VÍDEO | Una noche de ensueño para la historia del baloncesto granadino

El ascenso a la ACB dejó momentos inolvidables como todo un pabellón gritando "MVP" a Germán Martínez o la ovación a Joan Pardina en su regreso a las pistas

Fundacion CB Granada Almansa
Las lágrimas y la alegría desbordaron la pista del Palacio con el ascenso a la ACB | Foto: Antonio L. Juárez
Ainoa Morano
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La noche del 13 de mayo será recordada por todos los granadinos como la noche en la que los sueños que parecían inalcanzables se hicieron realidad. Sería complicado, por no decir imposible, explicar lo que se vivió en el Palacio de Deportes el pasado viernes sin hablar de la semana previa al 'Día D'. Desde el momento en el que Movistar Estudiantes perdió contra Palencia, toda una ciudad fue consciente de que la hora de la verdad había llegado, el ascenso era posible. Más de ocho mil personas agotaron las entradas para el partido más importante de la historia del club en menos de 48 horas, había que llevar al Covirán Granada en volandas hasta la ACB.

Los días previos ya se notaba la ilusión, los nervios y las ganas por que llegase el encuentro entre Covirán Granada y CB Almansa y todas esas sensaciones se trasladaron a la puerta del Palacio de Deportes. Desde las seis de la tarde, los aficionados rojinegros se colocaron en la entrada al pabellón para recibir a sus jugadores, sin recibimientos excesivos, con calma, simplemente demostrarles que no estarían solos en el partido de sus vidas.

Poco a poco el Palacio se fue pintando de rojo, la imagen de las gradas es casi imposible de explicar con palabras. Mirases donde mirases solo se veían caras de ilusión y alegría, y eso que el partido aún no había comenzado. A falta de 30 minutos para el pitido inicial, la esquina rojinegra ya comenzó a cantar eso de "Volveremos a ACB". Más de ocho mil personas estaban convencidas de que el ascenso se consumaría en esos 40 minutos, los 40 minutos más bonitos de la historia del baloncesto granadino en la última década.

Con el balón ya en juego, a cada canasta, cada rebote, tapón o robo, la marea rojinegra actuaba de sexto jugador. Ni siquiera en la Copa del Rey de hace unos meses se vio tanto empuje y apoyo de una afición hacia su equipo. Los momentos más especiales de la noche tuvieron nombre propio y el primero de ellos fue el de Germán Martínez. Su actuación en el segundo cuarto hizo que todos los allí presentes y, seguro, los que lo estaban viendo desde sus casas, cayesen totalmente rendidos a sus pies. El grito de "MVP, MVP" retumbó más fuerte que nunca en el Palacio y con justa razón.

El segundo momento especial llegó casi al término del encuentro. Después de 14 meses sin jugar y con el ascenso ya consumado, Joan Pardina volvió a vestirse de corto. El capitán de Covirán Granada obtuvo su ansiado premio tras tanto tiempo de trabajo y sacrificio en el que ha sido el año más duro de su vida. Si de por sí la grada ya era una auténtica fiesta viendo que faltaba apenas un minuto para el pitido final, cuando Pardina se colocó en la línea de triple anotó su primera canastas tras su regreso, el Palacio de vino abajo de alegría. Él se lo merecía más que nadie.

Fueron muchos los detalles de una noche para la historia del baloncesto granadino. El alcalde de la ciudad Paco Cuenca entregó a la esquina rojinegra a Fray Leopoldo, la misma escultura con la que habló hace unos días para pedirle que "echase una mano" a Covirán Granada para ascender.

Al término del partido y ya sí cantando y con razón "Somos de ACB", sobre el parqué se vieron abrazos infinitos por el duro trabajo de una larga temporada, risas y, sobre todo, lágrimas, pero de una inmensa felicidad y orgullo. Covirán Granada es equipo de ACB y en la noche del 13 de mayo demostró a todo el país que Granada es baloncesto y que cuando se trabaja con ilusión, no hay imposibles. Este equipo se merece todo lo que vivió este pasado viernes y mucho más.







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