Tony Adams ni siquiera tiene la culpa

Artículo de opinión del periodista deportivo Rubén Cañizares

Granada C.F. - R.C. Celta de Vigo
Tony Adams, durante el partido ante el Celta | Foto: Antonio L. Juárez
Rubén Cañizares @Ruben_Canizares
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El domingo, a las 22.30, hora que finalizaba el partido, en Los Cármenes no había más de 5.000 aficionados. Un cuarto del aforo. Mucho me pareció para el enésimo numerito que tuvo que soportar la afición del conjunto rojiblanco, hastiada de una temporada patética que ha destrozado el trabajo de tantos años.

0-3 ante un Celta repleto de suplentes y con la mente puesta en el partido del jueves en Genk, sabedores que están cerca de meter a su equipo en semifinales de la Europa League, hazaña única en su historia. Envidia sana, lo confieso. Dos mundos totalmente opuestos. Dos proyectos en las antípodas.

A lo largo de la semana, se hizo viral un vídeo de un entrenamiento del Granada, con Tony Adams explicando un ejercicio a sus jugadores. Su manera de hacerlo dio la vuelta a todos los rincones planetarios de Twitter. Humillantes imágenes de una persona que ejerce de técnico de un equipo de Primera, la mejor liga del mundo.

El domingo, tras la derrota ante el Celta, completó el show visto sobre el terreno de juego y durante la semana con un sonrojante análisis: “El resultado no se ajusta a lo que hemos visto en el campo porque hemos tenido nuestras opciones. Va a ser muy difícil cambiar la mentalidad y la confianza de los jugadores pero es lo que voy a intentar, que el equipo trabaje como grupo, como ha hecho el Celta”.

Ese ‘como ha hecho el Celta’ dolió tanto o más que el propio partido. Pero lo peor de todo es que no se le puede echar la culpa a Tony Adams. Es un pobre hombre que no tiene ni idea de entrenar y que simplemente pasaba por allí. Para eso ha quedado este Granada de propiedad china. Para recoger cadáveres y llevar al equipo hacia Segunda. Una inmensa pena.







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