Un Granada de cara y cruz

El gran inicio de partido en ataque y la inmensa actuación de Ochoa sostuvieron al conjunto nazarí que acabó pagando su debilidad defensiva, evidenciada en la expulsión de Vezo

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Carcela-González, durante el Betis-Granada | Foto: La Liga
Daniel Sánchez-Garrido | @Danisgr
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Nueva jornada. Nueva oportunidad. El Granada CF ya empieza a padecer ansiedad por lograr una victoria. El paso de los minutos ayudan a los rojiblancos a encontrarse mejor sobre el campo, conocerse y adaptarse, pero ese mismo paso de los minutos se convierte en enfermedad para el Granada, que ya ha visto pasar cuatro jornadas en las que sólo ha sumado dos puntos.

Frente el Real Betis, los de Jémez dieron buenas sensaciones. Pero todo se quedó en 35 minutos, hasta que el técnico rival, Gustavo Poyet, reaccionó ante la superioridad rojiblanca dando entrada a Musonda, quien revolucionó el partido.

En esos 35 minutos, los nazaríes presionaron, agobiaron y apabullaron a los verdiblancos en su propia casa. Pero el Granada está muy lejos de estar a su mejor nivel, y como ya es normal en lo rojiblanco horizontal, un partido que se puso 0-2 terminó siendo un empate que bien podría haber sido una derrota. Caras y cruces.

SAN OCHOA

El hombre del partido en el Benito Villamarín tuvo nombre y apellidos. Y hasta un mote. Guillermo ‘Memo’ Ochoa dejó atrás los fantasmas que pusieron en entredicho su categoría por el gol encajado ante el Eibar.

El mexicano sostuvo a los suyos en la primera mitad con dos intervenciones tremendas, evitando que el Real Betis se fuera al descanso con el empate en el marcador, lo que habría machacado psicológicamente a los rojiblancos.

Ya en la segunda mitad, el guardameta nazarí se vistió de estrella y santo. San Ochoa dio un recital de paradas, desesperando a los béticos que no pudieron marcar el tercero.

BUENO Y CARCELA, UN ESTRENO ‘TOP’

Ambos debutaron como titulares, marcaron y ya se notó que se entienden a la perfección. Carcela-González dio su primer servicio al Granada, compensando desde el minuto uno los cuatro kilos gastados en él. Arrancada, conducción y una inmediata búsqueda del disparo que atisban de él un auténtico ‘crack’.

Su primer gol como nazarí es una genialidad. Lo hace fácil, y hasta esconde parece que es un tanto más. Pero bajo un balón desde las alturas con un toque magistral, se posiciona y saca un disparo seco y raso. Donde el portero sufre más. Además, el marroquí también participó en el tanto de Bueno iniciando la jugada.

Precisamente Bueno también se estrenó como goleador. El mediapunta tiene descaro y encara a su par a la mínima. A pesar de su condición de segundo delantero ya ha demostrado tener el gol en vena.

EXPULSIÓN DE VEZO

Ochoa, Bueno y Carcela son los más reforzados en confianza y seguridad tras la visita al Real Betis. Conforman la cara de la moneda. Pero también hay cruces. Rubén Vezo es una de ellas. El portugués fue expulsado por doble amarilla, el equipo se quedó con uno menos y ahí empezó el sufrimiento.

KRHIN, DE CENTRAL; ANGBAN DEBUTA

La expulsión de Vezo dejó más de 35 minutos con una disposición táctica inaudita en el Granada. La falta de efectivos en defensa obligó a Jémez a dar entrada a Victorien Angban para reforzar en defensa al equipo, por lo que Krhin pasó al centro de la defensa. El esloveno se convirtió en una buena noticia por sorpresa. Cumplió con creces en una posición que no es la suya, dando más opciones a Jémez en dicha zona. Además, Angban también tuvo un notorio debut. Su papeleta no era fácil. Un debut con el partido en plena guerra y con uno menos. El marfileño puede aportar muchas buenas cosas.

PENALTI FALLADO

Lo que son las cosas en el fútbol que el Granada, a pesar de la inferioridad numérica y las múltiples paradas de Ochoa, tuvo la oportunidad de llevarse los tres puntos hasta en dos ocasiones al final del partido. Atzili provocó un penalti riguroso, y Ponce lo falló ante un Adán inmenso, que detuvo hasta dos rechazos después de Andreas y el propio Ponce.

El argentino volvió a dar un exhibición de trabajo y personalidad, la misma que se vio en que pidiera lanzar el penalti a sus 19 añitos. Su esfuerzo, intensidad y generosidad en la presión están fuera de toda duda, pero necesita de mayor precisión con el balón en los pies. Tuvo una ocasión para definir al final del partido pero el cansancio y la precipitación hizo que su remate fuera mordida y sin peligro.

Un Granada de cara y cruz, que se sostuvo con un Ochoa pletórico y que a pesar del empate mira al futuro con otra perspectiva tras ver en acción a sus dos fichajes ‘top’ de esta temporada, Mehdi Carcela-González y Alberto Bueno.







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