Salto hacia la permanencia

El Granada vence al Athletic con un gol de Collado en un primer tiempo fantástico; aventaja en cinco puntos al Mallorca, que juega mañana en Sevilla

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Los jugadores del Granada celebran el gol de Álex Collado | Foto: LaLiga
Chema Ruiz España
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El Granada acaricia la permanencia. El conjunto rojiblanco espantó los fantasmas que volaban cada vez que había duelo en Los Cármenes, territorio maldito durante casi cinco meses, y dio este martes un salto hacia la salvación con un sólido triunfo contra el Athletic de Bilbao. Los de Aitor Karanka se adelantaron en uno de los primeros actos más completos que han cuajado en lo que va de curso. Gonalons, de vuelta al once, imperó, pero fue Álex Collado, con detalles estelares, el que desequilibró. El catalán marcó el único gol después de frustrar una construcción visitante y de reventar los pulsómetros cuando se halló ante el marco. Los de Marcelino, que apenas generaron peligro sobre la meta de Maximiano, terminaron asustando, aun con uno menos. Luis Suárez marcó en el descuento un segundo tanto, con Unai Simón buscando la igualada en el área rival, pero la diana fue anulada por fuera de juego. Poco importaba. En la grada ya había fiesta. El cuadro nazarí, que este miércoles permanecerá atento a lo que suceda en el Sánchez Pizjuán, pone un pie y medio en la temporada 2022/2023 de la Primera división española.

Hubo recuperación en tiempo récord, futbolistas tocados que forzaron o, simplemente, Karanka jugó al despiste con la disponibilidad de sus hombres. Escudero y Puertas, que salieron con molestias de Son Moix, se colaron finalmente en la foto inicial, como también Domingos Duarte, que sufría problemas en el isquio. El vitoriano apenas introdujo tres novedades en la alineación con la que comenzó el duelo en Mallorca. Gonalons recuperó el bastón de mando en la medular nazarí, tres meses después de su última titularidad, para reemplazar al sancionado Petrovic, y Uzuni, acertado ante el marco, se hizo con el pasillo izquierdo en detrimento de Machís. En punta, Jorge Molina dejó a Luis Suárez en el banco. Marcelino sí planteó una mayor revolución. Sorprendió con la suplencia de Iñaki Williams y Raúl García. Salieron Villalibre y Berenguer, con Vencedor en la franja ancha y Vivian atrás.

Se apiñaron los dos conjuntos antes del inicio, pero fueron los de franjas horizontales, apremiados por la cercanía del descenso, quienes evidenciaron una mayor necesidad desde que la pelota echó a rodar. Gonalons se erigió en dictador en el centro del campo y Álex Collado saltó juguetón, con ganas de dejar su sello, lo que enriqueció a los rojiblancos, atrevidos con el balón en uno de los mejores primeros tiempos que ha hecho en todo el curso. El mediapunta catalán tardó apenas 30 segundos en levantar la cabeza para escrutar el horizonte. Apareció Jorge Molina en el área, pero cabeceó lejos del marco. Puertas, más tarde, se deshizo de Yuri, Íñigo Martínez y Dani García con una maniobra excelente, antes de ceder el esférico a Milla, a quien se le hizo de noche.

El cuadro bilbaíno no estaba cómodo. Muniain era un mero espectador de las posesiones de su equipo y la jerarquía gala torpedeaba cada intento visitante de hilvanar una acción. Solo el menor de los Williams, Nico, se escapaba del control granadinista, que, sin embargo, mantenía bien cuidados los guantes de Unai Simón. Vencedor se vio suelto en la medialuna en un despiste nazarí, recortó sobre su pierna diestra y buscó una rosca que no despeinó a Maximiano. Después, Collado exigió a Yuri un desafío. Desenfundó más rápido que el zaguero, pero anduvo falto de puntería.

Muniain se empezó a agobiar y quiso descolgarse por dentro para tratar, sin éxito, de espabilar a los suyos. Se guisó una acción en la que cruzó toda la mitad del terreno rival hasta asomarse al balcón, pero no tuvo suficiente sosiego como para colocar el tiro. Tampoco Jorge Molina, que pateó a palos de rugby una dejada de Puertas poco después. El que tenía la batuta era Collado. Con fe, presionó a Dani García en una construcción bilbaína, robó en el área y regaló el gol a Uzuni. El albanés declinó la oferta y le devolvió la pelota al catalán, que, con cubitos de hielo recorriendo sus venas, amagó antes de filtrar un pase a la red. El mediapunta se deslizó sobre sus rodillas como John Travolta en Grease para enloquecer a su público, que palpaba la permanencia en un rugido uniforme.

El gol extendió el nerviosismo en los de Marcelino, que apenas lograban enlazar más de dos pases. Collado encontraba huecos en la verde pantalla que formaban los bilbaínos como muertos veía en ocasiones un jovencísimo Haley Joel Osment en El Sexto Sentido. Entretanto, Uzuni recogió un mal despeje visitante y disparó con potencia, muy cerca del poste. El pitido que marcó el descanso sonó como la mejor de las melodías para ‘los leones’. El refresco endureció al conjunto vasco, o rebajó malicia en el Granada. Entraron Iñaki Williams, Vesga y Petxarroman de una tacada para liberar a Muniain e intentar desdibujar a los nazaríes, que juntaron líneas y se prepararon para apretar la mandíbula.

El Athletic se adentró con mayor frecuencia en campo rival desde entonces. Allí encontró una telaraña rojiblanca difícil de sortear. Uzuni, que circulaba a una marcha más que el resto, pidió un penalti tras un centro de Puertas que fue desestimado por el VAR. Entró Raúl García, entre sonidos de viento, pero fue Duarte el que exigió a su compatriota Maximiano en una falta lateral que el central no acertó a despejar. Karanka reservó a Gonalons, a quien relevó Yan Eteki, y retiró a Uzuni para alinear a dos puntas, con Luis Suárez junto a Jorge Molina.

Las bombillas rojiblancas se fueron apagando con el paso de los minutos. Los bilbaínos, sin embargo, generaban grumos con el balón, incapaces de inquietar. En un despiste, Milla, con un aparatoso remiendo en la nariz, robó en la medular y montó el contragolpe. Recibió en buena posición Jorge Molina, que entró en un letargo impropio del alcoyano y terminó errando. Poco después, Vesga fue expulsado por doble amonestación y el Athletic se abalanzó en el tramo final sobre la meta de Maximiano. Buscó Unai Simón el gol en un córner, Milla inició de nuevo la galopada y Luis Suárez marcó a distancia, pero en fuera de juego. El tanto fue anulado y Raúl García, con un golpeo al poste, dio un último susto. Ni siquiera en encuentros en los que el Granada es mejor puede su hinchada relajarse.

La afición terminó elevando al cielo la bufanda rojiblanca para cantar el himno mientras en el césped celebraban los de Aitor Karanka. El cuadro nazarí toma aire y deja la pelota en el tejado del Mallorca, que podría quedarse cinco puntos por debajo si pierde mañana con el Sevilla. Con dos jornadas por delante, y también por encima del Cádiz, contemplan un camino hacia la permanencia mucho más llano. La visita al Betis, en la que se espera una nutrida expedición de hinchas nazaríes, puede suponer la certificación matemática. Los Cármenes se ve en Primera.

Ficha técnica:

Granada CF: Luís Maximiano; Quini, Víctor Díaz (Germán, 58’), Domingos Duarte, Escudero; Milla, Gonalons (Yan Eteki, 77'); Antonio Puertas (Arias, 86’), Álex Collado, Uzuni (Luis Suárez, 77') ; y Jorge Molina.

Athletic Club: Unai Simón; Íñigo Lekue (Petxarroman, 57’), Vivian, Íñigo Martínez, Yuri; Nico Williams (Iñaki Williams, 57’), Dani García (Vesga, 57’), Unai Vencedor (Zárraga, 68’), Muniain; Álex Berenguer y Villalibre (Raúl García, 73’).

Goles: 1-0: Álex Collado, min. 34.

Árbitro: José María Sánchez Martínez. Amonestó a los locales Quini, Escudero, Domingos Duarte y Yan Eteki. Expulsó al visitante Vesga por doble amonestación.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 36ª jornada del campeonato de Liga en Primera división, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 16.638 espectadores.







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