Un tercio de las personas con diabetes no sabe que padece esta enfermedad

Una persona obesa tiene 7 veces más posibilidades de desarrollar esta patología, tal y como afirma la OMS

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Foto: Archivo
Sarai Bausán García | @Sarai_Bausan
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El próximo 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, una enfermedad que, a pesar de estar cada vez más aceptada socialmente, es desconocida para la ciudadanía en diversos aspectos. Para atajar esta situación, lo mejor es comenzar por el principio: ¿Qué es la diabetes?

Tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Para quienes no sepan qué es la insulina, la OMS aclara que “es una hormona que regula el azúcar en la sangre”.

Pero no todas las personas que son diagnosticadas de diabetes se encuentran en el mismo grupo pues, dentro de esta enfermedad, hay que distinguir dos subgrupos: diabetes de tipo 1 y diabetes de tipo 2.

La primera se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. Uno de los problemas con los que se encuentran los profesionales al intentar tratar esta enfermedad es que se desconoce la causa que la provoca, por lo que no se puede prevenir. "Sus síntomas consisten en una excreción excesiva de orina, sed, hambre constante, pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio", señala la OMS.

Por su parte, la diabetes de tipo 2 representa la mayoría de los casos mundiales y se debe a la utilización ineficaz de la insulina. El detonante de esta alteración suele ser, según la OMS, un peso corporal excesivo y la inactividad física. Esta patología sí que puede diagnosticarse, pero solo cuando ya tienen varios años de evaluación y han aparecido complicaciones. Los factores que suelen mostrar que esta forma de diabetes ha aparecido pueden ser similares a los del tipo 1, pero a menudo son menos intensos.

La cantidad de personas que sufren esta enfermedad se ha incrementado desde los 108 millones que había en 1980 hasta los 415 millones del 2015. Los españoles representan el 15,5% de esta cifra.

Uno de los aspectos más reseñables de este asunto, según los datos de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), es que la tercera parte de las personas que padecen diabetes no lo sabe.

Las consecuencias frecuentes de la diabetes suelen ser daños en el corazón, en los vasos sanguíneos, en los ojos, en los riñones y en los nervios. Además, los adultos con diabetes tienen entre 2 y 3 veces más riesgo de sufrir un infarto de miocardio y un accidente cerebrovascular.

Además, la neuropatía de los pies, combinada con la reducción del flujo sanguíneo, incrementan el riesgo de úlceras en los pies, de infecciones e, incluso, en los casos más graves, de amputaciones.

La OMS añade a estos aspectos la posibilidad de que esta enfermedad sea una causa importante de la pérdida de visión, siendo el 2,6% de los casos mundiales de ceguera consecuencia de la diabetes.

La parte positiva de este asunto es que la forma de prevenir su aparición se presenta como “sencilla” para los expertos, pues medidas como mantener un peso saludable, mantenerse activo físicamente al menos 30 minutos al día, consumir una dieta saludable que evite el azúcar y las grasas saturadas y evitar el consumo de tabaco reduce las posibilidades de que padezcan diabetes de tipo 2.

Si una persona ya padece esta enfermedad, la forma de proceder por parte de los expertos es mediante un tratamiento que consista en una dieta saludable y la realización de actividad física, a la que se suma la reducción de glucemia y de otros factores de riesgo que puedan dañar los vasos sanguíneos. Además, los especialistas muestran la importancia de dejar de fumar para mejorar la situación.

“Los pacientes con diabetes de tipo 1 necesitan insulina, mientras que los pacientes con diabetes de tipo 2 pueden tratarse con medicamentos orales, aunque también pueden necesitar insulina, un control de la tensión arterial y cuidado podológico”, destaca la Organización Mundial de la Salud.







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