Una vida dedicada a los perros: la historia de Pepa Tenorio

Esta granadina, que tiene a 16 canes en su casa, vuelca su día a día en el cuidado y rescate de estos animales

Pepa Tenorio con sus perros
Tenorio llegó a tener a 36 perros al mismo tiempo bajo su cuidado, apoyada por sus padres | Foto: Facebook Pepa Tenorio
Pancho Spínola Bautista
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En 2015, hace ya ocho años, una familia del pueblo de Albolote perdió a su perro Dico, un pastor alemán que tenía un año y tres meses cuando desapareció. Pasó mucho tiempo hasta que, por casualidad, una vecina de Granada apasionada de los animales, y especialmente de los perros, se lo encontró, en enero de 2022, cerca de Iznalloz. Gracias a que Dico llevaba microchip, fue sencillo localizar a sus dueños para organizar el reencuentro. La noticia llegó a todos los medios de comunicación a nivel nacional, y millones de personas se hicieron eco de la historia.

Sin embargo, el padre de la familia, quien más sufrió la desaparición del animal, ya no estaba allí para recibir a su mascota. “Creo que el caso de Dico se hizo tan viral por el morbo de que su dueño había muerto buscándolo”, confiesa Pepa Tenorio, la vecina que lo rescató y propició que pudiera volver a su hogar. A pesar de la parte trágica, fue un momento muy emocionante para la familia ver cómo su mascota regresaba a casa, donde recibe cuidado y cariño. “Al final se lo quedó su hijo y ahí sigue, se lo llevan todos los días a trabajar”, comenta Pepa.

Muchas televisiones y periódicos difundieron la historia de Dico, pero no tantos la de Tenorio, para quien este caso no fue sino uno más dentro de una vida que dedica, casi enteramente, al rescate y cuidado de perros abandonados o en situación de peligro. “Ahora mismo tengo 16 perros a mi nombre y viven conmigo, los tengo todos dentro de casa y todos con sus camas. Si quieren salir, salen, y si quieren entrar, entran. Son los dueños del sofá”, explica entre risas a GranadaDigital.

Pese a lo inusual de esta situación, Tenorio afirma tener "mucha suerte porque son una manada muy equilibrada, son todos adultos y muy buenos, es su manera de agradecerte las cosas". "De vez en cuando empiezan a jugar y se acaban peleando porque son como niños chicos, pero están todos hermanados", asegura.

La madre de Pepa, dando de comer a algunos de los perros en su salón | Foto: Pepa Tenorio

El germen de este afán por rescatar y cuidar animales nació cuando Pepa era pequeña, tras un acontecimiento amargo que no vivió ella, sino su padre. “Hace muchos años, cuando mi padre sacaba a los perros, una noche llegó a un descampado con una obra donde había un cable suelto y estaba todo mojado porque había llovido. Cuando mi padre fue a pisar el descampado, una de las perras que llevaba saltó, se quedó pegada al suelo y murió electrificada, pero gracias a eso le salvó la vida a mi padre”, relata.

Para esta familia, y especialmente para Pepa, este episodio supuso un punto de inflexión, en el que comprendieron "muchas cosas". "Nos dimos cuenta de lo que son capaces de hacer los perros y yo empecé a meterme un poquito más en este mundo”, explica. Un mundo del que ya no ha podido salir, secuestrada por un sentimiento de gratitud y satisfacción que califica como “una droga”. Lo argumenta confesando que "cuando empiezas a hacer rescates no puedes parar". "Es tan gratificante lo que la mirada de un animal te puede transmitir cuando lo rescatas…”, asegura. Es esa sensación que se repite una y otra vez la que ha perpetuado esta devoción que tiene Pepa desde bien joven.

Por desgracia, muchos de los animales que ha rescatado no habían tenido una vida digna hasta que se cruzaron con ella, y eso “se les nota en su comportamiento”. Es especialmente reseñable el caso de la perrita Mami, que lleva ya mucho tiempo con Pepa. “Se la cogí ‘prestada’ a un pastor que le pegaba unas palizas de muerte. La escuchaba gritar de los golpes que le daba este hombre y un día me harté y fui a por ella”, asegura con orgullo. Y es que, en muchos casos, es tal el trauma que sufren algunos de estos perros, que no importa cuántos años pasen, arrastrarán secuelas durante toda su vida. En el caso de Mami, Tenorio cuenta que lleva doce años con ella y "no se deja coger en brazos, y nunca lo hará”.

Con 16 canes ya en su propia casa, Pepa no tiene recursos para albergar a más animales, pero eso no le hace dejar de rescatar a los perros abandonados que se encuentra. “Les busco casas de acogida y los dejo allí mientras les encuentro una familia, y ya después buscamos un modo de llevarlos”, explica. No siempre es sencillo, puesto que a veces el transporte supone un problema, pero Tenorio considera que “si hay que dar un viaje a Madrid de ida y vuelta para que ese animal tenga la familia que merece, pues se da, y te vuelves contento porque acabas de salvar una vida”.

Los perros de Pepa, en casa de sus padres | Foto: Pepa Tenorio

La experiencia de tener a un perro en casa es una que "todo el mundo debe vivir, por lo menos una vez", en palabras de Tenorio, que además añade que no hace falta comprar, sino adoptar o rescatar. Y es que, por su experiencia, mucha gente no se da cuenta de que "están por todas partes". "Muchas veces los ves y pasas de largo, pero no reparas en que ese animal está necesitado. No pueden hablar y no te pueden pedir ayuda, entonces no sabes lo que les pasa", indica. Además, añade que no hay problemas por la raza o el tamaño del perro, ya que se pueden encontrar de cualquier tipo en las perreras o centros de acogida.

Las redes sociales y el reto de mantener económicamente a toda su familia canina: "Es una odisea"

Hay quien dice que las redes sociales las carga el diablo, pero muchas veces también sirven para generar un impacto positivo en las vidas de quienes lo necesitan, y en el caso de Pepa, la ayuda que ha recibido a través de ellas para mantener a su manada ha sido fundamental. Tenorio tiene un perfil en la plataforma Teaming, una web en la que se pueden recaudar fondos para distintas causas sociales donando un euro al mes, y gracias a la cual esta granadina ha recaudado ya casi 12.000 euros desde 2013.

Y es que este tipo de gestos son fundamentales para Pepa, que afirma que afrontar el gasto económico que requieren sus animales "es una odisea". "El veterinario, las pruebas, pastillas para desparasitar... Ahora mismo yo trabajo para los perros", apunta. Por ello, agradece efusivamente las donaciones que recibe por los medios digitales. "Las redes sociales me han hecho un favor grandísimo, me apoya mucha gente. No se me caen los anillos por pedir que me echen una mano, y como me conocen muchas personas tengo suerte de que cuando pido ayuda para algo me la dan. Mi pareja también me ayuda muchísimo", explica.

Y es que esta colaboración es esencial para costear todos los kilos de pienso que sus mascotas necesitan cada mes. "También tengo una amiga que tiene una asociación en Madrid que se llama Menuda Vida de Perros, que me ayuda mucho cuando necesito pienso. Imagínate dar de comer a 16 perros con la boca abierta", admite.

Sin embargo, Pepa no utiliza sus redes sociales únicamente para pedir ayuda para sus perros, sino también para, con el tirón mediático que ganó a partir de la historia de Dico, ayudar a otros animales en situación de peligro o abandono, o incluso recaudar fondos para costear tratamiento o equipamiento en casos necesarios. Uno de ellos fue el de la perrita Khaleesi, que se cayó del balcón de su casa cuando tenía cuatro meses, lo que le causó una grave lesión en la columna y le impidió utilizar sus patas traseras. Después de una operación exitosa, pero que exigía una recuperación lenta, Tenorio aprovechó el seguimiento que tiene en sus perfiles para recaudar fondos para una silla de ruedas especial que, según el veterinario, facilitaría mucho la rehabilitación.

Khaleesi, con su silla de ruedas | Foto: Facebook Pepa Tenorio

En cuestión de días, la silla, valorada en casi 500 euros, ya estaba de camino a casa de la dueña de Khaleesi, que ya lleva meses disfrutando de este nuevo accesorio mientras se recupera de su grave lesión. Es tan solo un ejemplo de la fuerza que arrastran las redes sociales y cómo pueden canalizarse hacia una buena causa en las manos adecuadas. Casos como estos se dan cada semana, y mucha gente contacta directamente con Pepa cada vez que se topan con un perro en situación vulnerable. Y es que su vida, desde el principio hasta el final, estará siempre marcada por ellos.







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