"Estoy de acuerdo con la eutanasia, pero yo quiero una vida digna y nadie me da los medios"

"¿Mi respuesta a todo siempre ha sido la misma: pago o como?", así se pronuncia Delia ante el recibo de la luz de 238,26 euros que le ha llegado desde Endesa

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Delia pide una opción digna que le permita seguir con su vida | Foto y vídeo: Carlos Gijón
Celia Pereira
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238,26 euros de factura de luz. “Solo pido que vivir no me cueste la vida”, así empieza la historia de Delia, una mujer que lucha por una vida digna desde la niñez.

Esta granadina tuvo un accidente de coche con 14 años. Desde entonces, sufre una lesión medular cervical. “Mi hermano se fue y mis padres tampoco están muy bien”. Esa fecha marcó el inicio de la continua ingesta de relajantes musculares. “Me hacen dormir y estar muy cansada”. Por eso decidió no tomarlas más en este último año, y fue complicado porque “tuve muchísima ansiedad. Es como cuando dejas una droga”.

Un día se despertó en la UCI cuando su hija le estaba hablando. “Mamá, siempre voy a venir. No te voy a dejar” A partir de ahí recuerda estar en el PTS y “me dijeron que me encontraba ahí porque se me había parado el corazón”. Tuvo una parada de 28 minutos, “nadie se explica cómo no he tenido secuelas neurológicas. Los médicos lo tacharon de milagro. Resucité”.

Delia asegura que entró al hospital siendo muy agnóstica, pero la llevaron a San Rafael, “que dicen que es el hospital donde te envían para morir. Eso no es verdad. Hay un equipo humanitario y profesional estupendo”. Cuando pudo levantarse, decidió ir a una capilla que se encuentra en el propio hospital. “Me gustaba estar ahí. No sé si salí con fe en San Juan de Dios, pero a la capilla iba”.

Esta mujer afirma que su vida ha cambiado mucho como se puede ver en el vídeo que acompaña a este reportaje en el canal de Youtube de GranadaDigital. “El pronóstico es que iba a estar toda la vida entubada y por la noche engancha a un respirador. Pero no ha sido así”. Delia todavía se encuentra en proceso de recuperación. “Parece que bromeo, pero me llaman ‘la resucitada’. He estado media hora muerta. Antes me gustaba mucho salir, tomarme un vasito de vino al día o un chupito de anís, pero ahora no me atrevo. Me da miedo”.

La pensión no digna, la factura de la luz y la Junta de Andalucía

A estos problemas de salud, se añade el drama social que sufren muchas personas dependientes con una pensión muy lejos de ser digna, 600 euros. En cuanto a las ayudas, Delia ‘gozaba’ del bono social del 20%, por lo que “me ayudaba bastante a la hora de pagar cualquier factura”. Aunque ahora todo ha cambiado, utiliza máquinas cada día que incrementan el consumo de luz. Nebulizador, asistente de tos, máquina del sueño y, debido a sus reposos, ha comprado un colchón antiescaras. “Ese bono se tiene que renovar cada cierto tiempo, nadie me avisó que había caducado y me encontré con una factura de luz de 238,26 euros. Temo cuando venga la de gas. Así no se puede vivir”.

Además, no todas las máquinas que necesita Delia para sobrevivir están cubiertas por la Junta de Andalucía. El colchón antiescaras le costó 500 euros. “Tuve que comprarlo si no quería que me salieran úlceras por mis tres meses de reposo absoluto tras estar muerta 28 minutos”.

Sin temblarle el pulso, esta granadina ha decidido devolver el recibo porque desde Endesa no le han ofrecido ninguna solución viable. “Me comentaron que podía fraccionar el recibo, pero no tiene sentido. ¿Fracciono todos mis pagos? Al final, voy a pagar lo mismo cada mes”.

“¿Mi respuesta a todo siempre ha sido la misma: pago o como?”, explica Delia con un tono de nunca haberse rendido.

“Me han comentado que debido a mi situación tengo derecho a pedirme el bono social del 60%”. Así que, sin pensarlo mucho, Delia echó todos los papeles para que le concedan esta ayuda. “Aun así estaría pagando casi 100 euros por la luz, sigue siendo una barbaridad”.

Ayudas para Delia

Esta granadina está ‘atada’ a la Ley de Dependencia baremo 3. Cada día auxiliares de enfermería le ayudan a vestirse, beber, sentarse y cualquier situación que requiera mucho movimiento. Esta Ley le ofrecía una ayuda económica o social. “No quise ningún ingreso, pero sí los servicios”. También ‘goza’ del teléfono del Ayuntamiento para personas dependientes, pero realmente “no sirve de nada”.

“Antes sí lo utilizaba porque cuando llamaba venían sanitarios a ayudarme, pero ahora el teléfono desvía la llamada a familiares cercanos. Yo no puedo pegarles esos sustos a mis padres. Además, ¿ellos qué van a hacer?”, cuenta Delia con poca fe hacia las Instituciones que gobiernan.

“Otra herramienta que utilizo bastante es ‘Alexa’. La he configurado por si me sucede algo que la llamada urgente se desvíe a amigos cercanos”. Pero estos servicios los ha tenido que buscar Delia, nadie la ha facilitado nada, como bien afirma ella. “Esto ocurre con frecuencia, somos los eternos olvidados”.

La lucha de esta mujer es acabar con las barreras mentales y arquitectónicas de la sociedad hacia las personas dependientes. “El otro día quise coger el bus para ir al centro y a dos de ellos no les funcionaba la rampa”. Finalmente, pudo coger un taxi de manera gratuita que concede el Ayuntamiento en estos casos, pero esa no es la cuestión. Delia quiso coger el bus y no pudo. “Estas cosas ocurren todos los días, ya ni me sorprende”

La eutanasia, una muerte digna. ¿Y la vida?

Delia hace un llamamiento a las personas que gobiernan y a las personas que le rodean. “Yo estoy de acuerdo con la eutanasia. Si la gente toma esa decisión, está bien que sea de una manera digna, pero yo quiero una vida digna y nadie me da los medios”.

Y es que, ¿para qué se quiere una muerte digna si la vida no lo es?, como breve resumen a lo que Delia quiso decir en referencia a este tema.

Además, las personas dependientes “somos generadores de trabajo”. Y ya que se ha lanzado no duda en volver a pedir, y con mucho derecho, “que la gente que nos atienda sean personas formadas porque el Ayuntamiento me ha mandado a más de una persona que no sabía qué hacer conmigo”. En un tono amable advierte que van a tener que pagarle un sueldo desde el Ayuntamiento de Granada por dar clases a gente de cómo tienen que ayudarla.

Delia tiene una hija, dos nietas, se ha casado, separado y se ha vuelto a enamorar. “No tengo fuerzas para rendirme”. A la vida le pide que sea mejor vida. A Endesa explicaciones. Al Gobierno que no se olvide de las personas dependientes. A las mujeres en silla de ruedas el teléfono porque “son las dobles marginadas”. Y a San Juan de Dios un poco más de fe.







Comentarios

Un comentario en “"Estoy de acuerdo con la eutanasia, pero yo quiero una vida digna y nadie me da los medios"

  1. No se como no se les cae la cara de verguenza a toda la Junta a Endesa y al Gobierno.Dios la bendiga Sra.Delia

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