"¡Ah, pues conduces muy bien!": los comentarios que deben aguantar camioneras y taxistas

Si bien, en general, las mujeres que trabajan en estos sectores dicen tener una buena experiencia, también afirman que todavía, a veces, las miran raro

taxista mujer granada
Noelia es taxista desde hace seis años en la capital | Foto remitida
Rosa Núñez
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Mujeres en un mundo de hombres. ¡Qué acostumbrados a veces a escuchar esa frase! ¿Por qué hay un mundo de hombres y otro de mujeres? Parece que ser conductora, ya sea de camión, bus o taxi, es algo raro en esta sociedad. El prototipo de hombre de mediana edad es el que representa a este gremio en la cabeza de la mayoría de personas.

Andalucía es la comunidad autónoma española donde más mujeres muestran su interés por convertirse en camioneras. Un 33% de los carnés tipo E, para camiones articulados, y un 19% del C, para rígidos, fueron expedidos en esta región el año pasado, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). A nivel nacional se expidieron en la primera categoría un total de 47.756 permisos, de los que 13.174 fueron para mujeres, un 27,5%. En cuanto a la licencia C, la DGT concedió 21.963, de los que 1.746 fueron para féminas, un 7,9%. Estos datos demuestran que el camión sigue siendo un mundo masculino. Lo es en España, donde hay 250.000 conductores de estos vehículos, de los cuales apenas 5.000 son mujeres, un escaso 2%. Son datos de 2021 elaborados por la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU, por sus siglas en inglés).

Mari Carmen es camionera. Se sacó el carné por gusto hace años y, aunque no había ejercido previamente, cuando su marido, Gonzalo, estuvo convaleciente, fue ella la que tuvo que coger las riendas del negocio durante casi un año. La mujer cuenta que sólo había conducido el vehículo alguna que otra vez, pero nunca durante un día entero. Entre sus tareas, tuvo que hacer portes de mercancías, transportes de contenedores, de materiales de obras... La granadina destaca que más de una vez tuvo que conducir toda la noche, por lo que, según ella, se trata de un trabajo que "no está valorado".

Aunque para la mujer ha sido una buena experiencia, admite que no seguiría trabajando como camionera, pues "es un trabajo que requiere mucha fuerza porque tienes que abrir y cerrar las compuertas del camión, que son de hierro puro; mover las pinzas de sujeción, la mercancía, bloques...". 

Con respecto a si ha tenido algún problema por el hecho de ser mujer y camionera, Mari Carmen responde con firmeza que no y que, al contrario, siempre ha recibido ánimos y alabanzas de sus compañeros. No obstante, sí afirma que más de una vez la han mirado raro: "Al final, soy una mujer con un camión y eso no se suele ver". De hecho, la conductora dice que, durante el año en el que ha estado ejerciendo la profesión, nunca se ha encontrado con otra mujer camionera.

Por su parte, Noelia es taxista desde hace seis años, cuando su padre, también taxista, se jubiló y antes de perder la licencia le ofreció que probara. "Yo llegué a ser taxista de rebote. probé y verdaderamente me gustó", manifiesta esta arquitecta técnica de formación. La crisis en el mundo de la construcción la empujó a intentar una carrera profesional distinta que finalmente la convenció. Tanto es así que "tengo bastante descartado volver a la arquitectura porque estoy muy asentada en el taxi y, si lo dejara, sería porque tenga otra cosa muy segura y por ahora no tiene pinta de que fuera a conseguir un puesto relacionado con la arquitectura en condiciones...y para estar dando vueltas por ahí o entrar como becaria en una empresa, prefiero seguir aquí. Por lo menos tengo estabilidad y es un trabajo que me gusta, yo estoy muy a gusto", continúa Noelia.

Si bien su experiencia durante estos seis años es especialmente buena en general y nunca ha tenido problemas con ningún compañero, sí que ha pasado que "alguna vez han tenido actitudes un poco paternalistas: como te ven mujer y joven, ya dan por hecho que no sabes las cosas y te las explican sin preguntar", según comenta. Por otro lado, los clientes, aunque cada vez estén más acostumbrados a encontrarse mujeres, "más de uno suelta todavía algún comentario machista o dicen '¡Ah, pues conduces muy bien!', sobre todo las personas mayores; o van explicando por dónde hay que ir, como si no lo supiera yo", sigue la taxista. Las peores situaciones en las que se ha encontrado la granadina han sido cuando algunos pasajeros le han hecho comentarios como "¡Anda, pero si os dejan estar aquí!", "Esto en mis años no pasaba", "Ahora os dejan estar en todos sitios". Pero eso es la minoría, según indica Noelia, "y aprendes a no darle más importancia de la que tiene porque no merece la pena que te pongas a su nivel en estos casos; te quedas tan a cuadros que esa persona no merece ni que le responda una bordería porque cuando se baje, ya no la vuelvo a ver".

En torno al 10% de la flota de taxis del área de prestación de Granada capital son mujeres: en la ciudad hay 560 licencias en total, de las que unas 50 pertenecen a mujeres. Aún es un número bajo, pero poco a poco van aumentando. Esto se debe, según Noelia, a que "está habiendo un salto generacional y ya se está perdiendo el estereotipo que tenemos todos en la cabeza de un taxista que es un hombre mayor. Ahora hay mucha gente joven, tanto hombres como mujeres, por lo que se está renovando el sector".







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