Sin un fútbol brillante, pero con tres puntos más

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Manuel Herrera @manuelherrerapr// Foto: Román Callejón @romancallejon
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Le tocaba ganar y ganó. El Granada cumplió sin alardes, sin un juego brillante y sin desarbolar al Betis como ocurrió contra el Valladolid. Fue un triunfo más burocrático que circense, pero fue un triunfo muy necesario. Los tres puntos se quedaron en el Nuevo Los Cármenes y muchos respiraron cuando Teixeira Vitienes puso punto y final al sufrimiento.

El partido se jugó durante toda la semana: desde Sevilla, desde Granada y, cómo no, desde La Manga del Mar Menor, el diván particular del Granada: infalible hasta el momento. Desde los tres enclaves se vislumbró la tensión y la necesidad. Del lado nazarí, para no meterse en la boca del lobo; del bético, para seguir soñando con salir de ella.

Ya en el césped, donde el charlataneo pierde su vigencia y le deja el protagonismo a la pelota, ambos equipos fueron un fiel reflejo de sus situaciones. El Granada impuso su ley en la primera parte y llegó a la portería de Adán, pero solo pudo marcar en una jugada aislada. Después, cayó presa de los nervios y pudo perder el botín, pero enfrente se encontró a un rival sin alma y sin fe: más decaído que enrabietado. Resignado.

UN JUEGO POCO FLUIDO

El conjunto rojiblanco tiene más problemas futbolísticos que clasificatorios, pero la gran renta que le da la victoria es el tiempo y la tranquilidad que le otorga para resolver sin tanta premura los conflictos factibles de ser arreglados. El tránsito desde el centro del campo hacia la portería parece el más grave de ellos, pero no se deben perder de vista los eternos despistes que otros equipos sí aprovechan ante los hombres de Alcaraz.

En esta ocasión, por fortuna para los intereses rojiblancos, el Betis fue una víctima propicia y falló en todos y cada uno de los momentos determinantes. En las dos porterías. Los verdiblancos tienen mimbres, pero han entrado en una dinámica difícilmente corregible de aquí al final. El Granada, en un momento extraño de la temporada, pero para nada comparable al de su rival, se complicó la vida, pero no lo suficiente para permitir la remontada visitante.

VALENCIA, ATHLETIC Y VILLARREAL

Esos son los nombres de los tres próximos rivales del Granada. Todos ellos son temibles, pero la nota positiva es que, en esta ocasión, el factor presión estará en el tejado de otro. Los rojiblancos se encuentran seis puntos por encima del descenso y la situación, sin ser idílica, es lo suficientemente cómoda como para afrontar los partidos con la obligación de buscar la victoria, pero sin la imperiosa necesidad de conseguirla. Es lo que se ha logrado con los tres puntos ante el Betis.

De este modo, el equipo de Alcaraz afronta una nueva semana en la que deberá prepararse para asaltar Mestalla con ciertas dudas en su fútbol, alimentadas por el nerviosismo, pero con la sensación de alivio que genera haber vuelto a poner tierra de por medio con el peligro; haber logrado tres puntos vitales.

 







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