Miguel Ríos y el arte de saber jugar en casa tras 'Un largo tiempo'

El rockero granadino pone en pie a un Palacio de Congresos entregado en una noche que este domingo tendrá su segunda entrega

Concierto Miguel Rios Carlos Gijon _
Miguel Ríos, dándolo todo sobre el escenario del Palacio de Congresos | Fotos y vídeo: Carlos Gijón
Miguel López Rivera
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Jugar en casa siempre es un arma de doble filo. Te puede pasar factura si no sabes controlar los nervios de eso que Valdano llamó 'miedo escénico'. La presión ambiental, el tener que hacerlo sublime, que el resultado sea favorable... Son demasiadas variables y cabos sueltos difíciles de conjugar entre sí. A Miguel Ríos, sin embargo, se le da de lujo.

Su público nunca le va a pitar aunque hayan pasado ya seis décadas desde que se subió a los escenarios. Y él no se guarda nada. Maneja... ¿la presión?... como ninguno. Para nadie es un secreto que con 77 años no se puede tener la misma capacidad vocal ni energía que con 20. Pero el del barrio de Cartuja es el típico tahúr que se ha reinventado para premiar la fidelidad del respetable tantos años después.

Ha pasado 'un largo tiempo' desde que el cantante publicara su último disco de estudio. Concretamente 13 años. Fue Solo o en compañía de otros. Y precisamente así, Un largo tiempo, se llama el nuevo disco, que también le da nombre a la gira que paró este sábado en Granada con el cartel de 'no hay billetes'. Vale, jerigonza fácil, sí. Pero al menos no he usado –y perdónese la utilización de la primera persona, algo casi prohibido en este oficio– el recurso fácil de 'vuelve a Granada'.

Bueno, el caso es que Miguel Ríos 'volvió a Granada'. "Es maravilloso cantar en casa", espetó nada más terminar la primera canción, Hola Ríos, hello. Después llegó Bienvenidos. Los 'hijos del rock'n roll' gritaron de emoción. Los guiños a la patria chica siempre funcionaron bien.

El granadino tiene malafollá, pero de la buena, de la que los turistas entienden. Dialoga con el público como nunca, intercalando sus desvaríos entre canción y canción con un humor 'ácido' y machacón consigo mismo. "Antes le daban a los artistas 'chucherías' para pasarlo bien. Mi única preocupación en este momento es tener cerca un ATS", dijo mientras provocaba la risa de sus fans, de todas las edades aunque, eso sí, con una media que va subiendo. Lógico también.

Miguel es así. Como vio que aquello había hecho gracia le dio continuidad. Y tras girar levemente la cabeza para dirigirse a The Back Betty Trío, el grupo con el que toca en esta tournée, prosiguió: "Hoy me he enterado que los Rolling, que son el top, top, top [dijo varios 'top' hasta derivar en 'pa', 'pa', 'pa'], van a los conciertos con una UVI móvil".

Al dichoso bicho lo llamó el "puto Covid" y al público le dijo que cantaba "de puta madre". Exabrupto lisonjero que más bien hay que dedicarle a él. "Hay mucho negacionista, pero no están en esta sala".

Y ahí soltó todo su repertorio, con éxitos de antes y de ahora. Entre el primer grupo: Memphis-Granada, En la frontera, Todo a pulmón o El blues del autobús. Luego en bis se le unieron ya los 'hiper mega re exitazos': El río, Vuelvo a Granada, Santa Lucía o el Himno a la alegría. Del nuevo trabajo destacaron El blues de la tercera edadLa estirpe de Caín.

Homenajes y sorpresas

A Miguel Ríos se le podrán poner muchas pegas, pero desde luego no que no se moja. Es de esos que dice lo que piensa. Como Piqué o hasta Rafa Nadal, por recuperar el símil futbolístico del primer párrafo. Y en esas llegó No estás sola, un tema que le dedicó a Lorena Requena, la mujer asesinada cobardemente el pasado viernes a manos de su ex pareja en Parque Nueva Granada.

Se pueden cumplir años de dos formas: envejeciendo y madurando. Los que envejecen revientan concentraciones de dolor. Y quienes maduran ponen a los primeros contra la realidad: "Quien dice que no hay violencia machista lo que está haciendo es sembrar el odio".

Quedaba otro homenaje. Este mucho más agradable. Es un homenaje de esos que se pega uno mismo junto a los colegas. Y es que en la segunda parte del espectáculo, apareció en el escenario el guitarrista y compositor de 091 José Ignacio Lapido, con quien tocó El ángulo muerto. Y una más. Antes de acabar anunció que el concierto estaba siendo grabado para el programa Imprescindibles de La 2 de Televisión Española.

Las crónicas taurinas, deportivas o musicales suscitan en no pocas ocasiones un suspiro de lamento y una mueca de arrepentimiento con el ceño fruncido. "¡Cachis, me lo he perdido!". Por suerte, esta no es una de ellas. Miguel Ríos repite en la noche de este domingo en el Palacio de Congresos. Y aunque quedan pocas entradas, y de las más retiradas del escenario, todavía resta papel en taquilla. Si está interesado, corra, porque todavía alguno de los del sábado 'vuelve a'... ¡al Palacio de Congresos! Si no habrá que esperar un poco más, hasta el 5 de febrero, y viajar algo más lejos, a Mallorca.







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