EEUU publicará las justificaciones legales al uso de 'drones' contra estadounidenses

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Las autoridades han decidido no recurrir la orden de un tribunal federal de apelaciones al Departamento de Justicia que publique partes de un documento que daba justificación legal al asesinato del clérigo radical estadounidense Anwar al Awlaki, quien se unió a la organización terrorista Al Qaeda y murió en Yemen en 2011 a consecuencia de un bombardeo de un 'drone'.

Con su decisión, el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito revocó la decisión de un tribunal de primera instancia que falló a favor de proteger el secreto de los argumentos legales de los asesinatos, argumentando el derecho de la ciudadanía a conocer las actividades de su Gobierno.

El tribunal sostuvo que el secreto de dicho documento no está justificado debido a las numerosas declaraciones realizadas por altos cargos del Gobierno, entre ellos el presidente, Barack Obama; el fiscal general, Eric Holder; y el entonces asesor de Seguridad Nacional, John Brennan, respecto a dichas actividades antiterroristas.

La sentencia llegó en respuesta a las demandas presentadas bajo el Acta de Libertad de Información por parte del citado diario y dos de sus periodistas, Charlie Savage y Scott Shane, así como por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

El asesinato de Al Awlaki, que contaba con nacionalidad estadounidense, generó un importante revuelo debido a la participación de la CIA en el mismo y a que podría suponer una violación de la Constitución del país norteamericano.

Al Awlaki nació en el estado de Nuevo México y estaba vinculado a la rama yemení del grupo terrorista. Varios expertos en Derecho que criticaron el programa del Ejecutivo estadounidense de acabar con miembros de Al Qaeda en el extranjero a través de ejecuciones sumarias sin juicio previo señalaron que en este caso, al tratarse de un ciudadano estadounidense, podría haber una violación de la legislación nacional.

El clérigo, que vivió en Virginia antes de abandonar Estados Unidos poco después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trace Center, fue el primer ciudadano estadounidense al que las agencias de seguridad estadounidenses tenían autorización de asesinar --dada por la Casa Blanca-- desde dichos ataques.

Al Awlaki, que fue designado tras su muerte por los servicios de Inteligencia estadounidenses como "jefe de operaciones exteriores" de la célula yemení de Al Qaeda, murió a causa del impacto de misiles 'Hellfire' disparados desde dos aviones no tripulados modelo 'Predator'.

Fuentes del Gobierno estadounidense afirmaron que tomó el liderazgo de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) y que estuvo involucrado en varios intentos frustrados de ataque terrorista contra objetivos estadounidenses.

Oficiales estadounidenses revelaron que "jugó un importante papel en el intento de atentado contra un avión de pasajeros estadounidense en 2009" y "supervisó la trama para insertar artefactos explosivos en aviones de carga norteamericanos, un año después".

Al Awlaki estuvo también relacionado con el autor de la masacre a tiros sucedida en la base militar de Fort Hood (Texas), ejecutada por el psiquiatra militar estadounidense, el comandante Nidar Hasan, y que se cobró la vida de trece personas.

ASESINATOS SELECTIVOS

Bajo la Administración Obama, Washington ha aumentado su uso de aviones no tripulados para asesinar a supuestos terroristas. En un discurso ofrecido en 2010, el asesor legal del Departamento de Estado, Harild Koh, defendió el uso de esta técnica y afirmó que "cumple con la ley en vigor, incluyendo las leyes de guerra".

Koh manifestó que "un Estado que está involucrado en un conflicto armado o que hace uso de la legítima defensa no está obligado a ofrecer procedimientos legales antes del uso de la fuerza letal". "Nuestros procedimientos y tácticas para identificar a los sospechosos son muy buenos, y las tecnologías avanzadas han facilitado que alcancemos nuestros objetivos de manera muy precisa", añadió.

Un exmiembro de la Seguridad Nacional de Estados Unidos señaló tras la muerte de Al Awlaki que un ataque desde un avión no tripulado puede ser lanzado contra cualquiera que esté en la lista de objetivos facilitada por el Centro de Antiterrorismo de la CIA. Una vez esa persona esté al alcance de disparo no es necesario que el director de la CIA o siquiera el presidente del Servicio Nacional Clandestino autoricen el ataque.

Sin embargo, antes de incluir a Al Awlaki en la lista, la CIA envió su nombre a la Casa Blanca para su aprobación, al tratarse de un ciudadano estadounidense.







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