Fútbol en agosto

El sábado se podían contar por miles los bañadores guardados en los maleteros de los coches aparcados en el barrio del Zaidín

Granada CF Racing de Santander
Ya son muchos los comienzos de temporada vividos, pero pocas veces vi lo de anoche: un Los Cármenes cerca del lleno y una afición entregada | Foto: Antonio L. Juárez
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Pese a estar de vacaciones, ayer por la mañana me levanté temprano. Pero no lo hice por disfrutar de un rato de tranquilidad y ver desde el tranco de la puerta cómo mis tres hijas dormían plácidamente. Lo hice para empezar a recoger, preparar las maletas e ir cargando el maletero de mi coche familiar. Y todo para un viaje de vuelta. Y eso tiene delito. Siempre he pensado que los viajes de vuelta deben ser remolones y que cualquier excusa sirve para aplazarlo un pelín más: un desayuno tranquilo con vistas al mar, un último baño en la piscina...

Pero ayer no era el caso. Por delante tenía tres horas y media de viaje con un bebé de tres meses, una niña de cinco años que se marea en el asiento trasero y otra de siete que se impacienta en la carretera; así que tocaba guardar el bañador en la maleta y lucir la rojiblanca por media España. En unas horas el Granada estrenaba la temporada en casa.

Reconozco bien esa sensación de estrenar curso futbolístico. El volver a sentarte en tu butaca del estadio e intentar distinguir las caras nuevas que hay en el césped. Son partidos calurosos, con poco ritmo y encima suelen dejar una sensación agridulce que te hace replantearte tu presencia en una grada semivacía. Al vigésimo pase fallado, miras a tu alrededor y te imaginas en la piscina o en la playa.

Piensas para tus adentros que habría tenido un pase ajustar las vacaciones por una boda o un bautizo. Incluso por un cumpleaños. Pero por un partido de fútbol… Es justo en ese momento cuando comprendes que no sean muchos los que cambien el bañador y la toalla por la rojiblanca y la bufanda a mitad de agosto. Menos aún si, como nuestro querido Granada CF acostumbra, se viene de un fracaso deportivo.

Por suerte o por desgracia, ya son muchos los comienzos de temporada vividos. Muchos partidos en '20 de agosto'. Pero pocas veces vi lo de anoche: un Los Cármenes cerca del lleno y una afición entregada. Por suerte, el Granada respondió, ganó y se situó como líder de Segunda División. Pero había una noticia mucho mejor: el sábado se podían contar por miles los bañadores guardados en los maleteros de los coches aparcados en el barrio del Zaidín.







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