Revisor de la LAC, un trabajo de ‘alto riesgo’

Granada Digital habla con Paco Barranco, Presidente del Comité de Trabajadores de Rober: “Soportamos insultos, malas formas e intimidaciones a diario”

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LAC | Foto: archivo GD
Daniel Sánchez-Garrido
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Granada. 16.30 de la tarde. Un revisor de la LAC comprueba como es costumbre que todos los viajeros tengan en regla su billete o bonobús. Un trabajo rutinario. Aparentemente.

Así lo demostró ayer uno de estos trabajadores del transporte público de Granada, que fue agredido por dos viajeros que no tenían el billete validado de forma adecuada. Según cuenta el agredido, les pidió el billete a dos personas, padre e hijo, de unos 65 y 40 años. Éstos tenían un ‘ticket’ comprado por la mañana y sin validez para viajar.

El revisor pidió a estas dos personas, de forma discreta, según contaba a Granada Digital, que se bajasen en la parada siguiente, la del Palacio de Congresos, para resolver la incidencia. Una vez llegado a la parada, y según lo que cuenta el agredido, el hijo intentó pegarle, pero el revisor lo evitó, siendo finalmente “el padre que ha venido por detrás y me ha pegado”.

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El revisor agredido | Foto: Román Callejón

Ante estos hechos, Granada Digital ha hablado con Paco Barranco, presidente y representante del Comité de Trabajadores de Rober, la empresa de transporte público de Granada, quien ya estaba al corriente de lo sucedido tan solo una hora después. “Los señores han perdido el control, empezaron a insultarle, todos los insultos que te puedas imaginar, y han llegado a la agresión, le han golpeado y le han partido el tabique nasal”, aseguraba en declaraciones a Granada Digital.

“Ha habido viajeros que han salido en favor del revisor, y los señores han amenazado a los viajeros con pegarles también. O sea, unos energúmenos en toda regla. Hecha la agresión, se han bajado del autobús y se han ido tranquilamente”, añadía el representante.

“TREINTA MINUTOS” DE TARDANZA POR PARTE DE LA POLICÍA LOCAL

A la LAC no le ha faltado capítulos de polémica desde que se creara hace dos años. Gente en contra y gente a favor, la ciudadanía no ha llegado a un acuerdo. Barranco manifiesta que cuando se comenzó, había una dotación de policía casi permanente por la zona de la LAC, algo que con el tiempo ha desaparecido, como Barranco asegura que ocurrió en los hechos acaecidos en la tarde del miércoles:

“Se ha avisado a Policía Local, y no sé qué ha pasado porque han tardado como treinta minutos en venir al sitio. Se habló con el ayuntamiento de que tenía que haber una dotación de policía prácticamente pendiente de la situación del LAC, que estuviese por la zona para que en el momento que hubiese problemas con los viajeros, se avisara”, explica Paco Barranco.

Desde el comité de trabajadores, aseguran que “se denunciarán los hechos y darán todos los datos posibles”, aunque el hecho de que los agresores “se han ido por su pie y la policía no ha venido” dificulta el proceso y, por consecuente, la denuncia.

Desde el comité de trabajadores de la empresa, reclaman, ante estos hechos, más información para el ciudadano y, sobre todo, más presencia policial. “Antes, con cualquier incidente, la policía estaba allí en dos minutos. Eso se ha ido dejando hasta el punto de hoy, que la policía ha tardado media hora en llegar. Ha habido una dejadez manifiesta, y esto no puede ser, tenemos que estar protegidos. Esto se veía venir, por eso lo he denunciado, esto cualquier día iba a estallar, ha estallado hoy y lo hará de nuevo en cualquier momento. Tú no sabes con quién tratas y cómo puede reaccionar, nosotros sí estamos previamente seleccionados, porque hay gente que no pasa el proceso de selección”, afirma el represente.

“DÍA TRAS DÍA”

“Se veía venir”. Así lo afirma Paco Barranco, ante algo que se viene dando día tras día. La agresión es la acción que cierra el círculo de algo que ya “forma parte del trabajo”. El representante de los trabajadores intenta comprenderlo y asumirlo, en cierta forma, pero nunca llegando a la falta de respeto, ni mucho menos a la agresión que el revisor sufrió la tarde del miércoles. “Esto se produce a diario. Insultos, malas formas, intimidaciones… lo venimos soportando prácticamente desde el primer día”.

“Yo entiendo que a cualquier persona que le digas que ha incumplido una normativa y tiene un recargo de 40 euros, no es agradable. Hay quien lo asume de una manera más cortés y hay quien pierde los papeles. Forma parte de nuestro trabajo. Nosotros tenemos claro que no increpamos, ni retenemos ni insultamos a ningún viajero. Nosotros amablemente le decimos al viajero que abandone el autobús, y si no quiere, pues el viajero se puede ir, y nosotros avisamos a policía local inmediatamente. Los revisores lo tienen claro porque han sido formados para ello. Ni tocamos a los viajeros”, explica Paco Barranco a Granada Digital.

“NOSOTROS SOMOS LOS AGREDIDOS”

Desde el comité de trabajadores, se lleva denunciando esta situación de forma pública desde hace ya algunos meses, aunque agresiones como la del miércoles todavía no se habían sucedido: “Nosotros venimos de hace tiempo denunciando esto públicamente”.

Barranco nos recordaba un caso, precisamente, con el que hoy es alcalde, Paco Cuenca, como protagonista: “Salió a la luz con un viajero que se sentía ofendido por un reviso. Yo salí públicamente, porque es al contrario, nosotros somos los que nos sentimos agredidos por la gente”.

El debate está servido en torno a un sector de trabajadores muy quemado por las continuas faltas de respeto. Un trabajo que ha pasado de la rutina a ser catalogado de ‘alto riesgo’.

 







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