Anuncian fondos para que las administraciones locales puedan conservar su bienes patrimoniales
El plan pasará por la Comisión de Patrimonio para su aprobación definitiva, aunque ya marca la hoja de ruta para algunas intervenciones que ya se han llevado a cabo
Europa Press
La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico sacará "en breve" una línea de financiación para que las administraciones locales puedan conservar su bienes patrimoniales, según ha anunciado el delegado provincial de Cultura y Patrimonio Histórico, Antonio Granados, durante la presentación del Plan Director de Conservación y Puesta en Valor del castillo de Láchar (Granada).
Este plan pasará por la Comisión de Patrimonio para su aprobación definitiva, si bien ya marca la hoja de ruta para las intervenciones que se han llevado a cabo para la recuperación del castillo, así como las que aún quedan por hacer.
A la vez que el equipo redactor del plan, integrado por arqueólogos y un arquitecto, ha elaborado el documento ha ido consensuando con los técnicos de la Junta las distintas propuestas, algunas de las cuales se han tramitado y aprobado en la Comisión de Patrimonio. Entre ellas, las obras de emergencia con seguimiento arqueológico en las cubiertas del castillo, las de apertura para visita pública, el proyecto de recuperación de la torre nazarí o el que proponía la recuperación de la antigua bodega para ubicar el centro de interpretación del inmueble defensivo.
Y es que este plan director, aunque no es una figura obligatoria por la legislación patrimonial, al afectar a un Bien de Interés Cultural, necesita su aprobación por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.
La construcción del castillo-palacio de Láchar, en su configuración actual, corre paralela a la figura y proyección de su promotor, Julio Quesada Cañaveral y Piédrola, VI Conde de Benalúa y de las Villas, VIII Duque de San Pedro de Galatino, Señor de Láchar y de Monreal (1857-1936). El Conde comenzaría la edificación en el año 1885 y ya en el año 1899 aparecen referencias en prensa que describen un palacio totalmente terminado de edificar.
Tras la muerte del Duque, en el año 1936, su viuda Fernanda de Salabert y Arteaga vende el castillo al Instituto Nacional de Colonización, que mantiene la propiedad hasta el año 1971 en que lo vende a Donald Leroy Bronw. A partir de ese momento y hasta su compra por parte del ayuntamiento, el castillo ha permanecido en manos privadas.
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