"Los cortes de luz irán a más con la ola de calor, espero que no pasemos un verano como el anterior"

El Defensor de la Ciudadanía, Manuel Martín, pide "actuar" en un barrio que lleva sufriendo la problemática de los apagones más de diez años: "El gran drama es que hay vecinos que pagan sus facturas y no tienen luz"

Entrevista a Manuel Martin del defensor del ciudadano en Granada
El Defensor de la Ciudadanía, Manuel Martín, demuestra tener un espíritu 'transformador' | Reportaje gráfico: Antonio L. Juárez
Miguel López Rivera
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Mientras los políticos discuten sobre el 'apagón' institucional en la Plaza del Carmen, a menos de diez minutos en coche de allí los vecinos se enfrentan un día más a la cruda realidad. A los apagones de verdad, los del suministro eléctrico. Vienen sufriéndolos desde hace más de una década y ni Endesa ni las instituciones parecen tener capacidad para solventarlos. A Manuel Martín (Nigüelas, 1963) no le ha tocado vivirlos en su casa, pero eso no significa que no los sufra. Desde hace varios años se ha echado a la espalda, junto al párroco del distrito, esta problemática que se extiende "como una manzana podrida en un canasto" por barrios como Molino Nuevo, La Paz o Casería de Montijo. Quizás sea esa empatía la que le haga hablar en primera persona. Tras su cargo de Defensor de la Ciudadanía se encuentra el hombre y también las quejas de miles de granadinos. Al cierre del último ejercicio habían crecido un 25%. De todas ellas, las relacionadas con los cortes de luz son las que más tiempo y preocupación le ocupan. Recuerda que los vecinos llaman 'corte' a un apagón de horas, ni siquiera a las idas y venidas intermitentes del suministro. "Estaba la cosa mejor, pero este jueves han vuelto a producirse", avisa. Y aún queda todo el verano por delante.

-Le escribió una carta al Gobierno hace una semana y media explicando la situación de desamparo que sufren los vecinos de la zona Norte. Es la tercera que le envía, y en las dos últimas defendía que esta problemática debía ser tratada como un asunto de estado, ¿ha recibido respuesta?

-Efectivamente ya le he escrito tres cartas al presidente del Gobierno. La primera fue informándole del encierro con el párroco de La Paz. La segunda, en la que abordaba diversas cuestiones relacionadas con los cortes de luz, y una tercera en la que me respondió a la segunda. Tanto a esa como a la primera me contestó Iván Redondo, jefe de Gabinete del presidente. En la última me confirmó que el Gobierno ha prorrogado en varias ocasiones la prohibición de cortar el suministro eléctrico a familias vulnerables y que le dio traslado de la problemática al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

-¿De la tercera carta ha recibido respuesta?

-No, de la tercera aún no. Todavía es pronto. En la tercera le realizaba tres peticiones concretas. La primera es que se considere este problema como un asunto de estado y se aborde en el Congreso de los Diputados. Luego, que Endesa garantice las inversiones necesarias para garantizar el suministro eléctrico. Además, reclamaba la necesidad de afrontar el problema del cultivo y distribución de marihuana de una forma global, eficaz, coherente y planificada. Hay que afrontar el problema de verdad porque erosiona la convivencia. La pobreza energética afecta por igual a todas las comunidades o provincias. Es un problema serio y de emergencia humanitaria.

-También pidió ayuda a la ONU, que llegó a confirmarle que mandaría relatores para estudiar in situ el asunto. ¿Qué se sabe de eso?

-Me dijeron que en las actuales circunstancias pandémicas los relatores no podían presentarse por las restricciones a la movilidad.

-¿Qué función tendrían que hacer estos relatores una vez estén en Granada?

-La ONU cuenta con relatores especiales en distintos ámbitos. Yo solicité que visitaran el barrio el relator especial para la Pobreza y el relator especial para la Vivienda, y así ver cómo miles de familias no tienen luz ni en la calle ni en el colegio ni en el alumbrado público, y que es algo que afecta a personas enfermas, dependientes y niños. Una vez comprueben por sí mismos esta situación deben hacer un informe que refleje la problemática existente en el barrio.

-En los últimos meses, Endesa informó de la construcción de nuevas infraestructuras para paliar el problema, ¿cree que ha sido un brindis al sol o realmente no pueden hacer más?

-Considero que no ha sido un brindis al sol. Se empezó a intervenir en la zona a raíz del encierro (del párroco del barrio junto con el propio Defensor) que ha marcado un antes y después. La situación está bastante mejor que estaba. Aun así, en el invierno, cuando hace mucho frío, hay muchos cortes y me temo que cuando llegue la ola de calor irán a más. De momento, este jueves ya han vuelto a producirse grandes apagones.

-En las últimas reuniones de la Mesa de la Zona Norte hemos visto a Junta, Ayuntamiento, Subdelegación, Endesa, Policía Nacional, Guardia Civil y Diputación. En algunas los representantes públicos salían cargando contra el adversario, ¿falta determinación?

-En esa mesa he estado yo siempre, y en algunas también ha estado el párroco de La Paz. Allí se pone sobre la mesa lo que se está haciendo, pero si eso no es suficiente habrá que llevar a cabo otras actuaciones. Siempre he defendido que en estos años se han aprobado muchas cosas y únicamente queda actuar. Creo que realmente no se ha hecho, ni por parte de la administración ni de Endesa. La compañía asegura que ha invertido mucho y ya no puede hacer más porque sigue habiendo bajadas de tensión. Me parece una manera de estigmatizar a barrios enteros por la acción de unos cuantos. No es sólo una forma fácil de mirar para otro lado, sino también de excluir a los vecinos. Quienes pagan su luz no tienen la culpa de que otros hagan un uso fraudulento del servicio. En ningún caso puede servir de justificación por parte de la compañía para quienes se quedan sin luz pagando sus facturas, que es el gran drama de esta situación.

-¿Cree que el momento de inestabilidad que se vive en el Ayuntamiento enquista más el problema?

-Todo influye porque necesitamos instituciones fuertes y sólidas, pero este es un tema que afecta fundamentalmente a la Junta de Andalucía, el Gobierno y Endesa. El Ayuntamiento únicamente tiene una labor de mediación.

-Para el ciudadano ajeno a todo esto los cortes de luz son algo que cada cierto tiempo es noticia, pero es una problemática diaria en el barrio. ¿Cuáles son los casos más flagrantes que le ha tocado ver en este tiempo?

-He visto tantos casos muy graves, urgentes e inhumanos. Ahora no es que no haya cortes de luz, es que los vecinos le llaman cortes de luz a que se corte el suministro seis o diez horas. Allí un microcorte no lo cuentan como apagón. Recuerdo una señora mayor con un problema grave de salud. Era dependiente y al volver un día del hospital tras recibir el alta la ambulancia la dejó en casa. Se había ido la luz y no había ascensor, por lo que no podía subir al sexto piso, donde tenía ubicada la vivienda porque el ascensor no funcionaba. La dejaron en el portal y la acabaron subiendo los vecinos horas después como si se tratase de un paso de Semana Santa. Esa persona murió. Su fallecimiento no tuvo una relación de causa-efecto con los cortes, pero se puede decir que la falta de luz influyó en su enfermedad. Hay otro caso en Molino Nuevo de una chica con discapacidad que no puede usar casi nunca la silla de ruedas eléctrica por que simplemente no la puede cargar.

-¿Cuántos vecinos, barriadas y municipios se han visto ya afectados?

-Cuantificarlo es difícil, pero en el distrito hay alrededor de 15.000 vecinos. Y luego hay pueblos de alrededor afectados también. Es un problema que afecta de forma similar a otras ciudades como Almería, Sevilla o Barcelona. El denominador común es siempre el de un barrio marcado por la dejadez y el abandono institucional. Suelen comenzar como barrios obreros, pero luego la sociedad los usa como un trastero. El decreto aprobado en Consejo de Ministros por el cual se prohíbe cortar el suministro a familias vulnerables, en la zona Norte no se ha cumplido.

-Recientemente ha habido apagones importantes en otros puntos de la capital, ¿podrían estar relacionados con los de la zona Norte?

-Había también muchos cortes preocupantes en Haza Grande. Se hizo una intervención con un transformador y parece que el problema ha ido a mejor. Tocaremos madera. A mí no me consta que haya habido más cortes.

-La pobreza energética siempre se plantea en términos de frío, pero las altas temperaturas también pueden ser un factor que genere esa desigualdad, y además ya está anunciada una nueva ola de calor, ¿cómo se presenta el verano?

-Tan malo es el frío como la calor, pero es que el calor encima es insoportable. Todos los veranos han sido terroríficos desde que empezaron los cortes hace más de diez años. Pero no sólo por la imposibilidad de refrigerar la casa, sino simplemente porque no se pueden mantener los alimentos en buen estado. Los vecinos tienen que comprarlos día a día y eso dificulta y margina a muchos. Hay que tener en cuenta que el precio de la luz se ha duplicado e incluso triplicado en algunos casos. Además, la factura española es la más cara de Europa, pero Endesa va a repartir 4.700 millones en dividendos y disparará el beneficio un 12% hasta 2023. Hay que actuar y hacerlo rápidamente. Sólo espero y deseo que no pasemos un verano como el del año pasado.

-¿Afectará de alguna manera la subida del recibo de la luz a la situación en el barrio? Se puede dar el caso de que muchos vecinos no sólo paguen, sino que paguen más y aun así se les siga sin garantizar el suministro.

-Es que eso es una realidad. Muchos son consumidores muy vulnerables porque son familias con rentas bajas. Lo curioso es que en momentos en los que sufren bastantes cortes la factura, sin embargo, no baja mucho. Eso es la pobreza energética. En momentos en los que ha habido un avalancha de reclamaciones, Endesa apenas les ha devuelto tres euros. Se hace verdad ese refrán que dice que a perro flaco todo son pulgas.

-E imagino que la pandemia ha agrandado aún más el problema...

-Efectivamente. Cualquier cuestión que pase, como una ola de frío o de calor, lo recrudece todo. Pues imagínese lo que es estar sin luz y sin poder salir de casa. Conozco una familia que tenía a su hija en la universidad y tenía que estudiar a la luz de una farola. Allí se duplica, triplica o quintuplica el problema ante cualquier circunstancia.







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