La historia de María: dos días acudiendo al trabajo pese a tener el Covid

Esta granadina de 35 años denuncia que tuvo que atender sus obligaciones profesionales mientras esperaba una segunda baja laboral

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Positivo confirmado en un test de antígenos | Foto: Archivo
Miguel López Rivera
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La de María Ramírez (nombre ficticio) es una de esas historias que demuestran el grado de desbordamiento y falta de capacidad evidenciado durante estos ocho meses que dura ya la pandemia. El caso de esta granadina de 35 años no es único, pero sí paradigmático de una situación que está generando grandes problemas tanto a los profesionales de la salud como a los centros de trabajo y sus propios empleados.

María, asalariada en una empresa relacionada con las nuevas tecnologías, llegó a ir dos días a trabajar teniendo un positivo por coronavirus confirmado. Fiebre, tos, malestar… Los síntomas más comunes del Covid-19 se manifestaban en su organismo tras comenzar a sentirse mal el pasado 23 de octubre. “Por eso tomé la decisión de autoaislarme. Lo hice bajo mi propia iniciativa personal”, explica tras ser contactada por este periódico. “Me empecé a encontrar algo mal y, tras aislarme, llamé a mi centro de salud por teléfono. Fueron ellos los que me dijeron que me quedara en casa”.

Pero la preceptiva PCR que debía confirmar o descartar el positivo de María nunca llegaba. “Pasaron varios días sin que las autoridades sanitarias públicas me realizaran la prueba”, una larga espera en la que la protagonista no acudió a trabajar, pese a todavía no saber si el virus estaba dentro de su cuerpo. Sin contestación efectiva desde Salud Responde ni ningún otro canal de comunicación del SAS durante cuatro jornadas, al fin el 27 de octubre sonó el teléfono. Un test determinaría al día siguiente si se había contagiado o no de Covid. Test que, naturalmente, resultó positivo.

“Me dieron la baja hasta el 3 de noviembre”, asegura María, quien todavía encontraría algunas piedras en el camino. Como llegada esa fecha se sentía encontrando mal, decidieron prolongar su permiso por enfermedad otros tres días, hasta el 6 de noviembre. El 7 y el 8 no trabajó debido a que era fin de semana, pero el 9 tocaba reincorporarse aún con síntomas de coronavirus y sin la posibilidad de que Salud le hiciera una nueva PCR de control. “Me incorporé sintiéndome mal y faltándome el aire. No estaba bien. Llegué al trabajo ahogándome y con un fuerte dolor en el pecho. Acabé perdiendo el conocimiento en mi empresa”, denuncia.

En vista de que desde el Servicio Andaluz de Salud no le ofrecían una solución, la protagonista de esta historia decidió cortar por la calle de en medio pagando un test en una clínica privada. Sin olfato ni gusto, pero con fiebre, tos y otros síntomas, María volvió a ser notificada como positivo. Lo normal en estos casos es que hubiera vuelto a obtener una baja laboral, pero ésta sólo puede tramitarse desde la sanidad pública.

María reclama un esfuerzo común entre todos los agentes, así como la propia sociedad civil para que situaciones como esta no vuelvan a repetirse. “Nos toca reflexionar a todos. A la Junta de Andalucía, que no me dio las herramientas que necesitaba, a los empresarios y también a la sociedad. El problema del coronavirus es muy grave y no podemos estar a expensas de un positivo para confirmar una baja porque en juego está mi salud y también la del resto de personas. Es una falla clara del sistema, pues podría haber extendido el Covid entre mis compañeros”, critica.

La atención primaria de Granada, desbordada

Lo cierto es que este tipo de situaciones se dan con más frecuencia de lo normal. Con las camas de los hospitales hasta arriba, los centros de salud sin capacidad efectiva y los rastreadores desbordados ante los nuevos casos; el protocolo que están siguiendo los médicos de familia para casos no graves es pedir al afectado que se desconfine si a los 10 días de haber dado positivo acumula tres seguidos sin sintomatología. Y todo sin que medie una nueva PCR de control.

A pesar de haber bajado de los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días (actualmente son 977,9), Granada es la provincia con la incidencia acumulada más alta de Andalucía. Muy de lejos le siguen Jaén (763,5) y Sevilla (546). De los 15 municipios a la cabeza en este indicador, cinco (un 20%) son granadinos. De todos ellos, el que peor está es Villamena, que presenta una alarmante ratio de 3.692 positivos por cada 100.000 habitantes; el tercero más alto de la comunidad tras Cuevas del Becerro (4.468,2) en Málaga e Iznatoraf (3.750) en Jaén. Le acompañan en la lista Colomera (2.673,8), Puebla de Don Fadrique (2.666,7), Busquístar (2.422,1) y Trevélez (2.322,4).

La provincia de Granada es la única de Andalucía con distritos sanitarios por encima de los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Esta circunstancia se repite en tres de las cuatro demarcaciones: Granada Distrito (1.126,1); Granada Metropolitano (1.075,9) y Granada Nordeste (1.008,7). Sólo escapa el Distrito Sur (el de la Costa Tropical y la Alpujarra), con una tasa de 408,5 contagios. Además, ninguna otra provincia acumula tantas zonas básicas de salud (16) con una incidencia acumulada en dos semanas por encima de 1.000. La de Alcalá del Valle, en Cádiz, es la ‘zbs’ más afectada (1.855,4). Pero le siguen Atarfe (1.651,9), Huétor Tájar (1.531,1), Peligros (1.474,2) e Íllora (1.312,9). Cifras que mantienen los centros de salud hasta arriba de trabajo.







Comentarios

Un comentario en “La historia de María: dos días acudiendo al trabajo pese a tener el Covid

  1. Avatar for Miguel López Rivera

    Luis Miguel Uribe

    Pues eso que SE ENTERE el Sr. AGUIRRE que es el máximo responsable. Ya está bien de jugar con las personas no solo de jugar sino de tenernos indignados y sin saber por donde tirar.

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