Gente estúpida (que lanza bulos en la red)

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Según un historiador, un 14 por cierto de la población es la cantidad de estúpidos que habitan en el planeta Tierra. Y seguro que entre ellos conocéis a más de uno. O mejor dicho, gente que con frecuencia hace estupideces de diferente tamaño.

Y la verdad es que ¿Nos hemos parado alguna vez a reflexionar sobre la cantidad de estúpidos que habitan en nuestro entorno? Porque hay estúpidos y MUY ESTÚPIDOS, en todas las sociedades, de todos los sexos, razas y condiciones.

Y esa estupidez la vemos más en las redes sociales con gente que lanza bulos. Aunque seguro que a pesar de que hay personas que están esperando cualquier excusa para intoxicar, las redes son un espejo de aumento (a veces) de lo cotidiano, de lo que pasa en los rellanos, en los trabajos, en los bares, en la calle. Como dice la filósofa Marina Garcés “Decir que ‘la culpa es de la red’ es la mejor manera de ‘desresponsabilizarnos’.

En muchos casos, los bulos comienzan con cadenas de e-mail, WhatsApp o Twitter. Y ante ello nace Salud sin bulos que es una iniciativa de la Asociación de Investigadores en eSalud puesta en marcha para combatir los bulos de salud en internet y contribuir a que exista información veraz y contrastada en la red. Gracias a la colaboración de profesionales sanitarios, periodistas, asociaciones de pacientes e instituciones, esta estrategia pretende identificar y desmontar estos rumores a través de argumentos científicos y la acción coordinada en redes sociales.

Pero, qué es un bulo? Un bulo es una noticia falsa que se divulga intencionadamente para hacer creer a un grupo de personas que algo falso es real. Gracias a la instantaneidad que le caracteriza, internet es un canal muy potente para la expansión de bulos y facilita una propagación, además de rápida, universal y sin control. El III Estudio sobre bulos y fraudes en internet realizado por la Asociación de Internautas revela que el 90% de los usuarios de internet afirman haber leído información falsa o poco fundamentada en la red. El informe detalla que este tipo de datos falsos tratan principalmente temas relacionados con la salud y la alimentación (32,5%). Y los bulos comienzan a ser peligrosos en el momento en el que alguien los toma por verdaderos. Las consecuencias son desde personas que siguen dietas perjudiciales hasta pacientes que dejan su tratamiento o incluso padres que no vacunan a sus hijos porque creen que las vacunas producen autismo.

La forma de eliminar los bulos, en primer lugar, es identificarlos y desmontarlos con argumentos científicos. Y, en segundo lugar, se debe actuar de manera coordinada en redes sociales”. Quienes crean y difunden este tipo de bulos apelan a los miedos más íntimos de las personas. Por un lado, buscan elementos con apariencia de veracidad, que distorsionan a su gusto y, por otro, datos difíciles de comprobar de manera inmediata. A estas circunstancias hay que añadir que en el campo de la salud falta mucha cultura científica. Tenemos un terreno propicio para estafadores y ‘conspiranoicos’ que creen que la industria farmacéutica y de la alimentación trabajan en la producción de enfermedades y que, en realidad, están detrás de muchos de estos bulos”.

A través de su página web, la iniciativa Salud sin bulos trata de erradicar las fake news de internet y trabaja con la intención de difundir una información sanitaria de calidad. Además, los propios usuarios pueden colaborar en el caso de encontrar algún bulo de salud en redes sociales a través de la sección ‘¡Denuncia un bulo!’. De esta manera, un panel de expertos analizará la información para comprobar si el contenido es un bulo sobre el que se deba alertar a la población. En su web destaca el análisis de noticias relacionadas con la salud que han sido previamente publicadas en medios de comunicación. Se trata de la sección ‘Detrás del titular’. Hay que comprobar la fuente de información y cerciorarse si ha sido difundida por un organismo oficial

A imagen de ‘Behind the headlines’, del NHS, Salud sin bulos se encargará de aclarar aquellos titulares cuyo tratamiento informativo haya sido alarmista, aportando argumentos científicos tanto sobre su origen como sobre sus implicaciones para los lectores y pacientes.

Y eso puede ayudar a quitar bulos de la red y por tanto a gente estúpida, de la que hablamos porque hemos oido hablar de una tragicomedia que dirige Daniela Fejerman, donde hay diversas escenas sobre la estupidez, que no conoce barreras económicas ni sociales, ni tampoco redes sociales. Porque hay estúpidos en todas las sociedades, en todas las épocas, de todos los sexos, razas y religiones.

Esta comedia, ‘Gente Estupida’, aborda de manera muy divertida el tema de la estupidez humana. A través de varios sketches intercalados con las clases magistrales de un profesor, vemos que ésta no conoce barreras de ningún tipo. Y esto es lo que hace la obra basándose en la ‘Teoría de la Estupidez’ formulada por el historiador italiano, Carlo María Cipolla, en su ingenioso ensayo titulado “Allegro man non troppo” (1988), que conocí gracias a mi compañero y amigo José Luis Bimbela.

En la obra, se lleva a la sala a un profesor de Universidad que nos va explicando la teoría de Cipolla y que, al mismo tiempo, nos va poniendo ejemplos sobre los distintos tipos de estupidez como el que hemos descrito de las redes sociales y muestra todos los tipos de estúpidos que existen en nuestra sociedad, sacando a la luz el número real de estúpidos del que estamos rodeados.

Quitemos los bulos, quitemos la estupidez. Mejoraremos con ello la salud y mejoraremos la sociedad, sin bulos.







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