La familia de la chica de Alhendín pide ayuda ciudadana para encontrarla

La Policía cree que se fue de forma voluntaria y al ser mayor de edad puede hacerlo, pero en su entorno sospechan que fue captada por un grupo relacionado con la trata de personas

Madre desaparecida
La madre de Estela Cristina Romero, hoy en la puerta del Ayuntamiento de Alhendín | Foto: Gabinete
GranadaDigital
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El Ayuntamiento de Alhendín ha mostrado su "preocupación" por la presunta desaparición el pasado martes en el aeropuerto de Barajas (Madrid) de la joven de 21 años Estela Cristina Romero Vieira, de origen brasileño pero que reside en el municipio desde 2013.

El alcalde, Francisco Rodríguez, ha contactado con su familia para transmitirle “todo nuestro ánimo y apoyo, así como brindarle toda la ayuda y colaboración necesarias para encontrarla lo antes posible”. El regidor ha subrayado que Estela Cristina “estuvo hace unos meses haciendo prácticas en el ayuntamiento, por lo que la noticia nos ha sorprendido doblemente”.

Rodríguez ha confiado en que “la colaboración ciudadana, la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y las posibilidades de rastreo que ofrece hoy día la tecnología permitirán dar pronto con el paradero de Estela Cristina.

El caso tiene tintes peculiares. Fuentes policiales consultadas por GranadaDigital han indicado que las investigaciones que están realizando les llevan a pensar que la chica ha desaparecido por voluntad propia y que, al tener más de 18 años y ser mayor de edad, no la pueden buscar a no ser que se den circunstancias que así lo aconsejen.

Sin embargo, en el entorno familiar piensan que Estela Cristina, aunque sí ha podido irse de forma voluntaria, habría estado condicionada por un grupo de personas con los que tuvo contacto el año pasado a través de internet y que, sospechan, podrían formar parte de una red de trata de personas.

Aseguran que la joven empezó a mediados de 2019 a relacionarse de forma muy frecuente con un grupo de aficionados a un estilo de música, el pop coreano (también conocido como K-pop) que en principio no esconde nada nocivo pero que en este caso, siempre según el entorno familiar, habría sido el señuelo para que Estela Cristina terminase siendo captada por una red de personas con intenciones bastante más ilegales que la mera escucha de música.

De hecho, los familiares se llegaron a preocupar y hablaron con la chica para intentar que dejara de mantener relaciones con ese grupo, cosa que en principio consiguieron. No obstante, a finales del año pasado volvieron a detectar indicios de que ese grupo de supuestos amantes del K-pop volvía a hablar con ella.

Sin tenerlas todas consigo, familiares de la joven la acompañaron al aeropuerto de Granada y se aseguraron de que tomara un vuelo hacia Barajas, desde donde debía enlazar con otro para Brasil. Allí reside su padre y en buena lógica ya debería haberse reunido con él, pero en Barajas se le ha perdido la pista.







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