Cetrería: un arte milenario que ayuda a la seguridad en el Aeropuerto de Granada

La infraestructura de la provincia cuenta con un equipo acompañado del halcones que realiza labores de intimidación hacia otras aves durante todo el día

CETRERÍA AEROPUERTO DE GRANADA Dani B-7
Uno de los responsables de la cetrería del Aeropuerto de Granada junto a un ave | Foto y vídeo: Dani Bayona
Jose Luis Moreno
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La cetrería es una actividad que cuenta con miles de años de antigüedad. En la Península Ibérica, entre conquista y conquista, cristianos y árabes intercambiaban y alardeaban sus técnicas e innovaciones.
 
Ahora, en pleno siglo XXI, esta sinergia entre el animal y el hombre sigue en vida y puede tener un uso práctico para el ser humano. "La cetrería es un factor de seguridad en un aeropuerto como el de Granada", comenta a GranadaDigital el director del Aeropuerto Federico García Lorca Granada- Jaén, Julián Torres, mientras desgrana la importancia de esta actividad para la normalidad aérea.
 
 
El control de las aves para el tráfico aéreo tiene una especial relevancia en España, debido a su situación geográfica, el clima y la diversidad paisajista, que da soporte a una de las avifaunas más ricas del continente. En la actualidad, Aena tiene contratado un servicio de técnicas de cetrería en una treintena de aeropuertos de su red. En Granada se encargan Gonzalo, Pepe y Miguel, trabajadores de la Agencia Andaluza de Control de Faunas y que prestan sus conocimientos también en Almería y Murcia. 
 
 
"Esta actividad salió por necesidad, por abundancia de pájaros en una Vega riquísima, ya que la que se cultiva mucho", comenta Gonzalo Cano, con sus halcones de fondo. Un servicio que llegó a Granada casi por obligación, debido a la actividad de los animales en el aire. Fue el segundo aeropuerto de España en innovar en esta materia, después de Madrid-Barajas.
 
 
"Se podría arreglar el problema con armas de fuego, pero no sería una forma ecológica ni tan eficaz. De hecho, este sistema no está basado en la muerte del animal, se centra en la intimidación que produce el halcón al volar. Este animal sólo captura una pieza, y no siempre, pero intimida a una población muy grande", comenta Gonzalo, que desprende amor y conocimiento sobre estos animales por los poros de su piel.
 
 
El trabajo del cetrero y estos animales en el aeropuerto de Granada es una rutina. Un trabajo diario desde que sale el sol hasta que se pone.  Ese ejercicio de trabajo diario ya evita la entrada de las aves más allá de que la torre de control o algún piloto solicite el servicio.
 

Evolución y epicentro

 
Si volvemos a la historia. Podemos destacar que los árabes enseñaron a los habitantes de la Península el uso de la capucha que se le coloca al ave. Una novedad que revolucionó la forma de entender la cetrería. Ahora, es este territorio el que está marcando el camino de la evolución cetrera.
 
 
"Hemos sido pioneros en la tecnología de altímetros de presión de altura. Hemos exportado la tecnología", una fórmula que antes funcionaba a golpe de cascabel y oído, y que ahora tiene detectores que ofrecen la posición del animal. Los halcones que gestionan Gonzalo, Pepe y Miguel tienen un localizador de radio que emite una señal. Si el pájaro quedara fuera de la vista, lleva una mochila con un braguero donde porta un emisor para poder encontrarlo. "Antes si un pájaro se perdía ya no lo veías más. Los pierdes y encuentras varias veces a lo largo de su vida. Hemos visto a aves a kilómetros de distancia de su lugar de origen", comenta Gonzalo.
 
 
Pero, no solo esto. Estos amantes de los animales y de la naturaleza cuentan que desde Granada se han criado y exportado hacia países árabes más de 500 aves durante este año. Una señal de que, siglos después, se siguen haciendo las cosas bien en la cetrería.






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