Granada cede en su contrarreloj de la cuarta ola

La provincia, que presenta la tasa de incidencia más alta de Andalucía, mostraba una necesidad de mejora desde antes de Semana Santa

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Ciudadanía en las calles de Granada | Foto: Carlos Gijón
Sergio Rodríguez Acosta
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Granada no ha podido evitar caer en una nueva ola de coronavirus, la cuarta, considerada al menos, desde la llegada de la pandemia. La frialdad de los datos mostraba motivos de preocupación desde antes de Semana Santa. Desde las autoridades sanitarias se hizo hincapié en la necesidad de retrasar la cuarta ola lo máximo posible para dejar a las vacunas hacer su trabajo, pero no ha podido ser. El avance en el proceso de inmunización es un factor que juega dentro de esta ola.

El primer aviso llegó a comienzos de marzo, cuando la mayoría del territorio andaluz pasó al nivel de alerta 2, cosa que no consiguió ninguna localidad de la provincia. Granada se quedó sin aliviar sus restricciones para llegar en la mejor situación posible a la Semana Santa. Cuando llegó la fecha marcada, la Junta decidió establecer las mismas condiciones para toda la comunidad, que pasó a ampliar el toque de queda y el horario de la actividad no esencial.

Que Granada diese este paso no significaba ni mucho menos que estuviese en la misma circunstancia que otros territorios, algo más que conocido y reflejado en los datos que ha ofrecido de forma paulatina la Consejería de Salud y Familias. Tras finalizar la Semana Santa las matemáticas no mienten, pues Granada ha iniciado esta semana siendo la provincia andaluza con la tasa de incidencia más alta: 371,2 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.

En los últimos siete días, la Consejería de Salud ha notificado 2.450 nuevos casos de Covid-19 en Granada. La progresión ha dejado días preocupantes como el 8 de abril, cuando se dieron 573 contagios en el parte que ofrece el gobierno andaluz. Durante este tiempo han fallecido 20 personas en la provincia a causa de la enfermedad.

El 5 de abril, tras finalizar la Semana Santa, los hospitales granadinos presentaban 292 ingresados, 67 de ellos en la UCI. Este lunes los hospitalizados eran ya 319, de los cuales 76 pertenecientes a UCI. Bien sabido es que lo más temible de una ola es el incremento que pueden experimentar estos guarismos después de unas jornadas masivas de contagios. Todavía no han pasado dos semanas desde que terminase la Semana Santa, pero no es descabellado afirmar que Granada ya está inmersa en la cuarta ola.

La situación actual ha provocado que muchos municipios de la provincia vuelvan a estar con un ojo puesto en el IECA para conocer si sus fronteras cierran, o en casos más extremos si su actividad esencial debe bajar la persiana. La jornada de este lunes reflejó de golpe los malos datos de las últimas 48 horas, pues la Junta ya no ofrece su parte informativo los domingos.

El papel de la vacuna

Las vacunas del Covid-19 son el camino para volver a la normalidad, pero los milagros no existen. La administración del remedio no ha alcanzado todavía un porcentaje significativo dentro de la población, pero sus efectos ya son más que notables. Hace apenas dos meses, en España fallecían más de 700 personas por semana en las residencias, una cifra que ahora ha bajado a 2.

Es indudable que la vacuna conseguirá que esta cuarta ola sea menos agresiva que las anteriores, pero los expertos y los profesionales sanitarios no se cansan de repetir que no hay lugar para la relajación. Granada no ha podido evitar verse inmersa en la cuarta ola del coronavirus, pero sí puede luchar por terminar con ella lo antes posible y minimizar así sus efectos negativos.







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