Ganar el derbi para no perder la calma

Granada CF - Real Sociedad _03
Manuel Herrera @manuelherrerapr
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Decía Lucas Alcaraz en la previa del partido que enfrentará este sábado (22.00 horas, Canal+Liga y GolT) al Almería y al Granada CF que una de las claves para ganar será "estar juntos" y "acaparar el protagonismo del partido". Incide en esa idea de control el entrenador nazarí, consciente de la importancia de imponer su ritmo en un campo que le resulta familiar: Hace dos temporadas dirigió durante 31 encuentros a su rival de hoy. Aunque cercanos, eran otros tiempos. Era Segunda División. Ahora, regresa en la élite y como visitante.

Probablemente, cuando separaron sus caminos, tanto Lucas Alcaraz como el Almería hubiesen firmado encontrarse en una circunstancia similar a ésta. El entrenador dirige al Granada, equipo de su tierra y de su corazón, en la élite del fútbol español; el club urcitano vive una nueva etapa en Primera División, con un técnico joven, de la tierra y, a juzgar por sus resultados, muy capaz. Ambos están fuera del descenso y parecen encaminados a lograr la permanencia.

No acaban ahí las coincidencias. Dejando al margen los tiempos en los que Lucas Alcaraz y Francisco coincidieron en el Almería - primero como entrenador y jugador, respectivamente, y después como preparadores del primer equipo y del filial - ambos técnicos conviven con un problema que arrastran desde el inicio del año: El mal rendimiento en casa. Seis puntos constituyen el escaso botín que ambos han acumulado en sus respectivos feudos.

Quizá, por aquello de las inercias y de la presión en el lado ajeno, la ventaja en el apartado mental podría corresponder al Granada CF, que, además, es un visitante de sobresaliente: temible para cualquier contrincante. Catorce puntos en ocho partidos lejos del Nuevo Los Cármenes le dan a los rojiblancos la posibilidad de llegar a enero en una buena posición, en la zona media, y con la posibilidad de afrontar con tranquilidad, aunque sin excesos, la segunda parte de la temporada.

No obstante, esa seguridad, que tenía en el portero Roberto a uno de sus baluartes, se verá amenazada por la ausencia del gallego, baja por una gastroenteritis inoportuna. Murillo, otro de los fijos hasta diciembre, tampoco estará, víctima de unas molestias musculares. Benítez, con una elongación, e Ighalo, recién operado de la rodilla, tampoco se presentarán a la cita en el estadio de Los Juegos Mediterráneos.

Ante esta serie de ausencias, llega el momento de las alternativas. Ahí, el señalado es Karnezis. Salvo sorpresa mayúscula, el portero griego debutará hoy en Primera División. Será su momento para tratar de asentarse en el puesto, tarea que se antoja difícil para el internacional heleno. También parece claro que jugará Diakhaté, junto a Mainz en el centro de la zaga. El central senegalés también tendrá la oportunidad de reivindicarse para tratar de colarse en los onces habituales de Alcaraz.

Por lo demás, se auguran pocas novedades con respecto al once que perdió ante la Real Sociedad en las vísperas navideñas. La defensa, amen de Diakhaté, estará ocupada por Mainz, como central, y Angulo como lateral izquierdo. Nyom o Foulquier, que ya son pareja de hecho en la sempiterna duda de la banda diestra, se disputarán la otra plaza de la zaga.

Por delante, en el trivote, la duda se cierne en torno a Yebda y Recio. El argelino se había hecho con el puesto, pero sus últimos problemas físicos podrían darle una opción al malagueño. Eso sí, a su lado estarán, sin duda, Iturra y Fran Rico, mientras que, una semana más, Brahimi y Piti ocuparán los costados, y El Arabi será la referencia ofensiva.

Por parte del Almería, Francisco tendrá que lidiar con la sensible baja de Rodri, su máximo goleador, aunque ha podido incluir en la lista a su último refuerzo: el lateral zurdo Mané, que probablemente esté en el banquillo. El once inicial podría estar formado por Esteban, Rafita, Trujillo, Torsiglieri, Dubarbier, Azeez, Tébar, Vidal, Verza, Barbosa y Óscar Díaz.

Así las cosas, el derbi regional, inédito hasta hoy, se presenta como una oportunidad para el Almería de empezar el año con buen pie en casa y, para el Granada CF, de lograr una nueva victoria que le permita seguir viajando por la competición con la tranquilidad de mantener el descenso a una distancia de seguridad. Ganar para no perder la calma.

 







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