La UGR analiza con inteligencia artificial restos de animales de hace 1,5 millones de años

Se trata de los primeros datos científicos obtenidos en el yacimiento de Orce, que se ha venido excavando desde 2005

Yacimiento Orce
Localización de Orce y sus yacimientos en la cuenca de Guadix-Baza
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Un equipo científico interdisciplinar, coordinado por la Universidad de Granada (UGR), ha analizado mediante técnicas de inteligencia artificial restos de animales que vivieron hace 1,5 millones de años en un nuevo yacimiento arqueológico descubierto en Orce (Granada).

En este estudio, que se publica esta misma semana en la revista internacional 'Scientific Reports' y que lidera la investigadora del programa de doctorado en Historia y Artes de la UGR, Carmen Luzón, se presenta un nuevo yacimiento paleontológico, Venta Micena 4, que ha sido estudiado e interpretado utilizando inteligencia artificial.

El trabajo se enmarca en el proyecto de investigación ProyectORCE, que coordina el profesor Juan M. Jiménez Arenas de la Universidad de Granada (UGR).

En la vanguardia de la innovación científica

Cuando hablamos de inteligencia artificial, lo primero que se nos viene a la mente son mundos futuristas y películas como Blade Runner, pero en ciencia hace tiempo que la inteligencia artificial es cosa del presente. En muchas disciplinas es cada vez más habitual recurrir a algoritmos y tratamientos de datos estadísticos que permitan llegar más lejos y ver aquello donde el ojo humano no llega. Como en Blade Runner, los ojos reflejan la verdad. En este caso, la verdad paleontológica.

Los protagonistas de este hallazgo, los “blade runners”, son investigadoras e investigadores que forman un equipo transdisciplinar de distintos centros de investigación como la Universidad de Granada, la Universidad Complutense de Madrid, la Escuela Politécnica Superior de Ávila, el IPHES de Tarragona, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Zaragoza y la Universidad de Helsinki.

Su misión: “reconstruir” los distintos episodios de actividad en el yacimiento, que no eran visibles a simple vista. Para ello, el equipo ha utilizado un método llamado Deep Machine Learning, que es una forma de “enseñar” al ordenador a identificar patrones mediante algoritmos matemáticos. Esta técnica solo se había aplicado una vez antes en un yacimiento español, y nunca en sitios de cronología comparable a Venta Micena 4. Y gracias a ella podemos saber que en este nuevo yacimiento, Venta Micena 4, los huesos y dientes fósiles se depositaron en, al menos, dos momentos diferentes separados en el tiempo, identificados como lo que los investigadores llaman “paleosuperficies”.

Venta Micena 4: un nuevo yacimiento en Orce

El entorno de Venta Micena se conoce desde los años 70, y fue muy célebre en los 80 por la polémica del llamado “Hombre de Orce”. Sin embargo, a pesar de ser considerado como uno de los yacimientos paleontológicos más ricos e interesantes de toda Europa, todas las investigaciones hasta la fecha se habían centrado solo en la zona llamada Corte 3, un cubil de 'Pachycrocuta brevirostris' donde esta hiena gigante criaba a sus cachorros y se alimentaba de trozos de cadáveres carroñeados en otros lugares.

No obstante, poco se sabía de otras zonas de Venta Micena, donde podía o no haber evidencias de actividad humana. Así se descubrió Venta Micena 4, un yacimiento que se ha venido excavando desde 2005 y del que, por primera vez, se empiezan a publicar datos.

Según este nuevo trabajo, Venta Micena 4 estaría ubicado en las proximidades de una charca o laguna de agua dulce, a la que los animales acudirían a beber y, en el caso de los carnívoros, a alimentarse. Por ello, en el yacimiento abundan las evidencias de huesos comidos por otros animales: marcas de mordiscos, huesos rotos por mordeduras, etc. Sin embargo, también aparecen muchos restos completos e incluso en lo que los expertos llaman “conexión anatómica”. Partes enteras aún unidas entre sí, como costillares de mamut o patas enteras de rinoceronte. Y es que los animales que pasearon por Venta Micena 4 hace 1,5 millones de años eran muchos, y muy variados: elefantes, bisontes, ciervos, caballos, hipopótamos, tigres de dientes de sable, hienas o perros salvajes, entre otros.

Todos estos animales están también presentes en los otros dos grandes yacimientos de Orce (Barranco León y Fuente Nueva 3, ligeramente más modernos que Venta Micena 4) acompañando a los seres humanos, los primeros representantes del género Homo en Europa. Estos homínidos, carroñeros y recolectores que no conocían el uso del fuego ni la caza, poseían una tecnología muy adelantada a su tiempo.

Sin embargo, hasta la fecha no se han encontrado evidencias de su presencia en Venta Micena 4. ¿Por qué en Barranco León y Fuente Nueva 3 sí, y en los yacimientos de Venta Micena no? La respuesta está probablemente relacionada con el clima. En Venta Micena, el medio ambiente era algo más árido y abierto, menos idóneo para los homínidos. Sin embargo, Venta Micena 4 sigue siendo un yacimiento clave para entender el contexto de este primer poblamiento humano de Europa.

En el futuro, nuevos estudios podrán responder a nuevas preguntas que surgen sobre Venta Micena 4, como por ejemplo: ¿qué carnívoros concretos intervinieron en la formación del yacimiento?, ¿el comportamiento de los animales en Venta Micena 4 cambió a lo largo del tiempo?, ¿es posible que en el famoso Corte 3 también haya varios escenarios e historias que no se hayan identificado hasta la fecha? Sólo la labor de los arqueólogos podrá recuperar la información sobre esos momentos que se perdieron hace 1,5 millones de años.

Sobre ProyectORCE

El Proyecto General de Investigación “Primeras ocupaciones humanas y contexto paleoecológico a partir de los depósitos pliopleistocenos de la cuenca Guadix-Baza. Zona arqueológica de la cuenca de Orce (Granada, España)” (BC.03.032/17) está financiado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y coordinado por la Universidad de Granada. Otros organismos que han colaborado en este estudio son la Unidad de Excelencia “Archaeometrical Studies: Inside the Artefacts & Ecofacts” de la UGR, el grupo TIDOP de la Escuela Politécnica Superior de Ávila y el Centro de Asistencia a la Investigación (C.A.I.) de Arqueometría y Análisis Arqueológico de la Universidad Complutense de Madrid.







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