Chirri, complemento directo

Fallece en Zaragoza a los 72 años uno de los futbolistas que construyeron la mejor historia del Granada CF

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Imagen de archivo del Granada CF (temporada 71-72) Chirri es el jugador que sostiene el balón en sus manos, el segundo empezando por la izquierda de la segunda fila.
Ramón Ramos
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Un futbolista de apoyo, complemento directo para todas las posiciones del centro del campo en la avanzada, Chirri, que en ciento doce partidos con la camiseta rojiblanca contribuyó a la construcción de la mejor historia del Granada Club de Fútbol. Una afección pulmonar que le mantenía en su domicilio desde el pasado mes de junio ha acabado con su vida en Zaragoza, donde nació, a los 72 años de edad.

Javier Ruiz de Lazcano Labordeta, 'Chirri', fue uno de los futbolistas que el presidente Cándido Gómez Álvarez trajo al Granada construido para competir en Europa, un sueño que se quedó a las puertas en 1972 y 1974, pero que no disminuye las dos mejores clasificaciones del Granada en Primera División, cuando era respetado y temido en todos los estadios de España.

Junto a Izcoa, Chirri llegó a Granada cuando en junio de 1971. En el Zaragoza, de donde procedía, no había completado el triunfo que auguraban sus cualidades futbolísticas de exquisita técnica y despliegue por todo el campo porque la sombra de la legendaria delantera de los 'magníficos' difucltaba el acceso de los canteranos a la titularidad. En el Granada desplegó sus mejores tardes de fútbol en las cinco temporadas que militó en el club, hasta que la marginación inexplicada e inexplicable a que le sometió Miguel Muñoz piso fin a una estancia en rojiblanco que el futbolista había decidido prolongar en Granada más allá de su vida deportiva.

En su mejor momento de forma, Chirri fue autor de dos goles que convulsionaron la Liga 72-73. en Sarriá y el Manzanares. Un líder inesperado: el Español, que el primer domingo de marzo -bien avanzado el campeonato- reafirmó su condición ganando en el mismísimo Nou Camp a su rival eterno. Siete días después el calendario citó a Granada en Sarriá, donde los 'periquitos' aguardaban en un clima de euforia pues la victoria en terreno del Barcelona suponía una ventaja de cuatro puntos -dos puntos por victoria- que abría un camino allanado hacia el título. El Granada templó los ánimos, se atrincheró en las paradas de Ñito y el 0-0 inicial se rompió de la manera más inesperada para los locales cuando, ya mediada la segunda parte, una pared entre Dueñas y Vicente terminó con el balón en los pies de Chirri, que con un giro de cintura y todavía lejos de la frontal del área enganchó un disparo colocadísimo, imposible para Borja, que entró por el ángulo de la meta españolista. Para la historia del Granada ha quedado que aquel partido se terminó perdiendo por la actuación desacertada de un árbitro que permitió al Español remontar con gol en fuera de juego y expulsión subsiguiente de Ñito. Pero el terremoto futbolístico de aquel domingo 11 de marzo de 1973 tuvo epicentro a las seis de la tarde en todos los relojes de Sarria y de intensidad 10.

El jugador del Granada CF Chirri (izq.) en un partido | Autor: Horacio Segui

Era el mismo número que en el Manzanares lucía Chirri, que nada más comenzada la segunda parte, con 0-0 en el marcador, acompañó una arrancada de Dueñas por la izquierda para alcanzar el pase atrasado y empalar un fuerte tiro raso que no pudieron evitar defensa y portero rojiblancos. Era mayo y para entonces el Atlético de Madrid era líder. No hace falta decir cómo cayó aquel gol en el coliseo colchonero, donde una leyenda atlética, Luis (Aragonés) tuvo que echarse a la espalda al equipo para terminar ganando 2-1 y lograr dos domingos después un título que Chirri, dos meses después de aquel tanto de Sarriá, había vuelto a convulsionar la Liga.

Nacido en Zaragoza el 18 de junio de 1945, el ex futbolista había superado hace tres años un primer ataque de la enfermedad pero a principios de verano reapareció el proceso cancerígeno contra el que luchó hasta la madrugada de este sábado, 7 de octubre de 2017. El vació que deja entre familiares y amigos es tan grande como el pedestal de la memoria imperecedera de muchas tardes de entrega al Granada Club de Fútbol.







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