Prisión para el parricida de Maraña

Está imputado por asesinato a menores de 16 años, que el nuevo Código Penal "castiga con prisión permanente revisable", según el Fiscal

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Foto: E.P.
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El presunto parricida que supuestamente asesinó a sus dos hijas de cuatro y nueve años de edad en Moraña (Pontevedra), David O.R., ha sido enviado a prisión este sábado, después de que la jueza del Juzgado mixto número uno de Caldas haya decretado prisión provisional comunicada y sin fianza y le haya imputado dos delitos de asesinato.

En declaraciones a los medios a la salida de los juzgados, el fiscal que lleva el caso, Alejandro Pazos, ha explicado que el detenido se acogió a su derecho a no declarar tanto en respuesta a sus preguntas como a las de la jueza. "Él ejerce su derecho, es una cuestión de estrategia", ha comentado.

Además, Pazos ha indicado que David O.R. tampoco declaró en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra, donde pasó la noche tras haber recibido el alta en el Hospital Montecelo, en el que fue atendido de las heridas que se autoinfligió, después de supuestamente haber matado a sus dos hijas.

No obstante, el fiscal ha mantenido que "el hecho de que no haya declarado no quita para que haya elementos suficientes para desde este momento sostener, no la acusación, pero desde luego sí la imputación, por dos delitos de asesinato a menores de 16 años", un delito que, ha recordado, en el Código Penal nuevo "se castiga con prisión permanente revisable" por cada uno de los delitos.

Según ha reconocido ante los medios de comunicación, desde la implantación de esta norma --el pasado 1 de julio-- este en principio "sería el primero" con esta pena, pues no le consta "que por ahora se haya tipificado ninguna causa por este delito".

TENSIÓN EN LOS JUZGADOS

Decenas de personas han acudido este sábado a los juzgados de Caldas de Reis, y han protagonizado escenas de tensión, pues tanto a la llegada como a la salida del presunto parricida le han increpado al grito de "asesino" e "hijo de puta" y agentes de la Guardia Civil incluso han tenido que contener el tumulto.

El hombre fue conducido este mediodía a los juzgados de este municipio pontevedrés en torno a las 12.30 horas y se ha ido en un furgón de la Guardia Civil sobre las 16.45 horas, donde a su salida aún le esperaban decenas de personas que han llegado a romper el cordón policial establecido por varios agentes y a arrojar cosas hacia el furgón en el que fue trasladado a la prisión de A Lama.

Aunque a su llegada el hombre apareció con la cara descubierta, a su salida iba con el rostro tapado por su camiseta. En ambos casos iba con esposas y estuvo escoltado por un nutrido dispositivo policial integrado por al menos cuatro patrullas de la Guardia Civil y algún agente de la Policía Local.

AGRAVANTES Y MÓVIL

Al ser cuestionado por posibles agravantes en este caso, el fiscal ha ratificado que "si hay asesinato hay agravantes", si bien ha asegurado que no se trata de premeditación --que "como agravante específica que cualifica el asesinato desapareció del Código Penal de 1995"-- sino que "es otra cosa, es otra circunstancia cualificativa del tipo que diferencia el homicidio del asesinato".

Así, ha descartado concretar estos agravantes o especificar el posible móvil del presunto parricida "porque sería revelar datos que están siendo objeto de investigación". En este sentido, ha avanzado que todavía "faltan algunas diligencias que se tienen que practicar para que confirmen la tesis de la acusación, en este caso el fiscal", entre ellas ha mencionado que tomarán declaración a testigos.

AUDIENCIA RESERVADA

Aunque el hombre no ha declarado en sede judicial, el fiscal ha comentado que la presencia del detenido en los juzgados se ha demorado porque ha pedido una audiencia reservada, es decir, que él y el abogado han hablado en privado, sin presencia de la Guardia Civil --aunque se encuentra bajo custodia policial--.

Tal y como ha dicho, se trata de una cuestión que ha planteado "problemas logísticos" porque en estos juzgados "no hay un local adecuado" para este tipo de audiencia, que tiene que tener lugar en un local sin ventanas --para que no se escape-- y a la vista de los agentes --para evitar que golpee al letrado o se autolesione--. Para ello, finalmente se ha habilitado un archivo en el que se guarda documentación.

INCINERADAS

Los cuerpos sin vida de las hijas del presunto parricida serán incineradas en un crematorio en la más absoluta intimidad, cuando haya permiso por parte del juzgado. Tras ello, se desconoce el destino de las cenizas.

Según ha comunicado a Europa Press la Funeraria San Mauro, la familia de las niñas, que está muy afectada, ha rechazado hacer velatorio, funeral o cualquier acto público.

El presunto parricida, David O.R., de 40 años de edad, estaba separado de la madre de las pequeñas, Rocío V.F., también de 40 años. La pareja tenía la custodia compartida de las pequeñas y el padre tuvo a su cargo a las niñas durante los últimos 15 días y este sábado le tocaba el turno a la madre.







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