El Ayuntamiento abordará en pleno que la Zambra sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

La propuesta ha sido presentada a los grupos municipales en la Junta de Portavoces y busca "dar el lugar que se merece a algo tan granadino"

Zambra
Imagen ilustrativa | Fuente: Change.org
E.P.
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El Ayuntamiento de Granada abordará en el pleno del próximo viernes una iniciativa del equipo de Gobierno (PSOE) para que se inicien los trámites para que la Zambra sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La propuesta ha sido presentada a los grupos municipales en la Junta de Portavoces y busca "dar el lugar que se merece a algo tan granadino como es la Zambra", según ha explicado la concejal de Cultura, María de Leyva.

El equipo de Gobierno considera que "las razones culturales y artísticas para que la zambra deba ser incluida en la lista de bienes del patrimonio universal de la Unesco, son evidentes", al igual que ocurrió en 2010 con el flamenco, por lo que espera contar con el apoyo de todos los grupos municipales.

La edil ha reivindicado el arraigo de la Zambra en el Albaicín y al Sacromonte y ha recordado que la capital se postula como Capital Europea de la Cultura 2031 "y en esa ciudad cultural que es Granada, la Zambra tiene un papel muy especial".

Aunque perpetuada a través de la transmisión oral, la zambra (danza y música) es la ceremonia con más aporte de documentación histórica e iconográfica de cuantas existen. Comparte alusiones en la literatura de los siglos XVII y XVIII junto a otros géneros flamencos y como peculiaridad de los moriscos de Granada.

Incluye una modalidad de tangos y se caracteriza por una serie de bailes, cantos, recitados, sortilegios y juegos musicales; todos ellos forman un conjunto que gira en torno a los desposorios. La zambra era el rito lúdico musical que acompañaba la ceremonia de la boda en la cultura andalusí. El propio significado de la palabra invoca el carácter festivo asociado a la zambra. El término deriva de los vocablos árabes zamra (flauta) o zamara (músicos).

La práctica de la zambra estuvo sometida a intentos de extinción tras la conquista del Reino de Granada, incluso fue prohibida por la Inquisición, en el siglo XVI. Su continuidad, de forma clandestina, mantuvo vivo el legado. La cultura gitana del Sacromonte se convirtió en depositaria, velando por su supervivencia. A mediados del siglo XX, en paralelo al auge del turismo internacional, la zambra granadina renació con fuerza.

La singular danza se convirtió en una atracción exótica y muy reclamada desde aquellos primeros turistas hasta los de nuestros días. Bailaoras de la talla de Carmen Amaya, La Chunga o Pilar López la adoptaran en sus memorables interpretaciones teatrales.







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