Vamos Granada pide cambiar el modelo de banco de alimentos para que pueda cubrir las necesidades de la población

Desde el grupo municipal aseguran que “debemos avanzar hacia la soberanía alimentaria, de forma que nos permita dignificar la atención desde nuestras instituciones a las situaciones de necesidad”

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Pilar Rivas, de Vamos Granada | Foto: gabinete
Redacción GD
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El grupo municipal de Vamos Granada ha informado a los medios a través de una nota de prensa sobre “una propuesta que contó con una primera edición y que sin embargo no se ha renovado”.

Esta propuesta consistía en elaborar un proyecto de aula de cocina en el distrito norte “en unas instalaciones que siguen a día de hoy disponibles, pero totalmente desaprovechadas”, según indica ‘Vamos, Granada’ en la nota de prensa, donde añade: “Esta propuesta pone en valor las ventajas del modelo de atención que defendemos, y que potencia la autonomía de las personas y las posibilidades de desarrollo personal”.

Se trata de una línea de actuación que, según entiende el grupo municipal granadino, “abre un amplio abanico de posibilidades, en colaboración con las redes de producción local agroalimentaria. La formación, la comercialización, la manufacturación y el transporte respondería a muchas necesidades a las que los bancos de alimentos no están dando respuesta, como, por ejemplo, celiaquía, alergias, diabetes o dietas diferentes que responden a la gran diversidad de la población granadina”.

Así, Vamos Granada quiere mostrar su desacuerdo con el modelo de atención que subyace de los bancos de alimentos. “Con una intención solidaria frente a la pobreza, se consiguen sin embargo efectos pocas veces visibles por quienes se encuentran dentro del circuito. Centenares de voluntarios que dejan su tiempo y esfuerzo, y no se consigue el efecto deseado”.

Además, Vamos Granada también cuestiona el papel que, dentro de este sistema, están jugando las y los profesionales de los servicios sociales como "valoradores de pobreza". Desde Vamos Granada aseguran que “tanto la formación como la experiencia profesional de los técnicos municipales está siendo desaprovechada. La cobertura de una vivienda digna, el agua o la luz son necesidades que deben estar garantizadas y que no pueden depender de la valoración de ningún técnico. El modelo hacia el que nos tenemos que dirigir es el de una renta básica universal, pero aún en el ámbito municipal, podemos avanzar en la organización de los servicios desde los derechos sociales y no desde el asistencialismo. Esto permite liberar tanto a las personas beneficiarias, para ocuparse de su integración social y laboral, como a los profesionales municipales para poder desarrollar sus competencias”.







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