¿Te has sentido alguna vez agotado emocionalmente? Descansa, prioriza, cambia, cuídate

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He visto a amigos/as que este verano se sentían agotados, con necesidad de romper, de cambiar, de dar un salto, de pasar, de.... Y estas situaciones las han ido superando aprendiendo a descansar, a priorizar, a cuidarse como se merecen y a reinventarse. Es evidente que hay posibles salidas ante un agotamiento emocional.
El agotamiento emocional es un estado al que se llega por sobrecarga de esfuerzo, no solo de excesos laborales o personales, sino por cargar con la responsabilidad de asumir conflictos, responsabilidades o estímulos, muchos de ellos de tipo emocional.
El agotamiento emocional es una experiencia en la cual la persona siente que no tiene la capacidad suficiente para afrontar el día a día por acumulación de fatiga incapacitante. El agotamiento emocional genera la sensación de estar constantemente abrumado, sobrepasado y con una sensación real de sentirse fatigados mentalmente.
Al agotamiento emocional no se llega de un momento a otro. Se trata de un proceso lento, que se va incubando progresivamente, hasta que hay un punto en que uno/a se desploma. A veces hay problemas pendientes y/o situaciones sin resolver. Y le pedimos a nuestro cuerpo más de lo que puede dar. Y se rompe. Eso nos puede sumergir en la parálisis, la depresión profunda o la enfermedad crónica. El agotamiento emocional es un riesgo para la salud física y mental y hemos de saber combatirlo. Lo que ocurre exactamente, es que se produce un colapso en nuestra vida, porque realmente, nosotros en esta situación ya no podemos más y por tanto no aguantamos y nos “caemos”. La más pequeña de las tareas se convierte en una rampa empinada por la que es muy difícil subir o requiere un gran esfuerzo.El agotamiento emocional trae importantes problemas de autoestima principalmente porque la persona se siente sobrepasada y deja de recordar sus logros y confiar en sus capacidades.
Aunque el agotamiento emocional se experimenta como cansancio mental, suele estar acompañado de una afectación corporal que se demuestra en una gran fatiga física. Cuando sobreviene el agotamiento emocional, hay una sensación de pesadez, de imposibilidad de seguir adelante, de querer dejarlo todo, de........ Se cae entonces en una inercia de la que es difícil salir.

Las causas del agotamiento emocional

El agotamiento emocional se origina porque hay un desbalance entre lo que damos y lo que recibimos. Es decir, dar siempre a una persona o grupo que sólo recibe y escasamente da, usando la energía generosa de otros para sus propios fines, es un error grave pues desbalancea el sutil y delicado equilibrio de dar y recibir. Dar sin recibir nada a cambio no siempre es positivo, sino todo lo contrario. Por tanto, por lo general, sin equilibrio, nada puede durar mucho tiempo y esto ocurre en ámbitos en donde hay una gran exigencia, que a su vez, aparentemente, demanda grandes sacrificios o cuando das constantemente, pudiéndote provocar un gran desgaste.
No pidas lo que no ofreces. Una actitud que motive, que llame la atención, una actitud que ilusiona y la garantía de una confianza que aglutina, que da seguridad y que invita a que todos despleguemos lo mejor que hay dentro de nosotros en beneficio de la gente con la que compartimos parte.
Cuando ofreces y recibes respaldo en la dificultad, para que des el máximo, contribuyes a que aflore su talento y el tuyo. ¡Esto requiere de humildad y generosidad! Bajo el paraguas del agotamiento emocional, crece la sensación de incapacidad, de ser muy pequeños en un mundo muy grande.
Lo usual es que la persona agotada carezca de tiempo para sí misma. Este es un primer elemento clave. Tampoco recibe el reconocimiento, el afecto o la consideración suficientes. Y esto se añade a lo primero. Normalmente se suman o multiplican los dos aspectos: uno el interno y dos, el externo.

Los primeros síntomas del agotamiento

Antes de que aparezca el agotamiento emocional propiamente dicho, se presentan algunos indicios que lo anuncian, a las que no damos mucha importancia.
Los síntomas iniciales del agotamiento emocional son:
-Cansancio físico. La persona se siente fatigada frecuentemente.
-Insomnio y dificultades para dormir ya que les es difícil conciliar el sueño.
-Irritabilidad con pérdida del autocontrol, con cierta frecuencia. La persona agotada está muchas veces de mal humor y es muy sensible a cualquier crítica.
-Falta de motivación y de entusiasmo e interés y por tanto actúa mecánicamente, como si estuviera obligado a hacer lo que hace todo el tiempo.
-Distanciamiento afectivo porque las emociones se hacen más planas, favoreciendo una actitud de no sentir prácticamente nada.
-Olvidos frecuentes y fallos de memoria por saturación de información y/o de estímulos.
-Dificultades para pensar y fácil confusión con mayor gasto de tiempo que antes porque el razonamiento es lento.
-Estado de nervios o incomodidad la mayor parte del día.
-Somatizaciones sobre todo de sensación de dolor.
-Problemas de concentración y sensación de pérdida de memoria incluso en temas importantes que en otro momento de nuestra vida no hubieramos descuidado u olvidado.
-Estado de ánimo bajo con sensación de estar sobrepasado y sin fuerzas para continuar.
-Consumo de drogas.
-Hipersensibilidad y dificultad para conectar con el aquí y ahora.

Las salidas para el agotamiento emocional

  1. La mejor manera de superar el agotamiento emocional es, por supuesto, descansando. Hay que encontrar tiempo libre para relajarse y estar tranquilos. Las personas que se exigen demasiado pasan años sin, por ejemplo, tomar vacaciones. Esto tarde o temprano solo conduce a la fatiga.
  2. Otra solución es la de trabajar por construir una actitud diferente frente a las obligaciones diarias. Cada jornada debe incluir tiempos para dedicarlos a los compromisos y también tiempos para descansar y realizar actividades que resulten gratificantes. Hay que dejar de lado las obsesiones de perfección o de cumplimiento.
  3. Finalmente, es muy importante sensibilizarnos frente a nosotros mismos. Para esto, nada mejor que dedicar un rato al día para estar a solas. Respirar, reconectarnos con lo que somos y lo que deseamos. Es fundamental desarrollar una actitud de comprensión y bondad con nosotros mismos. De lo contrario, más tarde o más temprano, nos será imposible seguir adelante.
  4.  El diario emocional que puede ser una herramienta que nos ayude mucho a expresar y desligarnos de nuestros pensamientos, es una buena saluda al ser una manera de separarnos de los pensamientos, desahogarnos y combatir el agotamiento emocional. Además, es importante tener en cuenta que si no expresamos nuestras emociones negativas, como la tristeza o el enfado, estas se pueden retroalimentar. Además, es importante dejar de hacer varias cosas a la vez si se pretende combatir el agotamiento emocional.
Por tanto, se trata de tener presente que allá donde tengamos que realizar un trabajo, con mayor o menor responsabilidad, lo hagamos poniendo nuestro mejor conocimiento, pero sobre todo nuestra mayor responsabilidad humana y la más limpia intención interior de respeto y trato hacia las personas con las que trabajamos. Es decir, desplegar la parte humana que más ayuda a otras personas a que desplieguen lo más humano de sí mismas y entre todos afrontar el proyecto, trabajo, reto o desafío que requiere el aporte de conocimiento y experiencia de todos.
En definitiva, el agotamiento emocional necesita frescura, necesita que le pongamos alma a las historias. A veces, basta solo una gota más para colmar el vaso y llegar al límite de nuestras fuerzas. Aprender a expresar nuestras emociones de manera terapéutica es básico. Saber expresar las emociones terapeúticamente significa algo más que cómo nos sentimos, más bien es fundamental incorporar calidad a esa comunicación para facilitar al empatía de los demás. Y por último, es muy importante que nos demos permisos: para reencontrarnos, para priorizar y para ser menos exigente. Aprendamos a priorizarnos, a cuidarnos como merecemos.






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