Adiós a la obligatoriedad de la mascarilla en interiores: "Es importante no forzar a las personas a quitársela"

Joan Carles March, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, afirma que la información y el respeto son fundamentales para este histórico paso

Mascarillas colgadas de una ventana en Roma
Mascarillas al viento | Foto: Archivo
Sergio Rodríguez Acosta
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España vive este miércoles un día que ya es historia. La mascarilla deja de ser un elemento obligatorio en interiores tras 23 meses. El país entero recuerda la convulsión vivida en 2020, cuando todo ocurrió demasiado pronto, era difícil alcanzar a entender lo que pasaba e imposible ver la dimensión. La mascarilla pasó a ser obligatoria en mayo tras algunas idas y venidas. Casi dos años después, sólo será imprescindible en centros sanitarios, farmacias residencias de mayores y vehículos de transporte público. Esta protección seguirá presente, más para algunos que para otros, pero este paso no es cualquier cosa. Joan Carles March, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, habla sobre los dilemas que puede plantear este cambio y aporta su opinión acerca de algunos matices.

"Es entendible que no sea tan fácil para algunas personas, algo que ya se ha visto en las mascarillas en exteriores", comenta el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, quien entiende que además del coronavirus hay otros condicionantes que tienen que ver con miedos e inseguridades de cada persona. La realidad es que buena parte de la población se ha acostumbrado a vivir con parte de su cara tapada durante mucho tiempo, un factor importante.

Cambio tras la Semana Santa

El Gobierno ha sumado muchas semanas de debate antes de tomar la decisión de eliminar la obligatoriedad de la mascarilla en interiores. Joan Carles March entiende que la llegada del buen tiempo es un elemento que suma, pero argumenta que "no tiene mucho sentido cambiarlo justo ahora después de la Semana Santa". “Lo lógico era haber esperado para ver cómo se comportan la incidencia y los datos”, añade.

La falta de información es un aspecto que preocupa al experto, pues afirma que los datos de la pandemia ayudan a entender la situación y a tomar determinaciones personales. "Yo siempre digo que no hago predicciones porque es mejor utilizar criterios", defiende. El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública asegura que publicar con menor frecuencia los datos es "una mala estrategia" que "complica a las personas.

Ciudadano con mascarilla en las calles de Granada | Foto: Carlos Gijón

Joan Carles manifiesta que los datos son la llave para el futuro: "Si no hay brotes la gente no va a tener miedo y se la va quitar". "La información y el respeto son clave", opina. La mascarilla no va a ser un recuerdo agradable para muchos, pero March recuerda que " ha tenido efectos positivos para muchas personas”. Su uso ha disminuido los casos de infecciones respiratorias. La protección general ha contribuido, por ejemplo, a reducir notablemente el impacto de la gripe. "En España no teníamos cultura de mascarilla, cosa que si ocurre en países asiáticos", declara el especialista, que pide tolerancia para que "la gente tenga la posibilidad de llevarla”.

Puntos de fricción

Los primeros días tras este gran paso pueden traer consigo situaciones chocantes. Joan Carles explica que "habrá una etapa inicial de uso adecuado y saber cuándo quitarla". El dilema queda encima de la mesa para las empresas. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, apuntó este martes que los responsables de prevención de riesgos laborales de las empresas podrán acordar su uso "en función de la evaluación de riesgo del puesto de trabajo". March pone el foco en perfiles como los cajeros de los supermercados, quienes tratan cada día con una gran cantidad de personas. "Las empresas son el espacio más difícil en estos momentos”, reconoce.

El especialista de la EASP afirma que los puntos de fricción pueden darse en espacios donde hay personas vulnerables. lugares mal ventilados o en aglomeraciones. La responsabilidad individual de cada ciudadano entrará en escena. La presión social también juega su papel en estos aspectos, por lo que el experto pide encarecidamente "no forzar a las personas a quitarse las mascarillas porque retrasas sus posibilidades".

Los trabajadores de la hostelería tratan con centenares de clientes cada día | Foto: Antonio L. Juárez

El mundo continúa escribiendo páginas en su convivencia con el coronavirus. El propio Joan Carles March es consciente de que la incertidumbre ha sido una constante en estos dos últimos años, por lo que valora positivamente la precaución y el empleo de los datos para tomar las mejores decisiones. La sucesión de nuevas variantes del Covid-19 o la sucesión de nuevas olas son algunos de los factores que estima importantes.

El tiempo dirá si las mascarillas en interiores pasan definitivamente al olvido. El docente sanitario apostilla que "hasta que no pase el próximo otoño" será pronto para lanzar campanas al vuelo, pues "necesitamos constatar con hechos que el miedo es menos de lo que pensamos".







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