“Joker es una exaltación de la violencia gratuita”

Jorge Jiménez, profesor de Psicología de la UGR y vocal del Copao, desaconseja ver la película y asegura que “es una conducta mal justificada por un presunto maltrato y un trauma infantil”

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Fotograma de la película Joker | Foto: Gabinete
Gabinete
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Joker, dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquin Phoenix, se ha convertido en la película de moda. Más de mil millones de dólares hacen que sea el film clasificado exclusivamente para mayores con más recaudación de la historia. En España sigue liderando la taquilla desde su estreno, el pasado 4 de octubre, y pocos de los que la han visto han quedado impasibles ante la historia de Arthur Fleck y de la violencia que desprende. Es precisamente esta circunstancia la que hace que el doctor en Psicología y profesor del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada, Jorge Jiménez Rodríguez, desaconseje ver la película. “Recomiendo que no vayan a verla porque es la exaltación de la violencia gratuita de un sujeto adulto que asesina a personas de su entorno próximo y lejano. Conducta mal justificada por un presunto maltrato y un trauma infantil”, afirma el profesor Jiménez Rodríguez, quien añade que "desde el punto de vista psicológico tampoco la recomiendo porque el modelo no es el adecuado. Además, puede influir de forma negativa en la gente, sobre todo, en menores. Es cierto que la gente joven ya está acostumbrada a la violencia en el cine, y en Joker hay exceso de violencia gratuita y extrema. Y no solo por eso, sino que el intento de justificar esa violencia por el trauma infantil que tiene esa persona es mucho más peligroso”.

Según explica el psicólogo granadino, que también es vocal de psicología educativa del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental, es cierto que “una experiencia traumática puede ocurrir en la infancia y afectar a la formación de la personalidad y forma de comportarse de un menor, y puede tener secuelas a lo largo de toda su vida. Las situaciones que pueden dar lugar a traumas pueden ser variadas, además de que en la situación traumática lo importante es cómo el menor afronta dicha situación”. Sin embargo, Jiménez Rodríguez aclara que “es muy infrecuente que pueda darse el caso de que un maltrato o un trauma infantil pueda convertir a una persona en asesina. Conocemos adultos que debido a un trauma infantil tienen comportamientos violentos contra ellos mismos y contra los demás, como el caso de Joker. Eso no justifica sus conductas de ninguna manera, pero la sociedad sí debe dar oportunidades de recuperarse, atender sus demandas, aportar recursos que restablezcan sus traumas, reelaboren sus duelos de forma constructiva para ellos y los que les rodean”.

Lo que sí confirma el psicólogo es que “este tipo de experiencias traumáticas crean un estrés elevado e inseguridades, falta de preparación para su afrontamiento, verse incapaz de solucionar el problema, sentirse culpable, desprotegido e inseguro pueden ser las causantes de un trauma infantil que se arrastrará para toda la vida”.

En ese sentido es importante la prevención ya que “además de en casa, también en el ámbito escolar aparecerán diversos síntomas que nos indicarán que una situación desborda a un menor. Por ejemplo, la tristeza o apatía constantes, ansiedad, dificultad para conciliar el sueño, problemas de concentración, agresividad con sus compañeros, tendencia al aislamiento, cambios de humor, etc.”. Es por ello que, además de detectar el problema, “desde el centro educativo podemos establecer estrategias de apoyo y ayudar al menor a superar un trauma. Existen muchos abordajes dentro de la escuela que pueden ser útiles para prevenir o afrontar un trauma infantil. En general, son preventivas las estrategias dirigidas a que los pequeños se sientan capaces, motivados, emocionalmente equilibrados, valorados en sus habilidades y logros, queridos y escuchados, seguros de sí mismos, etc.”.

Cómo afrontar el trauma
El profesor Jiménez Rodríguez considera que los profesionales de la Psicología abordan el problema del trauma infanto-juvenil “desde varios puntos de vista. Desde la psicología clínica, existen diversas herramientas de evaluación y tratamiento psicológico. También los profesionales que nos dedicamos a la psicología educativa aportamos recursos y recomendaciones para la detección, la categorización y, en su caso, el abordaje educativo en el ámbito escolar de los traumas de la infancia y la adolescencia. Es en el ámbito familiar y en la escuela donde esos menores deben conocer las estrategias para solucionar sus problemas emocionales, darles seguridad, herramientas de afrontamiento, dotarles de un contexto equilibrado y una red de apoyo de iguales y mayores a los que acudir y sentirse querido, arropado, seguro, con oportunidades para crecer emocionalmente”.

De ahí la importancia de la lucha desde el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental para que “haya psicólogos educativos en cada centro, y parece que se va consiguiendo y con la ratio cada vez más pequeña. Es importante la prevención y ser capaces de ir de la mano con la familia para elaborar los duelos o los traumas. No solo está el trauma o la situación que se ha vivido de pequeño, sino cómo se interpreta, elabora y se reconstruye o construye esa situación para que no llegue a ser un trauma enquistado y crónico y de adulto se arrastre ya con eso. Los psicológos no estamos para patologizar la sociedad sino precisamente para lo contrario, para que la gente sea capaz de construir y para la prevención. Y una forma de prevención es evitar estas películas tan violentas para que no se imiten conductas o por justificar ciertas situaciones de adultos con un trauma infantil”.

Para concluir, puede resultar preocupante que el mundo del cine se frivolice con los problemas de trastornos mentales. “El cine siempre ha utilizado estos problemas porque son muy llamativos como, por ejemplo, el autismo, del que se coge el síntoma de que, a veces, tienen capacidades muy altas de memoria, y lo exageran como si fuera el único síntoma del autismo, cuando en realidad son otros muchos. En Joker pasa igual, se exagera la violencia y no siempre los traumas infantiles van a degenerar en violencia, como es lógico, pero parece que es lo más llamativo”, afirma el profesor.







Comentarios

2 comentarios en ““Joker es una exaltación de la violencia gratuita”

  1. No estoy para nada de acuerdo. El protagonista termina por realizar crímenes horribles. Pero lo importante es el proceso que le ha llevado a ello (que no tiene por qué ocurrirle a todo el mundo, evidentemente) y de que el conjunto de la sociedad es responsable de una u otra manera (especialmente los "ricos o poderosos" que representan los cargos responsabilidad social con más capacidad para cambiar la sociedad, en su beneficio propio o en el común- que no es el caso nunca).

    El Joker, a fin de cuentas, no es el que provoca a la ciudadanía, es el que prende la mecha de una bomba que ya estaba desde mucho antes. Solo un loco haría lo que hizo, pero es que podía haber sido cualquier otro... es por eso que el Joker, es el símbolo, no es nadie en particular, es la representación del malestar, el reflejo de la violencia recibida, el impulso a defenderse violentamente cuando se está en peligro de muerte o amenazado... es un instinto animal y, por tanto humano... Conviene recordar que la Revolución Francesa (a la que debemos la República, las Constituciones, la soberanía popular, la educación universal, etc...) se realizó de forma violenta, cortando cabezas... ¿qué dirían reyes y aristócratas? claro... que era una tuba de locos... pues no.

    Durante la película no hacen más que culpar al protagonista, de maltratarlo o de ignorarlo, etc igual que aquí. No se trata de que haya que empatizar con el personaje, se trata de analizar cómo ciertas condiciones pueden generar conductas antisociales que se podrían haber prevenido.

    Es cierto que tiene alguna escena más violenta de lo necesario y hay manera más "elegantes" de hacerlas, pero es justo reconocer también las virtudes de su planteamiento.

    Me parece penoso que el psicólogo de la entrevista recomiende no ir a verla. ¿Perdón? ¿es que acaso no tenemos los adultos madurez suficiente para crearnos nuestra propia opinión? ¿tan estúpidos nos ve como para pensar que el cine (una muestra cultural) puede evocarme a cometer crímenes injustificados? Yo creo que entonces lo primero que había que hacer es quitar los Telediarios. Y ya puestos, quitar de museos cualquier expresión que resulte violenta y cambiarlo por láminas de Walt Disney... en fin... muy desacertado.

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