"Gracias a la oxigenoterapia, la infección ha remitido y me siento con más energía" | Vídeo

Josefina ha encontrado en la medicina hiperbárica una solución no invasiva para tratar la infección recurrente derivada de la osteorradionecrosis mandibular generada tras haber recibido radioterapia

Fotos Josefina Oximesa (6)
Josefina Cervera, paciente de la Unidad de Medicina Hiperbárica de la Policlínica SMD Granada | Javier Gea
Ángela Gómez | @_Angela_GA | Imagen: Javier Gea
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La calidad de vida de Josefina Cervera ha mejorado notablemente tras someterse a varias sesiones de medicina hiperbárica. Esta granadina de 53 años tiene osteorradionecrosis mandibular, generada tras haber recibido radioterapia a consecuencia de un carcinoma en la boca. “Como efecto de la radioterapia en la mandíbula empecé a tener infecciones recurrentes, que intentamos frenar y curar con un tratamiento de antibióticos durante un tiempo, pero no daba resultados, así que mi médico maxilofacial, junto con el médico de medicina hiperbárica, me aconsejaron probar sesiones de oxigenoterapia para ver si la infección remitía y, efectivamente, lo hizo”, explica a GranadaDigital Josefina, que un día más ha acudido a la Policlínica SMD de Granada en la que se encuentra la Unidad de Medicina Hiperbárica, la primera instalada en el Parque Tecnológico de la Salud y que lleva prestando atención a los pacientes desde principios de este año.

La oxigenación hiperbárica (OHB) consiste en respirar oxígeno al 100% en un entorno sometido a una presión superior a la atmosférica. Para ello existen las cámaras hiperbáricas, que son unos habitáculos cerrados especiales que pueden presurizarse. La combinación de aumentar tanto la presión como los niveles de oxígeno tiene una serie de efectos en el organismo que potencia alguna de las funciones habituales de nuestro cuerpo y sirven de ayuda para mejorar algunas enfermedades y/o aumentar el efecto de algunos tratamientos. Y ese ha sido el caso de Josefina que, según relata, tras la séptima sesión en la cámara hiperbárica, empezó a notar la mejoría y ha podido decir adiós a las infecciones reiteradas que han mermado su calidad de vida.

Josefina, que empezó su tratamiento a finales de mayo de este año, está muy satisfecha con su evolución. Físicamente dice encontrarse mejor. “Estaba súper delgada porque la infección en la boca me limitaba a la hora de comer y he recuperado algo de peso, por lo que me siento mucho mejor. Y a nivel anímico también he experimentado un cambio muy positivo: me encuentro con más energía, tengo más vidilla”, nos asegura con una sonrisa de oreja a oreja, muestra de que lo peor para ella ya ha pasado.

Está contenta y su cuerpo agradece que no tenga que seguir tomando antibióticos. “Me dejaba la tripa hecha un cuadro…”, explica esta paciente mientras se prepara para una nueva sesión en la cámara hiperbárica, después de haber tenido una consulta con el doctor José Antonio Almazán, médico especialista de la Unidad de Medicina Hiperbárica de la Policlínica SMD Granada.

Josefina en el interior de la cámara hiperbárica de la Policlínica SMD Granada | Javier Gea

 

Mientras Josefina se viste con un batín especial para entrar en la cámara hiperbárica, le preguntamos por la sensación que se experimenta al estar, en su caso, casi una hora dentro del habitáculo. “Yo no siento sensación de agobio. La cabina tiene cristales en la parte superior y en los laterales, así que no agobia”, expresa mientras señala la cámara. “Además, como tiene una pantalla, en la que puedes ver, por ejemplo, una película, el tiempo pasa volando, la verdad”, apostilla.

Además, y a diferencia de otros centros, la Policlínica SMD, de la mano de CareOX/CMUC, cuenta con una cámara monoplaza que hace que la sesión sea más cómoda para el paciente que, en todo momento, está supervisado por médicos especialistas para garantizar la correcta aplicación del tratamiento.

 

“Es una modalidad terapéutica, segura y no invasiva”, afirma el doctor Almazán, mientras pone la cámara a punto para iniciar la sesión con Josefina.

La oxigenación hiperbárica está indicada para diversas patologías. Según el Comité Europeo de Medicina Hiperbárica, con un nivel de evidencia tipo 1, es decir, muy recomendables, está indicada para personas que han sufrido un envenenamiento de monóxido de carbono, para fracturas abiertas con daños por aplastamiento, para la prevención de la osteorradionecrosis tras la extracción dental o para la mandibular, para la sordera súbita, para la enfermedad descomprensiva, para el embolismo gaseoso, para infecciones bacterianas anaerobias y para radionecrosis en tejidos blandos, entre otras patologías. También sirve como coadyuvante y resulta muy útil en casos de pie diabético, ya que favorece la angiogénesis y la cicatrización.

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