El Granada se estrella contra el muro hoplita

Los hombres de Diego Martínez, faltos de ideas, no fueron capaces de romper la defensa de cinco hombres planteada por el PAOK

Granada CF - PAOK de Salonica
El Granada CF sigue líder de su grupo con 4 puntos | Foto: Antonio L. Juárez
Jero Camero
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Un Nuevo Los Cármenes vacío dio la bienvenida de forma oficial a Europa al ya conocido ritmo de Miguel Ríos. La previa a ritmo de rock and roll hacía presagiar un partido de alta electricidad, con dos equipos que iban a hacer todo lo posible desde el comienzo por adelantarse en el marcador, pero nada más lejos de la realidad. El PAOK saltó al terreno de juego con un equipo muy ordenado y una defensa con cinco integrantes que montaron una muralla digna de los históricos guerreros hoplitas griegos.

El Granada, por otro lado, no estaba en su mejor en la línea trasera. La baja de última hora de Dimitri Foulquier dejó a Diego Martínez sin laterales diestros puros y el encargado de cubrir ese hueco fue Antonio Puertas. El almeriense, igualmente, no tuvo demasiado problemas en los primeros compases e incluso hubo varias ocasiones en las que se pudo prodigar en la zona de ataque doblado a Kenedy, que sí ocupó su puesto habitual como extremo.

Pero no todo fueron malas noticias para el conjunto nazarí, que vio como un hombre tan importante como es Maxime Gonalons volvía a estar entre los once elegidos para iniciar el encuentro. El buen orden de los dos equipos no permitía que el balón llegase con comodidad a los hombres de ataque a pesar de las buenas intenciones. Al cuadro rojiblanco le costaba superar la primera línea de presión y en el momento en el que lo lograban se encontraban con la perfecta muralla de cinco hombres que había planteado Abel Ferreira.

Costaba romper el muro y los griegos poco a poco iban avanzando. Pero estos también se encontraron con una perfecta defensa que aguantaba los envites. La primera jugada de peligro llegó a balón parado, cuando una falta botada por Schwab no la pudo rematar entre los tres palos un Fernando Varela que entraba demasiado solo. El Granada tenía más el balón, pero cuando los laterales griegos decidían subir al ataque el peligro que llevaban se multiplicaba.

Un centro de Soares desde el costado derecho le cayó en los pies a Schwab, que trató de cruzarla lejos de Rui Silva tal cual le llegó, pero el balón terminó estrellándose en la madera. Era el segundo gran aviso del PAOK en menos de media hora de juego y el Granada necesitaba sacudirse la presión llevar el peligro al área contraria. Para intentar romper con la monotonía en el ataque, Machís y Kenedy intercambiaron sus posiciones. Pareció abrirse algo de hueco, pero el único disparo del extremo colombiano terminó desviado a córner por Zivkovic.

Al equipo le faltaba la clasidad de otras ocasiones. Además, por su fuera poco, el ambiente del choque se iba caldeando con el paso de los minutos. Puertas y Machís tuvieron sus más y sus menos con Giannoulis y Murg, mientras que en el costado contrario Diego Martínez le pedía a Kenedy mayor determinación para hacer daño a un Ingason que ya tenía una amarilla.

No añadió nada el colegiado a la primera parte, que terminó con varios jugadores acercándose al luso para pedirle explicaciones por algunas de sus señalizaciones. El físico y la disciplina se impuso en la primera parte, al igual que sucedió cuatro días atrás en el Coliseum Alfonso Pérez. El Granada estaba falto de ideas y solo la habitual magia de Diego Martínez en el vestuario parecía que podía cambiar el devenir de los segundos 45 minutos ante unos griegos que se encontraban cómodos con el desarrollo del choque.

Los 22 protagonistas volvieron al terreno de juego con las ideas bastante claras. El Granada quería controlar el partido y le bajó un punto a la circulación de balón. Esta decisión fue bienvenida por el PAOK, que se dedicó durante los primeros compases a esperar con calma y tratar de salir con mucha velocidad gracias a sus carrileros. Pero era el plan de los nazaríes el que parecía que comenzaba a dar sus frutos y, como no, no lo hizo a balón parado. Gonalons sorprendió con un cabezazo en el primer palo que consiguió repeler Zivkovic con algún que otro problema.

Ni os cambios pudieron derribar la muralla

Los de Diego comenzaban a dejarse ver con asiduidad por las inmediaciones de Zivkovic. La alta presión con la que los nazaríes agobiaban la salida de balón helena comenzaba a dar sus frutos. Las pérdidas comenzaban a apurar al PAOK y Kenedy al fin comenzó a hacer lo que el técnico vigués llevaba pidiéndole desde el comienzo del partido. El brasileño recibía en el costado y se recortaba para el área buscando la opción de disparo.

En los momentos de mayor dominio rojiblanco Diego Martínez decidió hacer una declaración de intenciones sacando del terreno de juego a un desfondado y amonestado Yangel Herrera e introduciendo en el campo a Jorge Molina. El veterano delantero tenía por delante la tarea de de fijar a los centrales y dejar los espacios libres para los desmarques de Luis Suárez. El dibujo se parecía más a un 1-4-2-4 por lo adelantado de los extremos granadinistas.

Sin embargo, pese al inicio dominante en la segunda mitad, los detalles estaban siendo la clave de todo el desarrollo del partido y un error en el peor momento podía significar que la balanza se decantase a un lado o al otro. En una pérdida de balón de los rojiblancos tras un saque de banda iba a dar al PAOK una peligrosa falta en la frontal del área que, por suerte para el Granada, terminó contra la barrera.

No lo veía claro Diego con el nuevo sistema y tras quince minutos volvió a lo que siempre le ha funcionado. De nuevo Suárez fue el sacrificado tras pegarse más de 70 minutos corriendo y tirando desmarques. Tampoco continuó sobre el terreno de juego Kenedy, al que le faltó claridad para encarar a sus rivales. Entraron Montoro, para intentar llevar la manija del juego, y Soro, para explotar los espacios en el tercio final, pero la zaga griega seguía firme. También movió el banquillo Ferreira, que metió sangre fresca en la delantera para continuar la brega con Vallejo y Germán.

El cansancio iba haciendo mella en los jugadores de ambos conjuntos. Costaba más recuperar el terreno andado hacia arriba. Puertas comenzó a dejar algún hueco a su espalda, pero Swiderski no fue capaz definir el centro raso que le llegó desde el costado izquierdo. Otro balón la hueco y un nuevo remate, esta vez de Zivkovic, que terminó en las manos de Rui Silva. Mientras, en el otro lado del campo, Soro lo intentaba con un tímido chut desde la frontal que le salió muy centrado.

Diego agotó sus balas con las entradas de Azeez y Domingos, lo que dio libertad a Puertas para ir sin miramientos al área rival tras la marcha de Gonalons y Machís. El Granada puso toda la carne en el asador durante el tiempo añadido, pero no encontró premio tras un intento de Germán que no llegó a contactar con el balón tras una falta botada por Montoro. También tuvo la suya el PAOK, que reclamó un penalti tras una caída de Zivkovic en el área tras una carga de Germán.

Sin embargo, ninguno pudo mover el electrónico y el marcador se apagó con el mismo resultado que se encendió. Un punto que acerca más el sueño del Granada de pasar de grupos, sobre todo tras la victoria del PSV sobre la bocina en casa del Omonia Nicosia. El grupo se queda muy apretado con el Granada líder con cuatro puntos, seguido de los holandeses con tres unidades.

Ficha técnica:

Granada: Rui Silva; Puertas, Germán, Vallejo, Neva; Yangel Herrera (Molina, 59'), Gonalons (Eteki, 90'), Milla; Kenedy (Montoro, 73'), Machís (Domingos Duarte, 90') y Suárez (Soro, 73').

PAOK: Zivkovic; Ingason, Varela, Crespo; Soares (Wagué, 74'), Schawb, Augusto, Giannoulis; Zivkovic, Çolak (Swiderski, 69') y Murg (El Kaddouri, 69').

Goles:

Amonestaciones: El colegiado Tiago Martins (POR) amonestó a Yangel Herrera y Vallejo en el Granada y a Ingason, Giannoulis, Zivkovic y Douglas en el PAOK.

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la Europa League, disputado en el Estadio Nuevos Los Cármenes sin presencia de los aficionados por las normas del COVID-19.







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