamente maduro.







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