La guinda del pastel a una semana catastrófica (73-57)

Los rojinegros suman su tercera derrota consecutiva en un encuentro donde se lesionó Felicio y donde volvió a mostrar una imagen muy pobre

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Imagen del encuentro entre Covirán Granada y Casademont Zaragoza en el Príncipe Felipe | Foto: ACB
Ainoa Morano
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Golpe tras golpe. El Covirán Granada cae en Zaragoza en un partido que ha sido el remate final a una semana para el olvido. La derrota ante Betis, la lesión de Luke Maye y ahora esta tercera derrota consecutiva para los rojinegros, dejan al equipo en serios problemas, no porque la salvación esté perdida, aun queda mucha temporada, sino porque la imagen del equipo está muy alejada de la de sus mejores noches de baloncesto.

El encuentro comenzó de la peor forma posible. Transcurrían apenas unos segundos de juego cuando Cristiano Felicio dio el susto del partido. El pívot brasileño realizó uno de sus habituales mates, pero en la caída apoyó mal y el silencio acaparó todo el pabellón Príncipe Felipe. Saltaron las alarmas. Felicio se retorcía en el parqué mientras se agarraba su rodilla izquierda. La sombra de una nueva lesión en la plantilla rojinegra reapareció. El brasileño se retiró de la pista en muletas y sin apoyar su pierna. Con el miedo de perder a su gran estrella, los granadinos debían recuperar la concentración como fuese, pues este era un partido vital para las aspiraciones rojinegras. Más aún tras la salida forzada de Felicio.

Era el momento de dar un paso adelante. Thomas Bropleh asumió el liderazgo del equipo desde la línea exterior. Con dos triples consecutivos y una canasta más de Petit Niang, el Covirán puso el 0 a 10 en el marcador. Los primeros compases del juego tuvieron un claro dominio rojinegro. No fue hasta el minuto cuatro de partido que Zaragoza anotó su primera canasta.

Las rotaciones perjudicaron a los granadinos. Con el movimiento del banquillo y la salida de Ález Renfroe y Thomas Bropleh, Covirán perdió el control del juego. El conjunto maño fue poco a poco ajustando su defensa y encontrando fortuna de cara al aro, sobre todo, con la entrada en pista de Marcel Ponitka. Con el 10 a 14, Pablo Pin paró el juego. El técnico granadino dio una indicación muy sencilla a sus jugadores. Concentración. No podía volver a ocurrir lo vivido ante Betis. Este duelo se ganaría desde el plano mental antes que desde el físico o táctico (12-15).

Con los nervios algo más calmados llegó el segundo cuarto. Ramón Vilá entró en pista, a esa que fue suya la pasada temporada para firmar un buen arranque del segundo periodo. Aunque con ciertas imprecisiones por parte de ambos equipos, el ala-pívot barcelonés destacó levemente con sus seis puntos para seguir manteniendo vivo a su equipo. El regreso de Renfroe al juego cambió la imagen de Covirán Granada. El control del juego era suyo. Los rojinegros consiguieron anular a Santiago Yusta, uno de los jugadores que más daño hicieron a Covirán en los encuentros de pretemporada.

Los rojinegros no conseguían dominar el rebote. Zaragoza se crecía cada vez más con las segundas oportunidades que conseguía desde el rebote ofensivo, tanto que sumaban ocho en quince minutos de juego por uno de Covirán. El arreón de los locales llevó a los granadinos a precipitarse en su juego, buscando ataques demasiado rápidos. A la reacción maña contestó Petit Niang con cuatro puntos consecutivos. Una canasta de Aday Mara en los últimos segundos cerraron el segundo periodo con 29 a 30 en el marcador. 

Las expectativas no eran buenas. Covirán mandaba en el marcador por solo un punto y la imagen del equipo no invitaba al optimismo. De regreso a la pista, Casademont Zaragoza sacó toda su artillería en defensa. Los maños subieron su intensidad defensiva para noquear a un conjunto rojinegro aun dormido tras el paso por vestuarios. Los Fisac devolvieron el parcial de 10 a 0. Santiago Yusta campaba a sus anchas por la pista del Príncipe Felipe. Tanto era así que en un ataque de los zaragozanos, el madrileño capturó dos rebotes consecutivos y acabó anotando. Esta acción llevó a Pablo Pin a parar el encuentro nuevamente.

Las palabras del técnico granadino fueron muy claras. “El lenguaje corporal que tenemos es de cobardes. No jugamos con contacto, estamos aceptando la derrota”. Todos los contratiempos que estaba teniendo el conjunto rojinegro durante la semana pesaban demasiado. Por suerte, la efectividad desde la línea de personal, esta vez, sí existía. Con dos tiros libres y dos triples consecutivos de Lluís Costa y Pere Tomás, el Covirán Granada pudo recortar la gran distancia que su rival había conseguido (44-41). A pesar de la fortuna desde el tiro exterior, los visitantes volvían a no mostrar confianza en su juego. Pase, pase, pase y nada de mirar a canasta. Una actitud que llevó el tercer periodo a finalizar con el 50 a 43.

Ramón Vilá quiere ganarse su puesto como sea y en Zaragoza lo demostró. Pudo tener errores, claro que sí, pero peleó como nadie cuando peor estaban las cosas. A pesar de su insistencia por hacerse grande en la zona, los locales siguieron dominando el rebote. Desconfianza absoluta. Con tiros liberados, los rojinegros seguían buscando el extra-pass y esto acababa, casi siempre en fallo de tiro. Dos triples consecutivos de Zaragoza pusieron la distancia en doce puntos. En otros partidos se esperaba esa garra que tanto caracteriza a Covirán Granada, pero esta vez, desde la caída de Felicio, se perdió el partido. Fue el golpe que terminó de rematar a los granadinos. Los minutos finales fueron una fiesta para Zaragoza y una tortura para Covirán. 73-57 y tercera derrota consecutiva. Deben saltar las alarmas. No por la permanencia, aun quedan 23 jornadas, sí por la imagen del equipo. Este no es el Covirán Granada de siempre. La mala racha es real y se debe salir de ella lo antes posible pues ahora sí, vienen todos los grandes.

Ficha del partido:

Covirán Granada: Renfroe, Bropleh, Tomás, Felicio, Iriarte - quinteto titular - Petit, Díaz, Costa, Vilá, J.Díaz, Ali

Casademont Zaragoza: Wrigth, Jessup, Yusta, Mara, Mkowulu - quinteto titular- Radoncic, Langarita, Ponitka, Simanic, Hilnason, J.García, Sant-Roos

Parciales: 12-15; 17-15 -descanso- 21-13;

Árbitros: Emilio Pérez Pizarro, Alfonso Olivares y Roberto Lucas







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