Sobre Success, misterios inexplicables y errores varios

El Granada empató de nuevo ante un Real Betis que no puso ningún juego en el campo y se mantuvo gracias a un espléndido Adán

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Success celebra con Foulquier el único tanto del Granada CF frente al Rea Betis.
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Siempre la misma historia. Los iluminados adivinos se harían de oro si se dedicaran a descubrir qué resultado obtendrá el Granada CF en su jornada liguera. La respuesta suele ser simple, y más si juegan en Los Cármenes. Derrota o, quizás, empate. Ahí no hay misterio. Sí que lo hay cuando al bueno de Rubén Pérez le da por sacar la mano delante de Mateu y provoca uno de los penaltis más absurdos de la liga española. Rubén no sabe qué pasó, no lo sabe él ni nadie. Se le vio visiblemente afectado cuando se dio cuenta de su error. En la segunda parte reaccionó bien, y menos mal, el de Écija es más que clave en la estructura nazarí. Su excompañero Rubén Castro se aprovechó del error y no falló ante Andrés. Empate inexplicable. Del 2-0 al 1-1. Seguro que les suena.

Precisamente ese es el mal principal del Granada CF. Su juego, por momentos, es muy directo, vertical, bonito incluso, y muy rápido a lomos de un genial Success, pero los errores propios le condenan. Ya pasó ante el Villarreal, la Real Sociedad, más recientemente el Sporting de Gijón, y ayer con el Betis. El tempranero gol de Foulquier no sirvió para templar los nervios de un equipo que necesitar respirar la victoria. Y gritarla. Los errores externos tampoco ayudan, y frente al Betis fue claramente perjudicado por los jueces. El cabezazo de Diego Mainz superó la línea de gol, y Thiévy no estaba en fuera de juego, cuando ya había superado a Adán y se disponía a meter el balón entre los tres palos. El mismo línea fue el autor de sendas observaciones.

De seguir así la temporada, Success ocupará todas las páginas de las crónicas, los diarios, las portadas, y todo lo que se les ocurra. El nigeriano es una bomba y está a punto de estallar. Cada acción es pura dinamita, y poco a poco se va destapando con la portería rival, la que busca con más ahínco y sentido. Ayer tuvo varias ocasiones, pero Adán primero y mala puntería después no permitieron anotar su tercer tanto de la temporada. Llegarán muchos más, eso seguro.

Los ‘nuevos’ no desentonaron. Es la nota más positiva del encuentro. Foulquier hizo un grandísimo partido. Estuvo muy metido, físicamente es muy superior, y su seriedad defensiva provocó que por su banda no llegara ningún peligro bético. Otro de los misterios inexplicables, además del penalti de Rubén, fue el tanto rojiblanco, que tuvo su Copyright en Foulquier, que redondeó el partido de diez del francés. Foulquier anotó el primer tanto de su carrera profesional. Los Cármenes es testigo de hechos así. Por su parte, Mainz denfedió bien junto a Lombán las pocas intentonas de los sevillanos. Muy rápido al corte y expeditivo por arriba. Una pena el tanto que metió pero que no sumó al marcador. Los ‘nuevos’ hubieran valido tres puntos.

Otro de los ‘nuevos’ participó ayer. Nico López, inmenso en los entrenos, tuvo ayer algo más de quince minutitos. No hizo mucho, tampoco se puede realizar un juicio, ya que entró en el peor momento. El Granada CF pareció conformarse con el punto los últimos diez minutos. Jugaron sin sentido, y con muchos balones al campo rival, pero sin efectivos para hacerlos válidos. Success se retiró acalambrado de los muchos esfuerzos que realizó, y sin el nigeriano no hay fiesta rojiblanca sobre el campo. Thiévy entró por él. Tampoco demostró gran cosa, aunque de no ser por el árbitro, él hubiera abierto los periódicos como el autor de los tres puntos.

El diagnóstico no es todo lo malo que podría ser con seis puntos de 27 posibles. El Granada va a más, y teniendo en cuenta lo positivo, ya son tres los partidos sin perder. Comienza a ser más equipo. Se ve en los esfuerzos, en defensa, en ataque y en las celebraciones.

Falta enchufar a los que salen. Se echa de menos jugadores que salgan al campo y pongan en apuros al míster a la hora de elegir la próxima jornada. En la situación en la que está el Granada, el compañerismo se antoja fundamental, como las ganas de sumar al colectivo. Piti no lo entendió así. Se marchó visiblemente enfadado por ser el primer cambio al comienzo de la segunda mitad. El de Reus está en un buen momento, pero es el momento de apoyar al que entra.

Si a Sandoval se le agota el crédito sólo lo saben los que lo saben. El de Humanes tiene que estar desesperado. El juego del Granada CF comienza a ver su sello, pero los resultados no acompañan, y en esto del fútbol eso es lo fundamental. Si juegas maravilloso y no sumas los puntos, vas al hoyo. Con una victoria bajo el brazo, podemos ver un Granada CF liberado, con mayor desparpajo, tranquilidad y calma a la hora de realizar las acciones. La victoria es fundamental para ver qué pasa después. De momento, habrá que estar atentos a ver qué hacen Levante y Las Palmas para saber si los nazaríes abandonan el farolillo rojo.







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