Cuidar los ojos siempre es necesario, pero más aún en verano

Protegerse con gafas homologadas, evitar que los niños miren directamente al sol y no exponer los párpados a los riesgos del melanoma, principales consejos de la clínica del Doctor Benavides

Natación | Escolares
Para meterse en el agua, ya sea en la playa o en la piscina, es muy aconsejable utilizar gafas especiales de natación | Foto: Archivo GD
GranadaDigital
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Llega el verano, toca disfrutar y tomarse unas vacaciones, que muchos aprovecharán para ponerse morenos en playas y piscinas. Todo eso está muy bien, pero los ojos hay que cuidarlos siempre y mucho más ahora, porque el sol pega más fuerte y puede hacer mucho más daño. La clínica otfalmológica del doctor Javier Benavides, una de las más avanzadas de España en el cuidado de los ojos, aporta una serie de consejos para volver del merecido descanso veraniego con unos ojos sanos .

Por ejemplo, casi nadie repara en ello pero, a la hora de hacer un largo desplazamiento en coche, tan importante es poner a punto el vehículo como que quienes se encarguen de conducir se hagan una revisión oftalmológica. Los problemas de visión incrementan de forma considerable el riesgo de accidente. O sea, que la vista también hay que ponerla a punto.

Es imprescindible utilizar gafas de sol, pero no vale una cualquiera. Hay tiendas que venden gafas muy baratas, tanto que resulta tentador comprarlas porque, total, se van a usar sólo unos días y para qué gastar más dinero. Es un error que puede tener consecuencias graves porque no garantizan una protección adecuada. Sí lo hacen las que están homologadas, que se distinguen porque llevan el sello de calidad CE de la Unión Europea.

Siguiendo con las gafas de sol, es poco frecuente ver a niños que las usen, lo cual también es un fallo porque los pequeños están tan expuestos al sol como los adultos. O más si cabe, por dos motivos: al pensar que no es peligroso, muchos tienden a mirar al sol directamente, algo que puede causar lesiones graves en la retina y en la córnea.

Es habitual, cambiando de tema, que en la playa nos entre arena o cualquier otro cuerpo extraño en los ojos. Si eso sucede, hay dos cosas que se suelen hacer pero en ningún caso se deben hacer. Ni restregarse los ojos, porque se puede dañar la córnea y contraer una infección; ni que nos soplen, porque puede causar conjuntivitis. Lo aconsejable es lavar el ojo con agua abundante (y si se tiene a mano suero fisiológico, usarlo también) y, en caso de que persista la molestia, acudir a un centro de salud.

A la hora de bañarse, quienes utilicen lentillas deben quitárselas. No sólo para no perderlas, que es algo que se cae de maduro, sino para no exponer los ojos a conjuntivitis o infecciones en la córnea. Desde la clínica Benavides se recomienda a los usuarios de playas y piscinas en general, y sobre todo a los más pequeños, que utilicen para estar en el agua gafas de natación para evitar la toxicidad del cloro.

La ronda de consejos acaba con uno esencial: la Asociación Nacional del Cáncer ha publicado un estudio en el que se destaca que los tumores de piel más frecuentes son de nariz y de párpado. Este último guarda una clara relación con su exposición al sol. Por ponerse en situación: terminado el chapuzón en la playa, toca tumbarse en la toalla a ponerse moreno. Para proteger la piel hay que usar crema, por supuesto, pero echarla en los párpados sería arriesgado, así que los dejamos desprotegidos. La solución es taparlos, bien con una toalla, una camiseta o de cualquier otra forma. ¿Que así no hay quien pille color? Pues alternativas hay varias. Por ejemplo, mientras se pasea por la arena el peligro es mucho menor porque parpadeamos.

Todos ellos son buenos consejos que no parten de un aficionado, sino de la clínica del doctor Javier Benavides, discípulo del prestigioso doctor Barraquer,con el que trabajó en su clínica de Bogotá (Colombia) y del que aprendió su técnica consistente en introducir el láser en la cirugía refractiva. Hasta entonces, el tallado de la córnea para la corrección de la miopía, la hipermetropía o la presbicia (o vista cansada) consistía en cortar la córnea, congelarla, pulirla con una punta de diamante y volver a colocarla en su sitio. Con el láser, que Javier Benavides aprendió a usar con el pionero, todo mejoró de forma significativa.

En España, se puede decir sin miedo a equivocarse que el doctor Benavides es uno de los oftalmólogos más experimentados en el uso de esa técnica. Más de 25 años de intachable trayectoria profesional le avalan. Es una garantía .

En la clínica, además, se trabaja con el láser de femtosegundo, una tecnología desarrollada por la NASA y aplicada a la medicina, y que es, sin duda, la más recomendada para el campo de la cirugía refractiva.







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