Una empleada de Cájar, acusada de robar dinero y joyas en la casa donde trabajaba

Las vendía en una tienda especializada en oro y obtuvo por ellas 5.100 euros, que se suman a los mil en metálico que sustrajo

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Imagen de Cájar, localidad donde se produjeron los hechos | Foto: GD
Gabinete
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La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial en calidad de investigada a una mujer de 32 años, vecina de Cájar (Granada), como presunta autora de un delito de hurto continuado de dinero y joyas en la vivienda donde trabajaba como empleada de hogar.

En un comunicado, el Instituto Armado ha precisado que, al parecer, la mujer había sido la responsable del hurto en la vivienda donde trabajaba tras saber que, en un establecimiento de compraventa de oro de Granada, la investigada firmó doce contratos por la venta de joyas por un valor superior a los 5.100 euros, joyas que la denunciante reconoció como suyas.

Pese a ello, los agentes no han conseguido recuperar las joyas sustraídas porque al haber transcurrido el plazo legal establecido, el propietario del establecimiento que las compró ya las había fundido. La víctima denunció en el puesto de la Guardia Civil de La Zubia que el pasado 10 de octubre le sustrajeron 1.000 euros en su domicilio mientras ella estaba fuera, y que al detectar el hurto pensó en su joyas, y al revisarlas comprobó que también le faltaban una gran cantidad de ellas.

El Área de Investigación de la Guardia Civil de Salobreña realizó una inspección ocular en la vivienda de la denunciante y comprobó que no había nada forzado, por lo que las sospechas recayeron en la única persona que también tenía llave de la vivienda, la mujer que realiza las tareas domésticas.

Los agentes constataron después que esta mujer había vendido las joyas hurtadas durante varias semanas en un establecimiento granadino.

Una segunda investigada en Santa Fe

Por otra parte, la Guardia Civil ha puesto a disposición judicial a una vecina de Santa Fe, una mujer de 52 años de edad que se encargaba de cuidar a una anciana con movilidad reducida en esa localidad, después de que los agentes descubrieran que había sido la persona que presuntamente le sustrajo joyas valoradas en más de 4.000 euros.

En la casa de esa anciana trabajaban tres mujeres, pero la Guardia Civil ha descubierto que fue la investigada la que acudió a un establecimiento de compraventa de oro de Santa Fe a vender las joyas sustraídas.

Tras esto, la Benemérita ha conseguido recuperar algunas de estas joyas, las que vendió más recientemente, ya que el resto habían sido fundidas por el propietario del establecimiento al haber transcurrido el plazo legal establecido para ello.







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