Intensidad para salvar un precipicio

Sandoval aparenta una normalidad intranquila, pidiendo una y otra vez sacrificio a su equipo, aquel del que careció ante el Eibar

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Fran Rico se queja sobre el césped | Foto: Alex Cobreti
Daniel Sánchez-Garrido | @Danisgr
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“¡Intensidad, intensidad, intensidad!”. Esto fue lo más repetido durante el entrenamiento celebrado en la mañana del miércoles en la Ciudad Deportiva del Granada CF. Sandoval la busca, la persigue, y lo transmite sin miedo a sus jugadores. A voces. A grandes malos, grandes remedios, o al menos, coraje, esfuerzo, generosidad, sacrificio, sangre. Al menos, intensidad.

Probablemente la falta de intensidad es lo que más ha acusado el equipo rojiblanco en lo que va de temporada. Las derrotas más dolorosas han echado en falta más ‘huevos’ por parte de los jugadores que había sobre el terreno de juego. En Vallecas, el equipo no fue capaz de remontar, ni siquiera acercarse a ello, con el Rayo en inferioridad numérica más de una hora de partido.

Frente al Málaga la cosa no fue distinta. El equipo llegaba tras ganar al Athletic de Bilbao. Una moral demasiado alta les jugó una mala pasada y el Málaga consiguió ponerse con uno menos 2 a 0. Un golpe de efecto de Rochina, Foulquier y El-Arabi, que salieron desde el banquillo, salvaron un punto de La Rosaleda.

Las Palmas y Eibar. Dos goleadas de las que hacen ‘pupa’. Dos equipos de nivel igual. De la misma liga. 4-1 y 5-1, respectivamente. “Hubo un momentos que nos metíamos”. Todo fue un espejismo. Faltó intensidad. Como se le puso al Bilbao, al Sevilla o al Levante. Tras sendos partidos, la sensación era precisamente esta: “Cuando somos solidaros, generosos en el esfuerzos, somos un equipo sólodio”. Es la diferencia. Si no eres el mejor, tienes que correr mucho más que el otro, la intensidad para salvar un precipicio.

TRAS DESASTRE, VICTORIA

Rubén Pérez salió a rueda de prensa con seguridad. Quizás, esa intensidad en la que tanto ha incidido Sandoval está surtiendo de nuevo efecto. Tras una goleada, o un desastre, viene una victoria.

Pasó con Vallecas (a la siguiente jornada victoria ante el Bilbao), pasó con Gran Canaria (a la siguiente, victoria en Sevilla), y veremos qué ocurre frente al Getafe.

Remontándonos más atrás, también pasó en el debut liguero ante el propio Eibar. Un 1-3 decepcionante para iniciar la temporada no era lo que esperaba el rojiblanco horizontal. A la siguiente jornada se dio un golpe sobre la mesa ganando en el feudo del Getafe. Todos querrán repetir una victoria ante el mismo equipo azulón, después de la debacle de Ipurua.

SIN EL MÁS INTENSO

Peñaranda no estará ante el Getafe. Su tiempo estimado de baja es de tres semanas, un tiempo que puede ser demasiado largo para la vida de Sandoval en el banquillo. El de Humanes echará de menos a su niño. El venezolano entendió desde el primer momento qué es lo que requería de él su entrenador, cumpliéndolo a la perfección.

Sandoval, de esta forma, pierde a su hombre más intenso. Su trabajo en la presión, unido a la gran velocidad que posee, era un filón para robar en campo contrario y crear peligro en la portería rival. El entrenador nazarí volverá a viejos fueros. El-Arabi, su delantero franquicia, aquel que ha defendido por activa y por pasiva, volverá al once ante el Getafe. El equipo adulón se le da bien al marroquí. Ante ellos hizo dos goles el año pasado en el Alfonso Pérez y otro, de penalti, en la presente temporada. Noventa minutos en los que Sandoval y El-Arabi tienen otra oportunidad.







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