Balance 2021 | Ómicron se cuela en el año de la vacunación y el pasaporte Covid

El fin del estado de alarma, la sexta ola, el mando descentralizado o los vacunódromos han sido otros de los protagonistas

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Collage con algunas de las imágenes que han marcado el año 2021 en lo que al coronavirus se refiere | Fotos: GD
Miguel López Rivera
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No hay mayor garantía de la vigencia con la que la redacción de GranadaDigital ha elaborado estos resúmenes de fin de año que el que está a punto de leer. Porque si hace tan solo unos meses alguien hubiera afirmado que el pico de contagios de toda la pandemia en Granada se produciría el penúltimo día del año, le habrían tomado por loco. Pero los 2.175 positivos notificados por Salud en la provincia este jueves han superado incluso los registros de la segunda. Menos mal que la mesa de redacción decidió dejar este resumen para la jornada actual, la última. Ya tendría mala pata –y por partida doble– que la última cima se produjera en el parte de este viernes 31 de diciembre de 2021. Aunque tal y como está la sexta ola no se puede descartar.

Solo en esta semana se ha dado marcha atrás en medidas de contextos que parecían cosa del pasado. Porque si el 29 de septiembre se daba por hecho el 100% de aforo en los recintos deportivos, tras la petición de varias comunidades, justo dos meses después Sanidad ha anunciado nuevas medidas restrictivas en estadios y pabellones. Más atrás, hasta junio, hay que remontarse para dar con el día en el que, tras 15 meses, se puso fin a la obligación de usar la mascarilla en exteriores. Aquello sí que parecía una medida irreversible. Sin embargo, el Gobierno volvía a decretar hace siete días el imperativo de utilizarla al aire libre salvo en dos excepciones.

El responsable de todo, Ómicron, que con ese nombre y ducho así casi parece una confabulación, pero en realidad es la última y más contagiosa variante del coronavirus. Antes llegó Delta, que desde julio ya era la cepa que más preponderancia empezaba a tener entre los nuevos contagiados. Este año 2021 que hoy acaba deja una sensación agridulce. Una suerte de montaña rusa expoleada, de un lado, por la vacuna y el fin del estado de alarma y, de otro, por el repunte de casos en este último mes y medio. La FundéuRAE elegía hace solo unos días 'vacuna' como la palabra del año. Pero ha habido más conceptos que han copado la actualidad. Desde una de las declinaciones de este término –'vacunódromo'– hasta los polémicos cierres perimetrales y toques de queda. Unos bajo el amparo del estado de alarma y otros ya a expensas de las resoluciones del TSJA. Y cómo no, el 'pasaporte Covid'.

El fin del estado de alarma y el mando descentralizado

Fue el 9 de mayo cuando el Gobierno decidió no prorrogar el estado de alarma. Tanto el primero como el segundo acabarían siendo declarados inconstitucionales por el TC. GranadaDigital quiso comprobar in situ cómo eran esas primeras horas sin toque de queda. Mientras, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, ya avanzaba "una desescalada progresiva" descartando una nueva limitación horaria. Aunque eso sí, manteniendo el cierre perimetral que ya había comenzado a aplicar en función de las tasas que presentaba cada municipio andaluz. Decisión que pudo adoptar una vez el Ejecutivo de Pedro Sánchez decidió poner fin al mando único y encauzar la gestión de la pandemia a través de las comunidades autónomas.

Aunque esto, en principio, permitiría un seguimiento más 'cercano' de la situación, al estrecharse también la distancia entre el territorio y la administración encargada de tomar las medidas, pronto se evidenciaron problemas a la hora de establecer confinamientos municipales como el de Montefrío. Tras llegar al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y, posteriormente al Supremo, fue finalmente el Alto Tribunal el que avaló su cierre perimetral por considerar esta medida como "necesaria e idónea". Antes, ya se había decretadon cierres provinciales y otras restricciones coercitivas que, por aquel entonces y visto lo visto en los meses más duros de la pandemia, parecían peccata minuta.

En junio lo que reaparecieron fueron los macrobrotes. Consecuencia lógica de la recuperación del sector turístico. Por eso, los principales se dejaron ver en zonas de playa. Los más importantes, en Mallorca y en Conil, con granadinos entre la multitud de jóvenes confinados en complejos hoteleros para frenar la ola de contagios. En la segunda mitad del año comenzó también la nueva desescalada, que inicialmente relajó las medidas en el área Nordeste para, más adelante, extender el nuevo nivel de alerta cero a toda la provincia. En la práctica, esto suponía el fin de las limitaciones de aforos y horarios en restaurantes, comercios y, sobre todo, en el tan ansiado ocio nocturno; una de las señas distintivas del ambiente universitario en la capital. Pero incluso esta progresión se ha visto frenada en los últimos siete días. El 28 de diciembre los granadinos se encontraban a mediodía con un titular que muchos hubieran deseado fuera una inocentada: "La provincia de Granada pasa a nivel 1 de alerta tras el aumento de casos de Covid-19".

Pasaporte Covid y cuarteles generales para combatirlo

Estos últimos días del año también han dejado algunas buenas noticias como la reducción de la cuarentena a siete días para todos los infectados de Covid-19. Aunque las últimas horas han sido letales, Granada había conseguido amortiguar como ninguna otra provincia en España los efectos de la sexta ola. En sus albores, no solo era la que presentaba mejores datos de contagios, sino que mantenía la incidencia más baja de todo el país. Tanto como para ser de las pocas que escapaba al nivel de riesgo bajo descrito por el Gobierno con el nuevo semáforo Covid. Y es que incluso con el baremo anterior, el territorio granadino se quedaba fuera de ese indicador. Lástima que Ómicron haya terminado agriando la buena dinámica que presentaba la provincia. Con el aumento de casos también se ha disparado la venta de autotest de antígenos en las farmacias. Circunstancia auspiciada en gran medida por la cercanía de las fiestas navideñas.

Otra de las novedades que ha dejado el 2021 ha sido la aplicación del pasaporte Covid, no sin su correspondiente lío judicial ni la impepinable polémica entre partidarios y detractores. Primero comenzó a pedirse en hospitales y centros sanitarios y después en establecimientos hosteleros y de ocio nocturno. Tres son las vías para obtener el preceptivo certificado: bien arguyendo haber pasado la enfermedad, mediante una prueba PCR o de antígenos negativa o, la más común, justificando tener la pauta vacunal completa. Los primeros en ser inmunizados fueron los profesionales esenciales y luego fueron avanzando los grupos de edad en orden descendente. Desde la horquilla de 79 a 70 años hasta los más pequeños. Pasando por las personas nacidas a partir de un año concreto. Además se completaron dosis en colectivos o franjas descolgados. Los trombos ocasionados puntualmente despertaron el recelo de miles de españoles, también de granadinos, en lo que se podría deducir fue la génesis del movimiento negacionista. Pasó sobre todo con AstraZeneca, pero también dio problemas la solución de Janssen.

A un ritmo frenético se han ido administrando todos esos viales tanto en el conjunto del estado como en la provincia. Si eso ha sido posible es gracias a los puntos de vacunación masiva. El de Fermasa fue el principal. Allí muchos niños se pintaron la cara en Juveándalus, luego acudieron para presenciar sus primeros festivales y ya más mayores para librar su particular batalla contra el Covid. Tras seis meses y más de... ¡400.000 dosis administradas! el recinto de Armilla echó al fin la persiana el 3 de septiembre para recuperar su actividad de siempre. El otro gran punto se localizó en el Parque Norte de Bomberos, en el extremo opuesto de la capital, e inyectó más de 140.000 soluciones. Pero los llamados vacunódromos no han sido las únicas macroinstalaciones que han ejercido como epicentro de la lucha contra el 'bicho'. También el almacén de Bidafarma en Granada, la planta de Rovi en el PTS que fabrica el principio activo de la vacuna de Moderna o los laboratorios de Microbiología del Virgen de las Nieves y del Clínico San Cecilio. La capilla del primero de estos hospitales incluso llegó a ser habilitada como UCI ante el colapso asistencial y, ya cuando había cerrado, fue reabierta nuevamente para tal fin.

Historias con nombres propios

En estos 365 días, GranadaDigital también ha tenido tiempo para contar historias relacionadas con la pandemia. Historias como la de Leo, el niño de seis años aislado en un colegio de la capital ante la imposibilidad de poder llevar mascarilla por sufrir espisodios de asma episódica. La lucha de sus padres surtió efecto y un juez terminó dándoles la razón. En esta ocasión, los progenitores no eran 'anti mascarillas', sino que tenían informes médicos que avalaban esta medida. No así en el controvertido caso de la niña cuyos padres se negaban a que asistiera a clase con dicho elemento de protección. Por suerte, también hemos contado historias agradables, como la del homenaje en forma de recital coral a los 7.000 sanitarios de Granada. Son casi tantos como los 8.000 en toda Andalucía que la Junta decidió no renovar en octubre tras ser contratados en una partida total de 20.000 como 'refuerzo Covid'. "Frustración" y "desconcierto" fueron algunas de las palabras que los afectados en la provincia de Granada usaron para relatar lo que sentían tras haber arrimado en los momentos más duros de la pandemia. Momentos que, ojalá, se diluyan en la noche de los tiempos definitivamente en 2022 hasta que palabras como 'Covid-19', 'coronavirus', 'pandemia', 'sexta ola', 'vacuna', 'contagio', 'positivo' u 'Ómicron' en un mal sueño del pasado.







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