Puertas acelera al Granada (3-2)

El de Benahadux fue el principal protagonista del triunfo rojiblanco ante el Almería en su único amistoso ante un equipo de superior categoría

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Antonio Puertas conduce el balón durante el partido | Foto: Granada CF
Chema Ruiz España
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Antonio Puertas ha decidido que el Granada regrese de Montecastillo con una marcha más. El de Benahadux, que empieza a fundar una interesante sociedad con Ricard Sánchez, fue el adalid granadinista. Desequilibró el único encuentro ante un equipo de superior categoría de los programados en la preparación nazarí. Asistió a Petrovic y marcó un golazo para poner por delante a los de Aitor Karanka ante el Almería, tras un primer tiempo equilibrado. Respondió el conjunto indálico hasta equilibrar el marcador, con tantos de Robertone de penalti y de Eguaras, que empalmó una gran volea. El duelo se quedaba en ‘x’, pero Miguel Rubio, uno de los debutantes, se puso zancos para rematar un centro de Uzuni y cambiar el signo. 

Solo debutó de inicio Jonathan Silva en el once de Karanka, que dio cancha a sus nuevos pupilos con cuentagotas. El argentino se ubicó en el lateral izquierdo como única novedad en la zaga más habitual en esta pretemporada, que completaron Ricard Sánchez por el costado opuesto, Miki Bosch y Youness. El técnico rojiblanco, pese a tener ya a su disposición ya a efectivos suficientes para levantar una muralla hecha de ladrillos del primer equipo, mantuvo a los dos recreativistas por delante de André Ferreira, que se situó bajo palos. Bodiger y Petrovic tomaron el centro del campo, con Soro por delante. Uzuni y Puertas se abrieron a las bandas para flanquear a Arezo, que fue la referencia ante un Almería que, aún en construcción, ya elevó el nivel de exigencia.

El comienzo dio vértigo. Sousa se escapó por la banda diestra para pisar línea de fondo, pero su pase atrás no halló una pierna que lo empujara a la red. Después, Uzuni, al contragolpe, buscó el perfil interior y colgó un centro corto que repelió la zaga. Presionó con intensidad el Almería, proactivo, y complicó la salida nazarí. Akieme cazó una pelota sin dueño en la frontal y le pegó mordido, a las manos de André Ferreira, y el luso resopló aliviado cuando Lazo no acertó a marcar un pase de Sousa, que le dejó la portería despejada. Fueron compases de control indálico, en lo que Petrovic y Bodiger iban calentando.

Los dos mediocentros rojiblancos entraron en juego con el paso de los minutos. El francés sigue presentándose como un todoterreno con carrocería fina, mientras que el serbio, ya conocido, va dando el paso adelante que de él se espera. Se equilibraron las fuerzas y se apagaron las ocasiones. Los férreos pivotes nazaríes anularon la creatividad almeriense, mientras que la inquina de los de Aitor Karanka apenas se reflejaba en saques de esquina continuamente rechazados. Levantó la frente Jonathan Silva, que, escrutando el horizonte, avistó el movimiento al espacio de Uzuni. El albanés cedió para Arezo, ya en el área, pero el uruguayo se durmió en el control.

Aceleró de nuevo el conjunto dirigido por Rubi tras la pausa para la hidratación, sin llegar a inquietar a André Ferreira. El luso se bastó solo para complicarse en una salida al costado izquierdo, al esperar a un Robertone a quien tuvo que detener para que no sacara rápido de banda y le pillase desubicado. Después, Uzuni volvió a pisar la zona de castigo indálica, en esta ocasión para descargar sobre la llegada de Soro desde segunda línea, que cruzó demasiado el golpeo.

Sin más cambios que la entrada de Raúl Fernández tras el descanso, los nazaríes comenzaron a canalizar su juego ofensivo por el carril diestro. A Puertas se le encendió la bombilla, esa que, cuando se conecta, puede alumbrar al conjunto rojiblanco. Se sintió cómodo pisando zonas más centradas, desde las que deshizo el tejido almeriense. Poco se había jugado del segundo acto cuando entregó el pasillo entero a Ricard Sánchez. El de Benahadux recibió por dentro y se metió en el rectángulo de Fernando, desde donde picó la pelota lo suficiente para sortear las cabezas de todos los zagueros indálicos y colocarla en la frente de Petrovic, que la dirigió bien a la red.

La conexión en el carril diestro se repitió, aunque esta vez dejó una serie de permutas interesantes. Ricard Sánchez comenzó a correr por dentro, abrió a Puertas y se cruzaron. El almeriense agachó la cabeza, porque no necesitaba ver dónde estaba la portería. Armó su pierna izquierda y conectó un golpeo magnífico a la red para poner el 2-0 en Montecastillo.

El fulgurante inicio granadinista cambió el signo del duelo, también en lo que a juego respecta. Las conexiones almerienses se habían roto y los nazaríes se apropiaron de la pelota, a la que cuidaban hasta que los dos hombres de banda diestra decidían tocar algo de rock and roll con ella. Movió fichas Rubi, pero ni siquiera la velocidad de Pozo le espabilaba. Lo hizo una falta de Youness sobre Milovanovic, que se giraba. Golpeó Lazo y el balón en la mano de uno de los jugadores que formaron la barrera. Desde los once metros, Robertone no falló.

Prácticamente en la jugada posterior, Arnau se topó con el pecho de Raúl Fernández cuando ya veía el gol; el rechace fue colgado en el área y despejado por Bosch, pero Eguaras, paciente en la frontal, lo recogió con los cordones para pugnar con Puertas por el mejor gol del partido. En dos acciones, en un par de minutos, el Almería restableció las tablas. Dos acelerones de cada equipo que ponían el empate a dos. 

Ricard Sánchez siguió percutiendo, sin éxito, y Karanka movió el banquillo. Ignasi Miquel y Miguel Rubio tomaron el centro de la zaga, mientras que Jorge Molina formó una doble punta con Arezo. El uruguayo también salió, para que, por fin, debutara José Callejón con el Granada. El duelo se agotaba y las dos plantillas, a estas alturas de pretemporada, firmaban las tablas, pero Miguel Rubio quiso dejar una bonita carta de presentación. Uzuni, en un córner sacado en corto, envió la pelota al corazón del área, donde el central se elevó más que nadie para cabecear a gol.

El Granada se despide de su stage en Montecastillo con una victoria ante el rival de mayor entidad en su preparación. El conjunto rojiblanco respondió cuando debía y regresa a la ciudad con buenas sensaciones, así como con cinco fichajes -Cabaco, por cierto, no jugó- ya integrados. La próxima cita será la presentación, ante el Málaga en Los Cármenes, aunque la cabeza de los de Karanka, ya sí, empieza a pensar en el debut liguero.







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