Un cuento sobre el miedo

¿Por qué me da miedo esta situación?, ¿por qué no soy capaz de afrontar ciertos problemas?, ¿es normal esto que me pasa?

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Centro de Psicología Ágora
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Querido lector, vives en un mundo que gira rápido, no hay tiempo, tienes que darte prisa… las cosas son así porque lo sabes y punto. Pero, ¿te has parado un segundo a escuchar tus pensamientos?.  Nuestros pensamientos determinan nuestro día a día… el cuento de la pequeña Halloween te ayudará a entender lo que queremos explicarte.

Dentro de nuestra experiencia profesional, es muy común encontrarnos con estas preguntas por parte de nuestros pacientes, y siendo objetivos, son preguntas que en muchas ocasiones han invadido la mente de todos nosotros.

Es común que las personas con las que hablamos nos invadan con múltiples argumentos y explicaciones por las que estas cosas nos suceden, pero al final sentimos que no nos entienden.

Hoy nos gustaría explicaros el poder que tienen nuestros pensamientos en nuestro día a día, cómo nos influyen, cómo dificultan o cómo facilitan la resolución de un problema, cómo son capaces de generar un problema donde no lo hay, y cómo solucionarlo de una manera óptima y objetiva fortaleciéndonos y haciéndonos salir airosos de donde otros saldrían vapuleados.

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Y no se nos ha ocurrido un mejor ejemplo que dejaros este cuento que hemos encontrado casualmente en internet y que se titula  “Halloween tiene miedo”:

Estaban todas las fiestas del año reunidas en secreto: querían darle una gran sorpresa a su buena amiga la fiesta de Halloween. La idea se le había ocurrido a la hermana melliza de Halloween, la fiesta de Todos los Santos, y todas las demás fiestas excepto Año Nuevo, el hermanito de Navidad, que aún era pequeño, habían ayudado a preparar la sorpresa durante semanas. Por supuesto, habían tenido muy en cuenta los gustos de su amiga, y habían decorado el lugar con murciélagos, calabazas, telas de araña y esqueletos. Sin olvidar la gran montaña de dulces, claro.

Ya era de noche. Hacía un poco de frío y había mucha niebla, y todos esperaban que Halloween llegara en cualquier momento. De pronto, se abrió la puerta de golpe y Halloween entró corriendo, aterrorizada.

Nadie pudo reaccionar, no parecía ser un bueno momento para celebrar nada.

- ¡Me quiere comeeeer! ¡Hay algo ahí fuera que ha intentado comermeeeee!

Halloween, la más valiente de todas las fiestas, amiga de los monstruos más horribles, estaba muerta de miedo.

- ¿Podéis creerlo? Iba gritando: ¡Te voy a pillar, ojo, ojo, que te cojo! No tenía ningún miedo de mí ¡De mí! que soy la reina del miedo y los sustos. Qué ser tan horrible, que no sabe ni lo que son el miedo y el respeto- dijo enfadada y asustada.

Sus amigas, miedosas todas ellas, la rodearon pensando qué podían hacer. Siempre que tenían miedo acudían a Halloween, pero ahora, ¿quién podría ayudarlas?

Tan agobiadas estaban que se olvidaron de vigilar al travieso Año Nuevo, y este aprovechó el revuelo para salir a la calle. Fue entonces cuando Halloween lo vio a través de la ventana.

- ¡Oh, no! Ese ser horrible ha atrapado a Año Nuevo y lo está aplastando con sus brazos ¿qué vamos a hacer ahora?

En ese momento había algo más de luz y se le podía ver mejor: tenía una gran barriga, propia de alguien capaz de comerse a Halloween de un bocado, y el traje entero era del color de la sangre, normal para quien pasaba el día comiendo gente. Además, ocultaba su cara tras un montón de pelo, y llevaba un saco gigantesco, donde posiblemente escondiera a toda la gente que aún no había podido comerse…

- Tío, ¡qué alegría! - gritó entonces Navidad, al tiempo que corría a la calle para… ¡echarse en brazos del terrible ser!

Desde dentro, Halloween escuchó grandes risotadas y, poco después, Navidad y Año Nuevo entraban en la casa acompañando al terrible ser:

- Halloween, te presento a nuestro tío Santa Claus. Está muy gordo porque come pastas en todas las casas del mundo, pero nunca se ha comido a nadie. Viste de rojo para que se le reconozca, su barba es enorme porque ya es muy viejo, y su saco… su saco es lo mejor de todo porque... ¡está lleno de regalos para tu fiesta!

Halloween aún no lo veía muy claro

- ¿Y entonces por qué gritaba “te voy a pillar, ojo, ojo, que te cojo”?

- Ja, ja, ja -rió el señor gordo de rojo- lo que yo digo es “Feliz Navidad, jou, jou, jou”. ¿Te has limpiado bien los oídos, o el gorro no te dejaba escuchar? ¡ja, ja, ja, ja!

Halloween respiró aliviada y todos rieron. Luego Navidad se le acercó cariñosamente y le dijo al oído:

- ¿Ves? al final es lo que tú siempre nos dices; que las cosas que más miedo dan, solo están en nuestra imaginación.

(Pedro Pablo Sacristán.)

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¿Creéis que este cuento es aplicable a vuestra vida?, ¿cuántas veces vuestros pensamientos han impedido que hagáis algo, o directamente habéis creído algo con rotundidad y al tiempo descubristeis que estabais equivocados?... Nos encantaría conocer vuestra opinión y vuestra   experiencia.

Hoy nos dejamos de teoría, queremos que llevéis esto a la práctica, escuchad vuestros pensamientos, valorar si son realmente realistas y objetivos, y si no lo son transformadlos, preguntad si es necesario, no os quedéis con la duda, pero sobretodo, no dejéis que vuestro pensamiento os paralice. El miedo es una emoción adaptativa, nos ayuda a sobrevivir, pero creedme, no hay tantos “monstruos” en la calle como pensamos.

Un artículo de Centro de Psicología Ágora

Bibliografía:

http://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/halloween-tiene-miedo







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