Un médico de familia de Granada recopila en un libro las historias vividas en su consulta

Bajo el título ‘¡Vive’, su autor, Manuel Gálvez, lanza un mensaje a lectores y pacientes: “la felicidad siempre es posible, incluso en las situaciones más adversas”

Manuel Gálvez
Manuel Gálvez firma ejemplares de su libro "¡Vive!" | Foto: Gabinete
Jose David Villén | @josedavidVM_
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Manuel Gálvez ha presentado su libro ‘¡Vive!’, en el que narra historias vividas en su consulta a lo largo de su vida como médico de familia.
Manuel es especialista en Medicina de Familia y Comunitaria y profesor asociado en la Facultad de Medicina de Granada. Su larga trayectoria como médico le ha permitido recoger sus vivencias y experiencias de sus pacientes en esta nueva publicación.

“La idea de escribir este libro surge en el día a día porque la consulta de un médico de familia es un aprendizaje continuo”. Curiosamente fueron sus alumnos de Medicina los que le impulsaron a tomar la iniciativa de escribir el libro. Manuel afirma que “es una reflexión sobre sentimientos y las maneras de abordarlos”. Y para abordar los sentimientos hay que ponerse en el lugar de aquellos que viven una situación delicada, ya que algunos afrontan situaciones extremas “de manera magistral”.

Manuel afirma que le gustaría que quien lea su libro se quede con el mensaje de que “la felicidad siempre es posible, incluso en la situación más adversa”. Por eso plantea dos formas de afrontar una situación adversa como la pérdida de un familiar, bien desde el sufrimiento, o bien pensando que la ausencia es otra forma de existencia. “Hay una vida que llenar antes de la muerte, en vez de estar tan preocupados porque llegue”, apostilla.

Según Gálvez, “vivimos en una sociedad mercantilizada y la gente se medica demasiado”. Como ejemplo de ese mercantilismo plantea el enfoque que se da en las noticias de una incautación de droga. “Siempre se calcula el valor económico en el mercado, pero nunca el sanitario. ¿Por qué nunca se calcula el valor en sufrimiento o en muertes?”, cuestiona este médico granadino.
La medicina también ha entrado en ese mercado. Gálvez lo explica así: “grandes corporaciones están interesadas en vendernos productos, y cuanto más infelices somos más tendencia tenemos a comprar”.

Para el doctor esa “mercantilización de la medicina” provoca en la población una mayor preocupación por su salud, en muchos casos sin motivos justificados, “únicamente movidos por el miedo”, y añade que la industria farmacéutica “está contribuyendo a la expansión de ese miedo, pero también lo hacen otras como la alimentaria, muchas de ellas venden productos para recuperar una juventud que no va a volver”, apostilla.

Ante el temor cada vez mayor a contraer una enfermedad grave como el cáncer, el doctor dice que el lema de las compañías farmacéuticas es “te vendo miedo y tú me compras el producto”.

El doctor Gálvez ve frecuentemente casos de cánceres en su consulta y afirma “que todos queremos que haya menos casos, pero, sin embargo, los productos que venden las farmacéuticas son para detectarlos a tiempo en vez de para prevenir que surjan”.
Para demostrar ese interés de las farmacéuticas por vender antes de curar, Manuel pone como ejemplo el caso de EE.UU. Allí “se planteó cambiar la periodicidad con la que se realizaban mamografías de uno a dos años. El revuelo en la población fue grande, y con el tiempo se supo que quienes estaban detrás de esa propuesta eran las empresas que fabrican aparatos para detectar el cáncer de mama.”

PACIENTES QUE DEJAN HUELLA

Tras más de 250.000 consultas hay pacientes que siempre dejan huella. Para Manuel, las personas que más le han enseñado son los abuelos. Afirma que transmiten admiración y entrega en su forma de afrontar la vida.

Tratando de averiguar cuál es la mejor forma de abordar el sufrimiento, este doctor piensa que apoyarse en otras personas es primordial. “Si abriéramos nuestro campo de vista y nos fijáramos más en los demás que en nosotros mismos podríamos llegar a ser mas felices” afirma el médico.

La felicidad es clave a la hora de tener una buena salud. “Pero es curioso que cuando la medicina ofrece a los seres humanos algo impensable hace décadas, es cuando la gente se siente más enferma e infeliz”, argumenta.

Y para terminar esta entrevista hace una reflexión: “se han descubierto unas neuronas que nos hacen imitar lo que hacen otros, por ejemplo, cuando vemos a alguien bostezar y bostezamos, o vemos cómo alguien toca la batería y hacemos el gesto de tocarla nosotros. Lo mismo ocurre cuando vemos a alguien sonreír, ahí tenemos un antídoto maravilloso, sonreír para que los que tenemos alrededor sonrían”.







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