Sin ideas y con incertidumbre

Lucas Alcaraz
Manuel Herrera @manuelherrerapr
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Cornellá fue testigo de una de las noches más negras de la temporada para el Granada CF. Más allá de la derrota, que, en ocasiones, puede responder a la fortuna o a los hechos circunstanciales, la imagen y la sensación de absoluta impotencia e indolencia del equipo rojiblanco dejaron un poso de decepción, que se transforma en temor para los seguidores cuando dirigen su mirada hacia la clasificación.

El Granada está metido en un buen lío; en un embrollo en el que ha vivido en sus dos primeras temporadas en Primera y del cual esperaba escapar en ésta. No parece que vaya a ser así. Visto lo visto, el conjunto rojiblanco es uno de los candidatos al descenso, y tendrá que pelear en el barro para evitarlo. 

Además, para ello, parece necesaria una reflexión importante acerca de la estrategia a seguir. Si algo dejó claro el encuentro ante el Espanyol, como también el del Celta, es que al Granada CF le cuesta una barbaridad generar ocasiones de gol, y, aunque Alcaraz insiste en la importancia del protagonismo con la pelota, no debería dejar de lado la posibilidad de que su equipo fuese profundo o, al menos, incisivo a la hora de atacar.

Los rojiblancos no consiguieron que el Espanyol sufriera en ningún momento, ni siquiera con el 1-0 en el marcador. Los diez futbolistas blanquiazules fueron un muro que el Granada nunca supo escalar. La única ocasión clara vino tras un rebote, y la sensación de peligro sobre la meta de Casilla fue nula. Los locales vivieron en un estado de placidez que probablemente ni ellos mismos esperaban, dadas las circunstancias.

Ni con el trivote, ni sin él; ni con El Arabi solo, ni con Riki acompañándole; Ni con Buonanotte, ni con Piti. La producción ofensiva fue casi igual de pobre que en el encuentro del Bernabéu. Solo que esta vez sin la justificación de enfrentarse a un gigante. El Granada fue un equipo sin capacidad y sin actitud.

UNA FINAL ANTE EL BETIS

Lucas Alcaraz ha manifestado en varias ocasiones su rechazo al término 'final' para calificar un partido de vital importancia, pero, en esta ocasión, para él a nivel personal, el encuentro se antoja decisivo. Una derrota ante el Betis podría acelerar los acontecimientos y terminar con su etapa al frente del Granada CF. El colista llegará a Los Cármenes muy necesitado, con la intención de morir o matar, una circunstancia que podría dibujar un escenario regional dramático.

CALENDARIO COMPLICADO

Después de la visita del Betis a Los Cármenes, el Granada afrontará una serie de partidos muy complicados. En primer lugar, deberá medirse, en Mestalla, al nuevo Valencia de Pizzi, un equipo mucho más competitivo y capaz que el de hace unas semanas, que busca engancharse al tren europeo. En uno de sus vagones está ya el Athletic, que será el siguiente rival de los rojiblancos, también lejos de su estadio: en el Nuevo San Mamés. Y para completar la serie, el conjunto rojiblanco recibirá a un reforzado Villarreal.

Toda esta serie de circunstancias y de reflexiones que se generan tras la derrota en Cornellá provocan que el horizonte se torne más oscuro para un Granada CF sin ideas en su juego y con incertidumbre sobre su futuro próximo.

 

 







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